El regreso
Desde noviembre se ha apreciado un incremento en la asistencia a restaurantes y bares, los viernes y sábados es difícil conseguir una mesa, las compañías inmobiliarias reportan el regreso de autoexiliados y sin duda son buenas noticias.
Pero ya sabe usted como es la memoria a veces aguafiestas y me trae el recuerdo de los gritos desesperados y dolientes de la esposa de un amigo, que sobre el ataúd de esposo asesinado en un secuestro, decía “pero si ya nos habíamos ido ¿por qué regresamos?
Juárez necesita de su gente y sobre todo, aunque les de diarrea a los izquierdosos, Juárez necesita de sus empresarios, no tanto de los emborrachadores y de los político-empresarios, sino de esos hombres que día a día le suministran los productos y servicios a la sociedad.
Y en este circulo virtuoso de generación de riqueza dan empleo y apoyo a miles de personas que llegaron a estas tierras en busca de trabajo o de refugio al ser expulsadas de los Estados Unidos.
Atraídos por el auge de la plata llegaron de Europa y de otras partes del mundo, empresarios al sur de Chihuahua y generaron una economía floreciente , veo a aquí en el libro “El Parral de mis recuerdos” fotografías de bares y restaurantes de lujo con enormes anaqueles de vinos europeos, parroquianos en traje sastre y sombre de bombín.
Narraciones de la vida diaria de aquella sociedad donde abundaba el trabajo, la diversión y la cultura, plazas de toros, su mercado, sus teatros, sus fabricas, sus palacios, sus haciendas, sus ranchos y sobre todo sus minas.
Narra que en una ocasión llegó el obispo a visitar la ciudad y como se acostumbraba, se hacia un desfile delante de el, al ver pasar la gente el obispo se volteó a ver al cura y reclamandole, yo quería ver a la gente del pueblo no a los emperifollados.
El cura le contestó: mire señor Obispo aquel que va vestido de frac, es carpintero, el de junto que trae levita es agricultor y el de mas allá es el carnicero, lo que sucede es que aquí en Parral a nadie le gusta vestir mal, sin duda el curita y la gente se estaban luciendo pero era claro que había una derrama importante de dinero.
Pero si la plata atraía a los emprendedores de todo el mundo también atraía a los maleantes y a menudo los ranchos y los negocios eran asaltados por bandas, la mas temible por su violencia, la de Pancho Villa.
Al inicio del genocidio de 1910, también conocido como revolución mexicana, esta banda fue contratada por Hearst, el magnate de los periódicos estadounidenses, para pelear contra el gobierno de México, lo envolvieron en el manto de redentor y le dieron permiso para matar.
Celia Herrera, testigo presencial, nos narra en su libro “Villa ante la historia” la forma como Villa asesinaba, secuestraba, violaba a las mujeres y saqueaba los negocios, había caído sobre parral el quinto jinete del apocalipsis, como lo describiera otro autor.
Los empresarios y comerciantes que no fueron asesinados huyeron a los Estados Unidos y Europa, el Paso TX es testigo de aquella enorme emigración, muy similar a la que estamos viviendo.
AL término de la revolución la región estaba literalmente destrozada , las fabricas convertidas en cuarteles, los ranchos y haciendas destruidos, las minas abandonadas y los comercios vacíos.
Se inició el regreso y tímidamente los comercios volvieron a abrir y las tierras se empezaron a sembrar de nuevo, lo mismo algunas minas abrieron sus puertas, despertaba Parral.
Villa regresaba derrotado, con mas odio en su corazón que nunca y los tomó desprevenidos, las matanzas de emprendedores fue terrible y el pueblo murió, lleva ya casi 100 años y no es ni la sombra de lo que fue.
Esto debe ser una lección para Juárez, no es la guerrita de Calderón la que generó estos niños sicarios, fue el modelito de desarrollo que adoptamos, mandamos a las mujeres a trabajar, las inducimos al alcohol, las drogas y el sexo promiscuo y ahora nos preguntamos ¿por qué abandonaron a sus hijos al barrio?.
Regresan también las maquiladoras de China y al terminarse los desempleados sin duda se regresará al esquema de mandar camiones al sur para traer mano de obra barata y se les hacinará en cuartitos, continuará la construcción de tiendas en la esquina de la cuadra donde tengan a la mano las cervezas.
Los burdeles o tables serán los primeros en reabrirse, regresarán los “clubs” donde los narcos presuman a sus mujeres elegantemente vestidas, sus joyas y sus comionetotas, se volverán a abrir negocios “decentes” con dinero del narco todo a la normalidad “No problem bato”.
Hay filósofos que dicen que la sangre derramada en las calles purifica una sociedad, a mi me gustaría decirles que eso puede ser cierto si existe una reflexión de los verdaderos orígenes y una enmienda de los errores, pero en este caso no veo la reflexión y mucho menos la enmienda.
