Aquí no hubo "haigan sidos como haigan sidos". Ni regateos ni porfavores. Hacía una década que no veía un evento político en Cadena Nacional y una acción policiaca aplanadora como la de Bellas Artes. Tampoco besamanos. Los policías que macanearon y dispararon balas de goma en Bellas Artes no eran federales pero por alguna razón, en sus primitivas represoras mentes intuyeron que el personaje y el evento, requerían de un poquito más de fuerza que de costumbre. Una especide de "Espíritu de Cuerpo" represor. Claro que en estos tiempos también se han visto eventos de represión policiaca, pero éste no era pa tanto. No había un ejido tomado, o una sierra invadida, o no estaba de pormedio la pensión de 50,000 ancianos. Sólo el griterío por el griterío mismo. No había por qué mediomatar a algunos.
En los actos solemnes del nuevo Presidente, se tocó el Himno Nacional no sé cuantas veces. Y no se por qué, me dio la impresión que los soldados no apretaban tanto las nalgas ni se paraban tan derechititititititos y con el pecho tan salido cuando saludaban a Fox o a Calderón. Las miradas de los que se le acercaban a Peña eran iguales a las de niños que se acercan con admiración, asombro, respeto y miedo a un Leon amaestrado. Pose de faraón o ungido Cesar, extendió la mano magnánima a los terrestres.
Me dio la impresión que todos integrantes de la APF, incluido Calderón y en su tiempo Fox, tuvieron siempre la percepción de que conducían un coche prestado. Actitud de amantes que levantan los calzones y se van sin chistar cuando saben que la esposa regresa de un viaje muy largo. En su caso Fox se encariñó con la casa y puede aguantar quedarse a hacer alguna labor doméstica o algún mandado.
Hacía ya tiempo que las entradas triunfales y las columnas de veinte fuerzas públicas escoltando a un solo personaje habían dejado de recorrer Reforma. Parecía cosa del pasado.
Fox no se la creía, Calderón trató de encarnar al Tlatoani pero tampoco le salió nunca. Dicen que el poder del que se abusa se desprestigia, pero del que no se abusa, se desprestigia más.
Los Atlacomulcas saben de eso. Ejemplos puede haber muchos, pero recientes, hay que recordar la madriza que le puso Montiel a Pastor, su compadre, cuando se le quiso saltar las trancas. Y todos vimos por televisión la toma de Atenco. Ya había varias soluciones pactadas y el amachamiento de los Atencos cuando pudieron pararle a Fox el aeropuerto, pero después de que unos acelerados le patearon los guevos a un granadero, se tomó la decisión de reventarlos. Y si... los reventaron bajo la orden de un novel gobernadorcito joven del que dudaban testosterona.
Desde que Enrique Peña fue electo, "el sistema" que en realidad nunca dejó de existir, empezó a salir de la modorra. Mucho o poco, medio sutil y no tanto, empezó a silenciar voces de detractores y grilleros de banqueta. Empezó a alinear a la opinión pública desalineada y anunció la cosita esa del Servicio Público de carrera. Osea, que los que no se han dado cuenta, los amigos vienen por todas la canicas y pareciera que hay que dárselas antes de que las pidas, bajo riesgo de exilios, desprestigios, acciones de "justicia", heridas o muertes... No sabemos. Lo que si sabemos es que ya están enseñando el músculo.
Ante la administración Panista, las redes sociales han tenido facha de poderosas y contestatarias. El mismo Enrique Peña, más que ningún otro candidato, probó durante su campaña las hieles del descontento masivo incógnito y medio incógnito. En las mentadas redes sociales y en muchos sectores se perciben descontentos. No mucha aceptación parece, pero ahí está ya sentado ya. Y lo que antes parecían en las redes sentencias contundetes y demoledoras, por lo menos hoy, parecen un plañidéo hueco sin remitentes.
El último que portó el cetro con poderes completos fue Salinas. Zedillo se encargó de desmatelar bastante bien las facultades presidenciales y Fox o Calderón tuvierón sólo una fracción de los hilos en la mano. En el papel, el Pri no es el mastodonte que solía ser cuando todos los gobernadores eran priistas, todos los presidentes municipales priistas, todos los senadores y diputados priistas, todos los diputados locales priistas, todas las asociaciones gremiales priistas y todos éstos bailaban el son que tarareaba el emperador.
