La MORENA de AMLO Por Manuel Espino
El Movimiento Regeneración Nacional crece día con día su exposición mediática, que no reconocimiento, a fuerza de polemizar, descalificar y excluir a quienes no concuerdan con sus planteamientos. Fiel a las estrategias de choque de Andrés Manuel López Obrador —que tan alto lo llevaron y que al final de tan alto lo hicieron caer— MORENA constituye un factor de división entre los mexicanos. No lanzo esa aseveración en vano. La sostengo con argumentos, que son los siguientes. De entrada, debemos señalar el subtexto racista que hay en denominar con un color de piel —del que muchos nos enorgullecemos, pero no por ello lo consideramos condicionante de la mexicanidad— a un movimiento que se pretende de alcances nacionales. Los mexicanos somos mucho más que un componente racial: somos una casa grande, diversa, plural. También destaca que quienes se pretenden juaristas y laicos, aunque más bien caigan en el laicismo, hagan una evidente alusión de sentido religioso a la Virgen Morena. En el himno del movimiento lopezobradorista se reconoce explícitamente dicho componente católico al afirmar: “Morena imagen/Guadalupana morena/Madre de la nación/protege la lucha mexicana/cuida las urnas en la elección”. Esta mezcla de elementos religiosos y políticos seguramente provocaría que todos los prosélitos de AMLO se rasgaran las vestiduras en el Zócalo si la vieran en Acción Nacional. Pero, por tratarse del movimiento de su adalid, miden con una vara diferente. Así como en diversos momentos de su campaña en el 2006 AMLO recurrió a los arcaicos argumentos de la lucha de clases, mismos que parecían refritos de las películas “Nosotros los pobres” y “Ustedes los ricos”, en las 50 acciones para el Renacimiento de México que componen el núcleo programático de MORENA tiene acciones exclusivas para el sur-sureste del país (de manera explícita en los puntos 33 y 40), dejando fuera al resto del país. Un elemento que encontré especialmente pernicioso en el proyecto de AMLO fue la excesiva simplificación, propia del populismo, en la que cae su mensaje. Por ejemplo, dice que la crisis de nuestra Nación “se debe al predominio de un grupo oligárquico, que se conformó durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, mediante la entrega a particulares, nacionales y extranjeros, de los bienes de la Nación y del pueblo”. Una república como la mexicana tiene problemas demasiado complejos, con raíces históricas y sociales tan profundas, que explicarlos de esa manera solo conduce a la ausencia de diálogo. Se trata, pues, de un dogma más que de un argumento. Igualmente, se cae en bobadas como afirmar que cuando gane su proyecto “se dejará de vender, gradualmente, petróleo crudo al extranjero” (punto 24). Con la misma ligereza, AMLO afirma “vamos a establecer el Estado de Bienestar”, un modelo históricamente superado y criticado sólidamente por politólogos de las más diversas tendencias, incluidas las que el propio López Obrador dice representar. Además, MORENA deja ver su talante electorero en la pretensión de instalar comités no en los municipios, no en las comunidades, sino “en cada una de las 65 mil secciones electorales del país”. La mira está puesta en el 2012, no en crear un movimiento de trascendencia postelectoral y con una agenda social. Lo que más me llama la atención en el mensaje de AMLO es su falta de autocrítica. Dice: “Limpiaremos al gobierno de corrupción. Lo haremos de arriba hacia abajo como se limpian las escaleras. No habrá influyentísimo, amiguismo, nepotismo ni ninguna de esas lacras de la política. La corrupción será considerada como delito grave y se castigará sin derecho a fianza”. Es decir, describe justo lo que nunca hizo como jefe del gobierno del Distrito Federal. Todos estos elementos excluyentes crean un estado de polarización y desencuentro. Prueba de ello es que un movimiento como el SME encuentre cobijo político en MORENA, pues López Obrador ha probado ya que es muy pacífico… siempre y cuando concuerdes con él. Un movimiento genuinamente incluyente Ver estos esfuerzos políticos con visos excluyentes, racistas, impropios de un Estado laico, con claras orientaciones electoreras, me hace sentir aún más orgulloso de ser un ciudadano más en el movimiento nacional Volver a Empezar (VAE). Este esfuerzo constantemente es atacado por los seguidores de AMLO y los pasquines alineados a su cacicazgo, lo cual hace evidente su preocupación por la presencia de un movimiento que sí tiene visión social y raigambre ciudadana. VAE no se ha formado para apuntalar la obsesión presidencial, ha surgido a partir de una visión ciudadana de la política, inspirada no en un proyecto electoral sino en las ideas y tesis de un libro que despertó conciencias y motivada la acción reivindicatoria de la política. VAE es una conjunción de voluntades movidas con libertad desde la convicción racional de una idea. Es una acción cívica coordinada desde el acuerdo, desde la inclusión, desde la abierta invitación a todos, todos los que creen en México, por diversos que puedan ser. Porque estamos ante la hora de sumar, de aceptar, de perdonar, de recordar que una sociedad no crece con la victoria de un grupo sobre otro, sino con la reconciliación y el encuentro entre los diferentes. www.twitter.com/ManuelEspino manuespino@hotmail.com
