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La fuente de la eterna juventud
¡oiga compadre! ¿sabe usted que son los telómeros?
¡No compadre! yo le voy al Toluca
Dentro de los sueños imposibles del hombre está el vivir por siempre y en una era donde hay una explosión de conocimiento parece ser que esto es más que una quimera.
Desde mi punto de vista la historia se inicia en aquella multicitada conferencia de Schrödinger cuando define la vida como una hermosa danza de energía, entropía e información y lanza el reto a sus compañeros físicos de que encuentren nuevas leyes de la termodinámica y desentrañen la información que genera la vida.
Mucho se ha desarrollado en esa línea pero para lo que hoy nos interesa es conveniente recordara a Ilya Prigogine con su flecha del tiempo, explicando la irreversibilidad de los procesos y a Watson con su DNA.
Y no necesitamos irnos a ecuaciones complicadas para entender este proceso, lo vemos a diario en los seres vivos como nacen, crecen, se reproducen y mueren.
Y el organismo mas observado por nosotros es nuestro propio cuerpo, recordamos como fuimos creciendo, madurando, deteriorando y finalmente llegamos al equilibrio térmico mejor conocido como la muerte.
Adentrarnos a los secretos de la vida nos lleva a mejorar la calidad de la misma y a extenderla lo mas posible, si ese es nuestro deseo.
Uno de los descubrimientos mas fascinante de los últimos tiempos ha sido el funcionamiento de los telómeros que por cierto no son elementos de ninguna porra futbolística.
En el desarrollo de nuestras vidas nos damos cuenta que hay un reloj biológico que va activando ciertos proceso en nuestro organismos, muchos de ellos imperceptibles para nosotros, otros evidentes como la aparición de la barba o la ovulación en la mujeres.
La pregunta es dónde esta ese reloj para pararlo y poder disfrutar de una larga vida.
Como recordamos, bueno mejor como nos han dicho, iniciamos este viaje de la vida como una célula que luego se divide en dos, estas a su vez se vuelven a dividir formando cuatros y así sucesivamente hasta lograr 125 divisiones.
En cierto momento se empiezan a especializar para formar determinado tejido etc..
La pregunta es ¿cómo llevan la cuenta? y aquí es donde aparecen los telómeros que no son mas que nucleótidos ricos en Timina y Guanina, TTAGGG los humanos tenemos algo así como 2000 en la punta de cada cromosoma.
El problema es que en cada división se van perdiendo estos nucleótidos hasta que se pierden totalmente y se muere las células y el organismo al que soporta.
Bueno y ¿que pasaría si engañamos a la célula y le pegamos los nucleótidos que pierde?
Bueno pues unos investigadores ya lo están haciendo en ratones y estos muestran signos de "rejuvenecimiento" , esto se logró gracias a la bioquímica Elizabeth Blackburn, ganadora de numerosos premios y reconocimientos entre ellos el premio Nobel de medicina 2009, esta australiana encontró una encima a la que bautizó como telomerasa que es la que genera los telómeros.
Esto de la telomerasa resultó ser también un avance gigantesco en el conocimiento de las células cancerosas ya que ellas se dividen sin perder telómeros, esto es, las células cancerosas son inmortales, llegando a la paradoja que el individuo que posee células inmortales se muere por causa de estas.
Los pacientes con cáncer tienen niveles altos de telomerasa de ahí que se plantea como posible curación del cáncer controlar los niveles de telomerasa como parte del tratamiento.
Este mes la revista American Scientific publica un estudio que realizó la Doctora Linda E. Carlson y sus colegas donde usaron una técnica de meditación semejante a la budista para mejorar la longitud de los telómeros.
La ciencia y la religión que se iniciaron como una, para luego tener un gran distanciamiento, parecen conciliarse en algunos puntos, estos científicos también reviven la controversia filosófica del dualismo cuerpo-alma que considera que nuestra alma inmortal reside temporalmente en nuestro cuerpo contra la idea de que alma y cuerpo aparecen indisolublemente unidos en una sola identidad.
Les queda claro que nuestro estado mental tiene influencia física medible sobre nosotros - más específicamente en nuestro ADN.
Esto de los telómeros y la telomerasa nos inclina a pensar que en un futuro podremos ir con nuestro bioquímico y pedirle que nos haga un virus para que nos regrese el reloj biológico a la edad de 20 o 30 años o la edad que queramos.
En tanto no suceda esto, recomiendan la ingesta de alimentos naturales ricos en vitamina D, probióticos, vitamina k2,Ubiquinol, Omega 3, Magnesio, uvas, cacao, Te verde, Acido fólico, vitamina B12, Cúrcuma, Vitamina A, ejercicio y ayuno para proteger sus telómeros.
Pero sobre todo hacer caso omiso de los rencores del pasado y futuras preocupaciones practicando la meditación trascendental, aunque ya lo había dicho San Agustín hace unos siglos “La razón sirve a la fe y la fe ilumina la razón”
Marcos Barraza Urquidi
¡oiga compadre! ¿sabe usted que son los telómeros?