Pero para ser hay que primero parecer o por lo menos hacerse parecer. Y en eso el Pri se pinta solo. La ceremonia me recordó bastante bien a la Coronación de Napoleón. En Política, la forma es fondo y por la forma que agarró el taco el señor, habrá que ponerse a pensar. ¿Regresará a reinstaurar el entramado todopoderoso o habrá suficiente contrapeso en la estructura como para mantenerlo en su silla medio aislado de los sectores y problemas que prometió en campaña antender y resolver? Como sea, el año que viene pinta para complicado. Ave Imperator!!! Morituri te salutant!!!!
En los actos solemnes del nuevo Presidente, se tocó el Himno Nacional no sé cuantas veces. Y no se por qué, me dio la impresión que los soldados no apretaban tanto las nalgas ni se paraban tan derechititititititos y con el pecho tan salido cuando saludaban a Fox o a Calderón. Las miradas de los que se le acercaban a Peña eran iguales a las de niños que se acercan con admiración, asombro, respeto y miedo a un Leon amaestrado. Pose de faraón o ungido Cesar, extendió la mano magnánima a los terrestres.
Me dio la impresión que todos integrantes de la APF, incluido Calderón y en su tiempo Fox, tuvieron siempre la percepción de que conducían un coche prestado. Actitud de amantes que levantan los calzones y se van sin chistar cuando saben que la esposa regresa de un viaje muy largo. En su caso Fox se encariñó con la casa y puede aguantar quedarse a hacer alguna labor doméstica o algún mandado.
Hacía ya tiempo que las entradas triunfales y las columnas de veinte fuerzas públicas escoltando a un solo personaje habían dejado de recorrer Reforma. Parecía cosa del pasado.
Fox no se la creía, Calderón trató de encarnar al Tlatoani pero tampoco le salió nunca. Dicen que el poder del que se abusa se desprestigia, pero del que no se abusa, se desprestigia más.
Los Atlacomulcas saben de eso. Ejemplos puede haber muchos, pero recientes, hay que recordar la madriza que le puso Montiel a Pastor, su compadre, cuando se le quiso saltar las trancas. Y todos vimos por televisión la toma de Atenco. Ya había varias soluciones pactadas y el amachamiento de los Atencos cuando pudieron pararle a Fox el aeropuerto, pero después de que unos acelerados le patearon los guevos a un granadero, se tomó la decisión de reventarlos. Y si... los reventaron bajo la orden de un novel gobernadorcito joven del que dudaban testosterona.
Desde que Enrique Peña fue electo, "el sistema" que en realidad nunca dejó de existir, empezó a salir de la modorra. Mucho o poco, medio sutil y no tanto, empezó a silenciar voces de detractores y grilleros de banqueta. Empezó a alinear a la opinión pública desalineada y anunció la cosita esa del Servicio Público de carrera. Osea, que los que no se han dado cuenta, los amigos vienen por todas la canicas y pareciera que hay que dárselas antes de que las pidas, bajo riesgo de exilios, desprestigios, acciones de "justicia", heridas o muertes... No sabemos. Lo que si sabemos es que ya están enseñando el músculo.
Ante la administración Panista, las redes sociales han tenido facha de poderosas y contestatarias. El mismo Enrique Peña, más que ningún otro candidato, probó durante su campaña las hieles del descontento masivo incógnito y medio incógnito. En las mentadas redes sociales y en muchos sectores se perciben descontentos. No mucha aceptación parece, pero ahí está ya sentado ya. Y lo que antes parecían en las redes sentencias contundetes y demoledoras, por lo menos hoy, parecen un plañidéo hueco sin remitentes.
El último que portó el cetro con poderes completos fue Salinas. Zedillo se encargó de desmatelar bastante bien las facultades presidenciales y Fox o Calderón tuvierón sólo una fracción de los hilos en la mano. En el papel, el Pri no es el mastodonte que solía ser cuando todos los gobernadores eran priistas, todos los presidentes municipales priistas, todos los senadores y diputados priistas, todos los diputados locales priistas, todas las asociaciones gremiales priistas y todos éstos bailaban el son que tarareaba el emperador.
Pero para ser hay que primero parecer o por lo menos hacerse parecer. Y en eso el Pri se pinta solo. La ceremonia me recordó bastante bien a la Coronación de Napoleón. En Política, la forma es fondo y por la forma que agarró el taco el señor, habrá que ponerse a pensar. ¿Regresará a reinstaurar el entramado todopoderoso o habrá suficiente contrapeso en la estructura como para mantenerlo en su silla medio aislado de los sectores y problemas que prometió en campaña antender y resolver? Como sea, el año que viene pinta para complicado. Ave Imperator!!! Morituri te salutant!!!!
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