Re: Una burla más para los habitantes de la Ciudad de México
Por mi raza hablará el antígeno prostático
Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2011-06-02•Al Frente
Estamos tan acostumbrados a la misma demagogia de siempre, poblada de lugares comunes, de discursos de Poiré, que no Poirot, de excusas tipo Blatter (para aceptar la dirigencia de la FIFA por enésima ocasión, Joseph se robó un discurso de Fidel Velazquez de 1977, seguro), que cuando aparece algo nuevo nos deja como $lim ante la resolución negativa de la SCT.
Y no, no me refiero a la inédita estampida de perredistas que se han ido con Eruviel Pare de Sufrir Ávila creyendo que ahí está casi el paraíso con kalimbiña y roqueseñal incluida, para que luego acaben de güigüis políticos afuera del PRIcámbrico temprano.
Pero no, tampoco se trata del distinguido y edificante intercambio verbal entre el secre del Trabajo y la diputadiza en San Lázaro, una madriza de elevados criterios que se regían bajo el espíritu de “El comal le dijo a la olla”. No puede ser que los priistas acusen al secretario de hacer de su reforma laboral —que aspira a devolver al proletariado a los idílicos tiempos del Porfiriato— el Caballo de Troya de su candidatura. Para escapar de esa monserga, Javier Lozano debería de aplicarles la ley como a los electricistas del SME o los trabajadores de Mexicana de Aviación, aún y cuando fuera posible que los chicos del Congreso amenacen con sacar un calendario en cueros.
Están peor que aquellos miserables, canallas y malos mexicanos que quieren declarar a Neto Cordero como la versión política de Ninel Conde. Suponen que confundir al surimi con tsunami como dicta la leyenda del Bombón Asesino, es lo mismo que declarar, ya traducido al español, que en México somos tan fregones que nuestros pobres lo son, pero de altos ingresos.
Como quiera que sea, lo que realmente desconcertó a la patria entera es que Marchelo Ebrard, para explicar por qué no acudió al informe del ombdusman capitalino, con el que tiene una relación tan amigable como Salinas con El Peje, rompió todos los esquemas. En vez de alegar que tenía que salvar a la patria, o decir que su abuelita estaba enferma, o que estaba muy ocupado analizando ese partidazo de México contra Ecuador, afirmó sin tapujos que no fue a la CDHDF no por falta de cariño, sino porque se había ido a hacer el examen de próstata. Grandioso.
Cualquier otro con menos tablas habría dicho que estaba felicitando a Jelipillo por haber sido condecorado por la mayestra Gordillo como el Presidente de la Educación. O que estaba tratando de entender cómo es que según sus propias palabras, Dorian Gel Peñanieto contribuye con “paz, armonía y tranquilidad” a los comicios en el Edomex.
Grandioso. Por mi raza hablará el antígeno prostático.
Por mi raza hablará el antígeno prostático
Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2011-06-02•Al Frente
Estamos tan acostumbrados a la misma demagogia de siempre, poblada de lugares comunes, de discursos de Poiré, que no Poirot, de excusas tipo Blatter (para aceptar la dirigencia de la FIFA por enésima ocasión, Joseph se robó un discurso de Fidel Velazquez de 1977, seguro), que cuando aparece algo nuevo nos deja como $lim ante la resolución negativa de la SCT.
Y no, no me refiero a la inédita estampida de perredistas que se han ido con Eruviel Pare de Sufrir Ávila creyendo que ahí está casi el paraíso con kalimbiña y roqueseñal incluida, para que luego acaben de güigüis políticos afuera del PRIcámbrico temprano.
Pero no, tampoco se trata del distinguido y edificante intercambio verbal entre el secre del Trabajo y la diputadiza en San Lázaro, una madriza de elevados criterios que se regían bajo el espíritu de “El comal le dijo a la olla”. No puede ser que los priistas acusen al secretario de hacer de su reforma laboral —que aspira a devolver al proletariado a los idílicos tiempos del Porfiriato— el Caballo de Troya de su candidatura. Para escapar de esa monserga, Javier Lozano debería de aplicarles la ley como a los electricistas del SME o los trabajadores de Mexicana de Aviación, aún y cuando fuera posible que los chicos del Congreso amenacen con sacar un calendario en cueros.
Están peor que aquellos miserables, canallas y malos mexicanos que quieren declarar a Neto Cordero como la versión política de Ninel Conde. Suponen que confundir al surimi con tsunami como dicta la leyenda del Bombón Asesino, es lo mismo que declarar, ya traducido al español, que en México somos tan fregones que nuestros pobres lo son, pero de altos ingresos.
Como quiera que sea, lo que realmente desconcertó a la patria entera es que Marchelo Ebrard, para explicar por qué no acudió al informe del ombdusman capitalino, con el que tiene una relación tan amigable como Salinas con El Peje, rompió todos los esquemas. En vez de alegar que tenía que salvar a la patria, o decir que su abuelita estaba enferma, o que estaba muy ocupado analizando ese partidazo de México contra Ecuador, afirmó sin tapujos que no fue a la CDHDF no por falta de cariño, sino porque se había ido a hacer el examen de próstata. Grandioso.
Cualquier otro con menos tablas habría dicho que estaba felicitando a Jelipillo por haber sido condecorado por la mayestra Gordillo como el Presidente de la Educación. O que estaba tratando de entender cómo es que según sus propias palabras, Dorian Gel Peñanieto contribuye con “paz, armonía y tranquilidad” a los comicios en el Edomex.
Grandioso. Por mi raza hablará el antígeno prostático.
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