El Movimiento Regeneración Nacional crece día con día su exposición mediática, que no reconocimiento, a fuerza de polemizar, descalificar y excluir a quienes no concuerdan con sus planteamientos. Fiel a las estrategias de choque de Andrés Manuel López Obrador —que tan alto lo llevaron y que al final de tan alto lo hicieron caer— MORENA constituye un factor de división entre los mexicanos. No lanzo esa aseveración en vano. La sostengo con argumentos, que son los siguientes. De entrada, debemos señalar el subtexto racista que hay en denominar con un color de piel —del que muchos nos enorgullecemos, pero no por ello lo consideramos condicionante de la mexicanidad— a un movimiento que se pretende de alcances nacionales. Los mexicanos somos mucho más que un componente racial: somos una casa grande, diversa, plural. También destaca que quienes se pretenden juaristas y laicos, aunque más bien caigan en el laicismo, hagan una evidente alusión de sentido religioso a la Virgen Morena. En el himno del movimiento lopezobradorista se reconoce explícitamente dicho componente católico al afirmar: “Morena imagen/Guadalupana morena/Madre de la nación/protege la lucha mexicana/cuida las urnas en la elección”. Esta mezcla de elementos religiosos y políticos seguramente provocaría que todos los prosélitos de AMLO se rasgaran las vestiduras en el Zócalo si la vieran en Acción Nacional. Pero, por tratarse del movimiento de su adalid, miden con una vara diferente. Así como en diversos momentos de su campaña en el 2006 AMLO recurrió a los arcaicos argumentos de la lucha de clases, mismos que parecían refritos de las películas “Nosotros los pobres” y “Ustedes los ricos”, en las 50 acciones para el Renacimiento de México que componen el núcleo programático de MORENA tiene acciones exclusivas para el sur-sureste del país (de manera explícita en los puntos 33 y 40), dejando fuera al resto del país. Un elemento que encontré especialmente pernicioso en el proyecto de AMLO fue la excesiva simplificación, propia del populismo, en la que cae su mensaje. Por ejemplo, dice que la crisis de nuestra Nación “se debe al predominio de un grupo oligárquico, que se conformó durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, mediante la entrega a particulares, nacionales y extranjeros, de los bienes de la Nación y del pueblo”. Una república como la mexicana tiene problemas demasiado complejos, con raíces históricas y sociales tan profundas, que explicarlos de esa manera solo conduce a la ausencia de diálogo. Se trata, pues, de un dogma más que de un argumento. Igualmente, se cae en bobadas como afirmar que cuando gane su proyecto “se dejará de vender, gradualmente, petróleo crudo al extranjero” (punto 24). Con la misma ligereza, AMLO afirma “vamos a establecer el Estado de Bienestar”, un modelo históricamente superado y criticado sólidamente por politólogos de las más diversas tendencias, incluidas las que el propio López Obrador dice representar. Además, MORENA deja ver su talante electorero en la pretensión de instalar comités no en los municipios, no en las comunidades, sino “en cada una de las 65 mil secciones electorales del país”. La mira está puesta en el 2012, no en crear un movimiento de trascendencia postelectoral y con una agenda social. Lo que más me llama la atención en el mensaje de AMLO es su falta de autocrítica. Dice: “Limpiaremos al gobierno de corrupción. Lo haremos de arriba hacia abajo como se limpian las escaleras. No habrá influyentísimo, amiguismo, nepotismo ni ninguna de esas lacras de la política. La corrupción será considerada como delito grave y se castigará sin derecho a fianza”. Es decir, describe justo lo que nunca hizo como jefe del gobierno del Distrito Federal. Todos estos elementos excluyentes crean un estado de polarización y desencuentro. Prueba de ello es que un movimiento como el SME encuentre cobijo político en MORENA, pues López Obrador ha probado ya que es muy pacífico… siempre y cuando concuerdes con él. Un movimiento genuinamente incluyente Ver estos esfuerzos políticos con visos excluyentes, racistas, impropios de un Estado laico, con claras orientaciones electoreras, me hace sentir aún más orgulloso de ser un ciudadano más en el movimiento nacional Volver a Empezar (VAE). Este esfuerzo constantemente es atacado por los seguidores de AMLO y los pasquines alineados a su cacicazgo, lo cual hace evidente su preocupación por la presencia de un movimiento que sí tiene visión social y raigambre ciudadana. VAE no se ha formado para apuntalar la obsesión presidencial, ha surgido a partir de una visión ciudadana de la política, inspirada no en un proyecto electoral sino en las ideas y tesis de un libro que despertó conciencias y motivada la acción reivindicatoria de la política. VAE es una conjunción de voluntades movidas con libertad desde la convicción racional de una idea. Es una acción cívica coordinada desde el acuerdo, desde la inclusión, desde la abierta invitación a todos, todos los que creen en México, por diversos que puedan ser. Porque estamos ante la hora de sumar, de aceptar, de perdonar, de recordar que una sociedad no crece con la victoria de un grupo sobre otro, sino con la reconciliación y el encuentro entre los diferentes. www.twitter.com/ManuelEspino manuespino@hotmail.com
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