El cuento del sapito en el estanque cerca de las vías del FFCC.
Érase que se era un sapito gordinflón que vivía en un pequeño estanque cerca de las vías de ferrocarril.
EL sapito que era curioso, le extrañó ver un par de líneas ( que eran las que formaba la vía del FFCC) que además se unían en la lontananza.
De modo que salió del estanque y brincando se aproximó hacia las vías del tren, y de un pequeño saltito, se introdujo entre ellas. Pero en ese preciso momento, vio venir al ferrocarril a toda velocidad; se apresuró a retirarse de las vías, pero con tan mala suerte, que el ferrocarril le rebanó las nalgas. Al verse PRIvado de ellas, intentó recuperarlas, agachándose entre las vías para ver si podía recogerlas. , con tan mala suerte, que el ferrocarril se echó de reversa y le cortó la cabeza.
Moraleja del cuento:
No pierdas la cabeza por unas nalguitas, y si no me crees, pregúntale al Judío Dominique Strauss Kahn y al Arnold Schwarzenegger p
Érase que se era un sapito gordinflón que vivía en un pequeño estanque cerca de las vías de ferrocarril.
EL sapito que era curioso, le extrañó ver un par de líneas ( que eran las que formaba la vía del FFCC) que además se unían en la lontananza.
De modo que salió del estanque y brincando se aproximó hacia las vías del tren, y de un pequeño saltito, se introdujo entre ellas. Pero en ese preciso momento, vio venir al ferrocarril a toda velocidad; se apresuró a retirarse de las vías, pero con tan mala suerte, que el ferrocarril le rebanó las nalgas. Al verse PRIvado de ellas, intentó recuperarlas, agachándose entre las vías para ver si podía recogerlas. , con tan mala suerte, que el ferrocarril se echó de reversa y le cortó la cabeza.
Moraleja del cuento:
No pierdas la cabeza por unas nalguitas, y si no me crees, pregúntale al Judío Dominique Strauss Kahn y al Arnold Schwarzenegger p
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