¡No compadre! yo le voy al Toluca
Dentro de los sueños imposibles del hombre está el vivir por siempre y en una era donde hay una explosión de conocimiento parece ser que esto es más que una quimera.
Desde mi punto de vista la historia se inicia en aquella multicitada conferencia de Schrödinger cuando define la vida como una hermosa danza de energía, entropía e información y lanza el reto a sus compañeros físicos de que encuentren nuevas leyes de la termodinámica y desentrañen la información que genera la vida.
Mucho se ha desarrollado en esa línea pero para lo que hoy nos interesa es conveniente recordara a Ilya Prigogine con su flecha del tiempo, explicando la irreversibilidad de los procesos y a Watson con su DNA.
Y no necesitamos irnos a ecuaciones complicadas para entender este proceso, lo vemos a diario en los seres vivos como nacen, crecen, se reproducen y mueren.
Y el organismo mas observado por nosotros es nuestro propio cuerpo, recordamos como fuimos creciendo, madurando, deteriorando y finalmente llegamos al equilibrio térmico mejor conocido como la muerte.
Adentrarnos a los secretos de la vida nos lleva a mejorar la calidad de la misma y a extenderla lo mas posible, si ese es nuestro deseo.
Uno de los descubrimientos mas fascinante de los últimos tiempos ha sido el funcionamiento de los telómeros que por cierto no son elementos de ninguna porra futbolística.
En el desarrollo de nuestras vidas nos damos cuenta que hay un reloj biológico que va activando ciertos proceso en nuestro organismos, muchos de ellos imperceptibles para nosotros, otros evidentes como la aparición de la barba o la ovulación en la mujeres.
La pregunta es dónde esta ese reloj para pararlo y poder disfrutar de una larga vida.
Como recordamos, bueno mejor como nos han dicho, iniciamos este viaje de la vida como una célula que luego se divide en dos, estas a su vez se vuelven a dividir formando cuatros y así sucesivamente hasta lograr 125 divisiones.
En cierto momento se empiezan a especializar para formar determinado tejido etc..
La pregunta es ¿cómo llevan la cuenta? y aquí es donde aparecen los telómeros que no son mas que nucleótidos ricos en Timina y Guanina, TTAGGG los humanos tenemos algo así como 2000 en la punta de cada cromosoma.
El problema es que en cada división se van perdiendo estos nucleótidos hasta que se pierden totalmente y se muere las células y el organismo al que soporta.
Bueno y ¿que pasaría si engañamos a la célula y le pegamos los nucleótidos que pierde?
Bueno pues unos investigadores ya lo están haciendo en ratones y estos muestran signos de "rejuvenecimiento" , esto se logró gracias a la bioquímica Elizabeth Blackburn, ganadora de numerosos premios y reconocimientos entre ellos el premio Nobel de medicina 2009, esta australiana encontró una encima a la que bautizó como telomerasa que es la que genera los telómeros.
Esto de la telomerasa resultó ser también un avance gigantesco en el conocimiento de las células cancerosas ya que ellas se dividen sin perder telómeros, esto es, las células cancerosas son inmortales, llegando a la paradoja que el individuo que posee células inmortales se muere por causa de estas.
Los pacientes con cáncer tienen niveles altos de telomerasa de ahí que se plantea como posible curación del cáncer controlar los niveles de telomerasa como parte del tratamiento.
Este mes la revista American Scientific publica un estudio que realizó la Doctora Linda E. Carlson y sus colegas donde usaron una técnica de meditación semejante a la budista para mejorar la longitud de los telómeros.
La ciencia y la religión que se iniciaron como una, para luego tener un gran distanciamiento, parecen conciliarse en algunos puntos, estos científicos también reviven la controversia filosófica del dualismo cuerpo-alma que considera que nuestra alma inmortal reside temporalmente en nuestro cuerpo contra la idea de que alma y cuerpo aparecen indisolublemente unidos en una sola identidad.
Les queda claro que nuestro estado mental tiene influencia física medible sobre nosotros - más específicamente en nuestro ADN.
Esto de los telómeros y la telomerasa nos inclina a pensar que en un futuro podremos ir con nuestro bioquímico y pedirle que nos haga un virus para que nos regrese el reloj biológico a la edad de 20 o 30 años o la edad que queramos.
En tanto no suceda esto, recomiendan la ingesta de alimentos naturales ricos en vitamina D, probióticos, vitamina k2,Ubiquinol, Omega 3, Magnesio, uvas, cacao, Te verde, Acido fólico, vitamina B12, Cúrcuma, Vitamina A, ejercicio y ayuno para proteger sus telómeros.
Pero sobre todo hacer caso omiso de los rencores del pasado y futuras preocupaciones practicando la meditación trascendental, aunque ya lo había dicho San Agustín hace unos siglos “La razón sirve a la fe y la fe ilumina la razón”
Marcos Barraza Urquidi
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