Sociedad sonambúlica
“Cinismo gubernamental por incuria y fugacidad social”
Otras luminosas grabaciones descubren otra cloaca de corrupción en las compras del Seguro Social. Lo que levanta un momentáneo escándalo que periclita y diluye en cuestión de horas. No hay un seguimiento social a los escándalos. Las respuestas son por química sanguínea. Después que el hígado metaboliza la adrenalina es asunto desaparece del panorama.
También llama la atención el descuido social que no revisa la relación entre lo que los políticos pregonan con lo que se palpa. Vivimos en una ciudad decadente con una contaminación galopante. La ciudad ya no proporciona bienestar ni propicia la prosperidad económica de los habitantes.
El concepto de ciudad es el de mercado. Funciona en la medida en que propicia el intercambio de bienes y personas. Aquí cada día se debe decidir qué hacer y que no. Porque los tiempos y esfuerzo de traslado solo permiten atender limitados asuntos. Ir a un lado no permite ir a otros. Y el gasto en tiempo y energía no deja nada para lo personal. Para la familia, diversión, esparcimiento, cultura, deporte o sociabilizar.
La culpa la tiene el afán de los políticos por acaparar poder que ha propiciado el desarrollo más desequilibrado, la mayor aglomeración del mundo. Por centralismo político, económico y de probabilidades lucrativas.
En este tenor el Jefe de Gobierno organiza una pantomima que es una burla a la sociedad, a cualquier inteligencia mínima y se creería que a la de los invitados. Una Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales y Cumbre Climática Mundial de Alcaldes (CCLIMA).
En ella se presenta como líder de modernidad de una ciudad de vanguardia. Cuando en realidad se ha pitorreado de la pasmada población. Tiene toda la ya de por si intransitable ciudad picoteada con obras por todos lados. Obras que muchas son respaldo para negocios particulares y que van a complicar el problema al propiciar que más gente venga a asentarse en la ya saturada y moribunda Cuenca de México. No sé como evito que los invitados se dieran cuenta del caos, marchas y desorden social, o todos los políticos del mundo son iguales. No hay moral ni principios.
Los políticos como orates peroran y actúan en sentido opuesto a la realidad aplaudiéndose y siguiéndose la corriente, mientras sus víctimas, la población, la sociedad, sus verdaderos jefes, no hacen nada por distraídos o dormidos.
Autor de: La infracultura, La anomia, Disección de la Ley de Obras Publicas y Servicios Relacionados con las Mismas y ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional!
“Cinismo gubernamental por incuria y fugacidad social”
Otras luminosas grabaciones descubren otra cloaca de corrupción en las compras del Seguro Social. Lo que levanta un momentáneo escándalo que periclita y diluye en cuestión de horas. No hay un seguimiento social a los escándalos. Las respuestas son por química sanguínea. Después que el hígado metaboliza la adrenalina es asunto desaparece del panorama.
También llama la atención el descuido social que no revisa la relación entre lo que los políticos pregonan con lo que se palpa. Vivimos en una ciudad decadente con una contaminación galopante. La ciudad ya no proporciona bienestar ni propicia la prosperidad económica de los habitantes.
El concepto de ciudad es el de mercado. Funciona en la medida en que propicia el intercambio de bienes y personas. Aquí cada día se debe decidir qué hacer y que no. Porque los tiempos y esfuerzo de traslado solo permiten atender limitados asuntos. Ir a un lado no permite ir a otros. Y el gasto en tiempo y energía no deja nada para lo personal. Para la familia, diversión, esparcimiento, cultura, deporte o sociabilizar.
La culpa la tiene el afán de los políticos por acaparar poder que ha propiciado el desarrollo más desequilibrado, la mayor aglomeración del mundo. Por centralismo político, económico y de probabilidades lucrativas.
En este tenor el Jefe de Gobierno organiza una pantomima que es una burla a la sociedad, a cualquier inteligencia mínima y se creería que a la de los invitados. Una Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales y Cumbre Climática Mundial de Alcaldes (CCLIMA).
En ella se presenta como líder de modernidad de una ciudad de vanguardia. Cuando en realidad se ha pitorreado de la pasmada población. Tiene toda la ya de por si intransitable ciudad picoteada con obras por todos lados. Obras que muchas son respaldo para negocios particulares y que van a complicar el problema al propiciar que más gente venga a asentarse en la ya saturada y moribunda Cuenca de México. No sé como evito que los invitados se dieran cuenta del caos, marchas y desorden social, o todos los políticos del mundo son iguales. No hay moral ni principios.
Los políticos como orates peroran y actúan en sentido opuesto a la realidad aplaudiéndose y siguiéndose la corriente, mientras sus víctimas, la población, la sociedad, sus verdaderos jefes, no hacen nada por distraídos o dormidos.
Autor de: La infracultura, La anomia, Disección de la Ley de Obras Publicas y Servicios Relacionados con las Mismas y ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional!
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