Nuestros sabios del pueblo lo resumen en una sola frase “Juè la guerrita de Calderòn”
Marcos Barraza Urquidi
losbarbarosdelnorte@gmail.com
Desde noviembre se ha apreciado un incremento en la asistencia a restaurantes y bares, los viernes y sábados es difícil conseguir una mesa, las compañías inmobiliarias reportan el regreso de autoexiliados y sin duda son buenas noticias.
Pero ya sabe usted como es la memoria a veces aguafiestas y me trae el recuerdo de los gritos desesperados y dolientes de la esposa de un amigo, que sobre el ataúd de esposo asesinado en un secuestro, decía “pero si ya nos habíamos ido ¿por qué regresamos?
Juárez necesita de su gente y sobre todo, aunque les de diarrea a los izquierdosos, Juárez necesita de sus empresarios, no tanto de los emborrachadores y de los político-empresarios, sino de esos hombres que día a día le suministran los productos y servicios a la sociedad.
Y en este circulo virtuoso de generación de riqueza dan empleo y apoyo a miles de personas que llegaron a estas tierras en busca de trabajo o de refugio al ser expulsadas de los Estados Unidos.
Atraídos por el auge de la plata llegaron de Europa y de otras partes del mundo, empresarios al sur de Chihuahua y generaron una economía floreciente , veo a aquí en el libro “El Parral de mis recuerdos” fotografías de bares y restaurantes de lujo con enormes anaqueles de vinos europeos, parroquianos en traje sastre y sombre de bombín.
Narraciones de la vida diaria de aquella sociedad donde abundaba el trabajo, la diversión y la cultura, plazas de toros, su mercado, sus teatros, sus fabricas, sus palacios, sus haciendas, sus ranchos y sobre todo sus minas.
Narra que en una ocasión llegó el obispo a visitar la ciudad y como se acostumbraba, se hacia un desfile delante de el, al ver pasar la gente el obispo se volteó a ver al cura y reclamandole, yo quería ver a la gente del pueblo no a los emperifollados.
El cura le contestó: mire señor Obispo aquel que va vestido de frac, es carpintero, el de junto que trae levita es agricultor y el de mas allá es el carnicero, lo que sucede es que aquí en Parral a nadie le gusta vestir mal, sin duda el curita y la gente se estaban luciendo pero era claro que había una derrama importante de dinero.
Pero si la plata atraía a los emprendedores de todo el mundo también atraía a los maleantes y a menudo los ranchos y los negocios eran asaltados por bandas, la mas temible por su violencia, la de Pancho Villa.
Al inicio del genocidio de 1910, también conocido como revolución mexicana, esta banda fue contratada por Hearst, el magnate de los periódicos estadounidenses, para pelear contra el gobierno de México, lo envolvieron en el manto de redentor y le dieron permiso para matar.
Celia Herrera, testigo presencial, nos narra en su libro “Villa ante la historia” la forma como Villa asesinaba, secuestraba, violaba a las mujeres y saqueaba los negocios, había caído sobre parral el quinto jinete del apocalipsis, como lo describiera otro autor.
Los empresarios y comerciantes que no fueron asesinados huyeron a los Estados Unidos y Europa, el Paso TX es testigo de aquella enorme emigración, muy similar a la que estamos viviendo.
AL término de la revolución la región estaba literalmente destrozada , las fabricas convertidas en cuarteles, los ranchos y haciendas destruidos, las minas abandonadas y los comercios vacíos.
Se inició el regreso y tímidamente los comercios volvieron a abrir y las tierras se empezaron a sembrar de nuevo, lo mismo algunas minas abrieron sus puertas, despertaba Parral.
Villa regresaba derrotado, con mas odio en su corazón que nunca y los tomó desprevenidos, las matanzas de emprendedores fue terrible y el pueblo murió, lleva ya casi 100 años y no es ni la sombra de lo que fue.
Esto debe ser una lección para Juárez, no es la guerrita de Calderón la que generó estos niños sicarios, fue el modelito de desarrollo que adoptamos, mandamos a las mujeres a trabajar, las inducimos al alcohol, las drogas y el sexo promiscuo y ahora nos preguntamos ¿por qué abandonaron a sus hijos al barrio?.
Regresan también las maquiladoras de China y al terminarse los desempleados sin duda se regresará al esquema de mandar camiones al sur para traer mano de obra barata y se les hacinará en cuartitos, continuará la construcción de tiendas en la esquina de la cuadra donde tengan a la mano las cervezas.
Los burdeles o tables serán los primeros en reabrirse, regresarán los “clubs” donde los narcos presuman a sus mujeres elegantemente vestidas, sus joyas y sus comionetotas, se volverán a abrir negocios “decentes” con dinero del narco todo a la normalidad “No problem bato”.
Hay filósofos que dicen que la sangre derramada en las calles purifica una sociedad, a mi me gustaría decirles que eso puede ser cierto si existe una reflexión de los verdaderos orígenes y una enmienda de los errores, pero en este caso no veo la reflexión y mucho menos la enmienda.
Nuestros sabios del pueblo lo resumen en una sola frase “Juè la guerrita de Calderòn”
Marcos Barraza Urquidi
losbarbarosdelnorte@gmail.com
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