Sapere aude
“Semillas de confusión”
Escrito por Ángel Pujalte Piñeiro
“Semillas de confusión”
Escrito por Ángel Pujalte Piñeiro
En El Universal el 10 de agosto de 2012, Jorge Pinto reconoce la devaluación de las palabras, pero la reduce a las de AMLO. Un beneficiario de la descomposición social, que explota una forma pragmática de aprovecharla, como surfista que se equilibra sobre olas que no genera ni gobierna, sino que solo se sirve de ellas sin preocuparle a donde lo lleven, ni lo que haga para no caer.
Pinto critica las acciones mediáticas anecdóticas y de escaso valor legal, que perjudican a todos (partido y país) con su amenaza a la tranquilidad y seguridad, corrupción de la tranquilidad, seguridad y clima social y daño a la economía y bienestar. Denuncia la inmadurez de atentar contra el estado de derecho en vez de salvaguardar y fortalecer las instituciones y el marco legal.
Recuerda que hay fascismo de derecha, (alemán e italiano) y de izquierda, (Mao), para probar que la esencia del fascismo no radica en la ideología sino en sus métodos. Pues en forma independiente de la filiación política y los argumentos, se reconoce en menospreciar y atacar al estado de derecho y burlarse de la democracia cuando no los favorece.
Como publiqué la semana pasada: los salvadores con promesas ilimitadas, profetas, mesías, caudillos, apóstoles, gurus y los delirios que los acompañan, son manifestaciones de una forma de demencia social generada por la desesperanza e ignorancia.
El mismo día en el mismo diario, José Fernández Santillán explica el momento político con la dicotomía entre gobierno de leyes con gobierno de hombres (Bobbio), o entre orden racional no arbitrario con el arbitrario (Weber). Continua recordando nuestros antecedentes de regímenes de caudillos que lo más que han permitido es la institucionalización autoritaria de las relaciones de poder y afirma que estamos en el trance de la construcción de una institucionalidad democrática. (que quizás, a la mejor podemos construir una institucionalidad democrática verdadera).
Para terminar denunciando el neopopulismo que acarrea el liderazgo carismático de AMLO que en vez de dirigir sus embates contra un partido o candidato lo hace contra la institucionalidad democrática, en busca de doblegar a las instituciones de la República para ponerlas a los pies de un caudillo. Lo que no deja duda del talante fascista de su acometida.
Casualmente también ese mismo día y periódico, Macario Schettino encuentra inadecuada la interpretación geométrica entre izquierda y derecha, para explicar lo que ocurre en el mundo y México. Pero encuentra coincidencia entre lo que él llama pasado y lo que se acostumbra llamar izquierda y entre lo que interpreta como modernidad y suele calificarse como derecha. Aunque aclara que el “punto fino” es que la coincidencia no es exacta. (Por fin, ¿coincide o no? ¿Es fina por burda?).
Coincidencia que lo hace percibir a la “coalición de izquierda” como un aglutinamiento alrededor de la idea del nacionalismo revolucionario y ver al PRIAN o la derecha como una potencial coalición modernizadora. Para señalar que “las ideas” de izquierda y derecha ”ya no explican mucho”.
Repasa los significados de la palabra “izquierda” para mostrar su extravío actual. Empieza recordando el sentido liberal que la “izquierda” tenía en la Asamblea Francesa, de donde nace la “definición geométrica”. O el sentido conservador de la derecha, cuando en México lo “conservable” (lo anterior) es el “régimen de la revolución”, que enarbola AMLO. No se puede conservar lo que nunca se ha tenido.
De donde concluye que la división entre izquierdas y derechas es un sinsentido absoluto, que es necesario resolver porque cree que “las decisiones que se deben tomar” van a “tratar de interpretarse en esta dimensión geométrica” (SIC) que no tiene sentido. Y enlista absurdos que no se pueden considerar de izquierda o derecha, como las restricciones al mercado energético, el populismo fiscal o el capitalismo de compadrazgo. Para concluir que el dilema mexicano es dejar atrás el “nacionalismo revolucionario” o seguirlo arrastrando.
Así, los tres ven diferente lo mismo, por lo que interpretan y dan diferente significado, a lo mismo. Es así porque todos tienen construida una Estructura Conceptual Organizacional del Mundo (ECOM) diferente. Por lo que cada cual descifra lo que ve comparándolo con una estructura diferente, que le explica lo mismo, de diferente forma.
De todo lo dicho lo más certero es la frase con que empieza Jorge Pinto: “la devaluación de las palabras”. Aunque la echa a perder al reducirla exclusivamente a las de AMLO, cuando el problema trasciende al de un solo hablador.
Parte toral del problema es el diferente significado que las mismas palabras tienen para cada quién, por lo que al dialogar o acordar, en realidad se expresan o comprometen diferentes cosas. Es en hechos la Torre de Babel. Y al no coincidir el significado de los signos lingüísticos, es más remota la coincidencia en las relaciones entre los significados que se acuerdan o intentan fijar.
Pinto y Santillana coinciden en concluir que el comportamiento es fascista. Es una explicación certera pero insuficiente. Ya que el fascismo es solo una forma de irracionalidad. Una de sus presentaciones. Por lo que el eje de lo racional-irracional da una visión más general e incluyente del problema, al grado que aclara a todos los puntos de vista.
Para Pinto son fascistas los que atacan al estado de derecho y se burlan de la democracia. Para Santillana lo son porque el embate no es contra un partido o un candidato, sino contra la institucionalidad democrática en su conjunto. Pero como escribí la semana pasada, el fascismo, mesianismo, caudillismo y todo salvador semi sobrenatural manifiestan una demencia social generada por la desesperanza e ignorancia, descomposición social.
Desde la perspectiva del eje racionalidad-irracionalidad lo que observamos es una lucha entre la racionalidad contra la irracionalidad. Recuerden que el hombre no es un animal racional ni ser humano, sino simio bípedo sin rabo con potencial racional y humanizable. Y al que no se le inocula la racionalidad y humanismo no puede hacerse solo racional ni humano.[size][/FONT]
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