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Retórica por inteligencia

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  • Retórica por inteligencia

    9 agosto 2010
    Retórica por inteligencia

    “Suplantación de coherencia con metáforas incoherentes”



    Escrito por Ángel Pujalte Piñeiro


    Por lo menos tres institutos de investigación de la UNAM padecen esquizofrenia. Una que consiste en estar alienados de la sociedad que les ha dado la vida y mantiene, por dedicarse a cosas triviales para el país. Me refiero a los Institutos de Ingeniería, Investigaciones Económicas y Jurídicas.

    Ignoro la forma y momento que se extraviaron o si nacieron así, pero el problema no es nuevo ni privativo.

    Así como los románticos llevaron su idealismo a extremos que los desvincularon del hombre, los investigadores de estos institutos persiguen una excelsitud que los lleva fuera de la problemática de nuestra sociedad. Por lo que divagan en reinos que no son de nuestra gente.

    Han desarrollado un romanticismo intelectual, una artificialidad del objeto social en función de la moda internacional, el mercado y no del mundo verdadero nacional, de la realidad en la que sobreviven nuestros compatriotas.

    Pretenden una sublimidad que no buscan en el mundo real del país, en el interés de la sociedad que los mantiene, a la que se deben y de la que forman parte, sino atendiendo problemas de moda internacional, produciendo soluciones acomodaticias, trabajos de continuidad para la actualidad del poder y restricciones políticas. Lo que les crea problemas de articulación entre actuación y realidad material social, entre producción y vida nacional.

    En una absurda ficción, un surrealismo con que rivalizan con la verdad social. De una metáfora que pretenden imponer a lo real, remota de la situación y expectativas sociales, que aguarda que ellos se eleven para lograr la posición que les dé el punto de vista que revele la situación de la relación de nuestra sociedad con su realidad, para descubrir entre el infinito de posibilidades posibles, la que mayores beneficios otorgue a nuestra población. Sin embargo se han movido a otra posición nueva, que expresa algo nuevo, que tiene algo de semejanza con lo esperado, pero que no es igual. Una cuyos resultados no tienen valor para el 90 % de la población.

    Una que solo les deja a la retórica como único vínculo con la sociedad a la que se deben. Por lo desarraigado de su “cultura” científica, solo pueden relacionarse con su principio y fin, con su pueblo, con más pathos que resultados verdaderos.

    El absurdo es que la retorica es una herramienta que incide en la opinión de los hombres y es totalmente ajena a la Naturaleza. Y por lo menos el compromiso de la Ingeniería es avenir de la mejor manera posible la relación de la sociedad con la Naturaleza. No sé que tanto la Economía sea una “ciencia” de la opinión del hombre, pero la Ingeniería Civil se avoca totalmente a administrar la frontera de contacto de la sociedad con la Naturaleza. Para la que la opinión del hombre no tiene ningún valor, sino que priva totalmente lo objetivo efectivo. La opinión de la Naturaleza.

    Aristóteles entiende la retórica como un sistema de reglas y recursos que actúan en distintos niveles en la construcción de un discurso, estrechamente relacionados entre sí y todos repercuten en los distintos ámbitos discursivos. En su Retórica, plantea tres elementos fundamentales como métodos de persuasión: Pathos, Ethos y Logos.

    “Pathos” (patético) es el lado empático, el sentimiento, la alineación con el impulso emocional de la audiencia, es el uso de los sentimientos humanos para afectar el juicio del oyente. Para infundir a la audiencia con argumentos emocionales o patéticos, un sentimiento de rechazo o aceptación al margen de hechos verdaderos.

    “Ethos” (ética) apunta al exponente, a su credibilidad personal, la fe que la gente tiene en la integridad y competencia del expositor. La confianza que inspira, su credibilidad emocional.

    Y “Logos” (lógica),
    es la parte razonada de la exposición, el buen raciocinio, la razón que existe en lo que se plantea.

    Así sufrimos bombardeos de campañas publicitarias en las que con patetismo se clama que se le debe “dar prioridad al conocimiento”, “¿qué será de un país sin ciencia y tecnología?”, que “el país no puede crecer si no crece la ciencia y tecnología”. Argumentos todos enfocados a mover los sentimientos de la población en el sentido de aumentar el presupuesto gubernamental a fondo perdido en ciencia y tecnología.

    Pero de mostrar resultados nada.

    El ethos de esta retórica es una dicotomía, hay dos éticas presentes, la de los expositores y la de la ciencia y tecnología. Los expositores carecen de toda ética al traicionar los intereses de su sociedad por corretear objetivos foráneos de moda. Mientras que la ciencia y tecnología se mantiene incólume e impoluta, ellas allí están, ajenas, sin ser utilizadas para dilucidar los verdaderos problemas de nuestra sociedad. Los que originan que un 60 % sobreviva en condiciones precoloniales y un 30 % en el feudalismo- Y los “investigadores” no pueden negar que mucho tiempo se les han otorgado muchos recursos. Ni que lo que se les ha concedido ha resultado desproporcionado con la pobreza de resultados que por su extravío reportan.

    El logos, de esta retórica
    adolece del sinsentido de pretender que sin que reditúen para la sociedad, se les debe otorgar más recursos para mantener un parasitario, voraz y pernicioso crecimiento similar al de un cáncer, alienado en competencia internacional.

    “Lo que más problema causa es lo que menos se entiende”.
    Mientras entiendan a la ciencia y tecnología como una competencia internacional, en la que pretenden arrebatarle la estafeta al más adelantado o participar en la cascada de glamorosos descubrimientos de una vanguardia futil para nosotros, exhiban su incompetencia compitiendo en forma desleal con los profesionales de la iniciativa privada, vendan indulgencias al irracional poder político o se amafien con burocracias en inconfesables negocios, (finalmente resultan otra burocracia desbordada diferente por despertar otras expectativas por el membrete de inteligencia y beneficio que usufructúan). En todo caso son esquizofrénicos, orates alienados de la realidad de su pueblo, de la verdad en la que vive el 90 % de la sociedad que los mantiene y a la que se deben deber. Del 60 % de compatriotas que vive en el primitivismo y 30 % en el feudalismo.

    El rector con patetismo suplica que “debe darse prioridad al conocimiento”. En una media verdad que es una gran mentira. Es verdad que debe darse prioridad al conocimiento, pero no al de problemas ajenos, sino a los nacionales. Primero que ellos le den prioridad a los problemas nacionales. A los de nuestra gente que no les interesa a nadie foráneo ni instituto de investigación nacional. Y el tiempo apremia, como me enseño un campesino (que no era investigador de ningún instituto) “en lo que es zacate crece el burro muere”.

    Autor de: La infracultura, La anomia, Disección de la Ley de Obras Publicas y Servicios Relacionados con las Mismas y ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional!
    Rafael Norma
    Forista Turquesa
    Last edited by Rafael Norma; 18-agosto-2010, 19:41.

  • #2
    Re: Retórica por inteligencia

    Huelum, huelum
    gloria!
    A la cachi cachi porra
    a la cachi cachi porra
    pim pom porra
    pim pom porra
    politecnico
    politecnico
    gloria!!!!!
    OBJECTS IN MIRROR ARE CLOSER THAN THEY APPEAR...

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