La pareja y la complejidad
Un modelo que ilustra algunos puntos de la vida es el de la complejidad biológica y particularmente la de las propiedades emergentes.
Los especialistas definen la complejidad como la cantidad de información necesaria para describir un sistema, por lo que la complejidad e información van de la mano.
Lo apasionante es como en la medida que crece la complejidad aparecen nuevas propiedades que no tenían su integrantes lo que significa que un conjunto es más que la suma de las pares que lo componen.
Las partículas, formando átomos, estos a su vez integrando moléculas que forman orgánulos que al unirse forman células, estas tejidos, luego los tejidos forman órganos, los cuales se integran en sistemas
hasta aparecer el organismo, cada vez agregando propiedades nuevas o emergentes al unirse.
La complejidad biológica no termina ahí, los organismos forman especies, poblaciones, comunidades, ecosistemas, biosfera y si quisiéramos seguir nos iríamos a sistema planetario, galaxia, Cúmulo globular y terminaríamos en el universo como la complejidad absoluta.
En el paso de organismo a especie, encontramos a la pareja y la familia, dos organismos de diferente sexo se unen como pareja y a través de la procreación puede surgir una etapa superior que sería la familia, la pareja puede durar el tiempo de apareamiento o puede continuar en el cuidado de la descendencia como en el caso del hombre.
Siguiendo las reglas de la complejidad, la pareja tiene propiedades emergentes que no tiene el organismo, el más claro es el de los hijos y el de la complementariedad.
A pesar de toda la retórica barata de los últimos años es evidente la diferencia entre el hombre y la mujer y la lógica genera los roles más eficientes.
Si la mujer lleva la niño en el vientre, lo lógico es que el hombre busque el alimento, lo contrario es absolutamente imposible, el hombre no puede generar vida en su vientre y el que los dos salgan a buscar alimente somete a una carga innecesaria a la mujer, esto era evidente y normal hasta hace un siglo.
El hombre iba a la guerra y la mujer se quedaba al cuidado de la prole, el hombre se enfrentaba a la competencia del trabajo y la mujer preparaba alimentos, arreglaba la casa, cuidaba a los hijos y todo lo necesario para que el hombre y los hijos salieran al mundo a competir y generar ingresos.
Antes de la revolución industrial el hombre regresaba del trabajo agotado físicamente y la mujer le preparaba todo para el descanso, después de la revolución industrial y con la tecnología el trabajo evolucionó, se volvió menos pesado físicamente pero estresante y duro como siempre.
Se vivía en dos mundos, el externo, de trabajo y lucha, el interno de descanso y bienestar, en el externo el hombre el rey e imponía sus reglas, en el interno era la mujer, como centro de la familia.
No era un mundo perfecto, nada en el hombre es perfecto, tenía sus problemas, injusticias etc. Pero el modelo funcionó y la especie humana tomó el control de casi todo, se reprodujo como ninguna, evolucionó enormemente, se hizo el dueño del mundo.
Lo mejor de la revolución industrial fue que nos dejó mucho tiempo para desarrollar el pensamiento, las relaciones de pareja, familiares y sociales aumentaron enormemente en complejidad, la filosofía captó las conductas individuales, de pareja, de familia, de grupos y planteó nuevas conductas y teorías.
Generalmente las corrientes filosóficas empezaban con una descripción de lo que veían como realidad y terminaban en una propuesta de cambio, ese fue el caso del feminismo.
Por el año de 1949 aparece un libro de Simone de Beauvoir, una de las amantes de Paul Sartre, llamado El Segundo Sexo que hace un análisis totalmente distorsionado del papel de la mujer, la presenta como la víctima de la sociedad machista, hace alardes de sofismos y levanta la bandera de igualdad de sexos.
Hay palabras maravillosas que venden de inmediato como la palabra LIBERTAD, IGUALDAD etc, sobre todo la etc. Sin embargo, siempre hay un sin embargo, no se pueden aparear dos tuercas o dos tornillos
por mucha filosofía y discursos flamígeros, la unión solo se da con una tuerca y un tronillo y lo mismo pasa con el hombre, como especie, se requiere dos desiguales para procrear.
Y aunque es muy obvio en el caso biológico no lo es tanto en el terreno de los intangibles, ¿Por qué no sale la mujer a buscar el sustento y el hombre se queda en casa amamantando al chilpayate? IGUALDAD
IGUALDAD, EL PUEBLO UNIDO JAMÁS SERÁ VENCIDO BLA BLA BLA
O ¿Por qué no que los dos se queden en casa o los dos se van a trabajar? Si el hombre es promiscuo, irresponsable, borracho y parrandero ¿Por qué la mujer no? En el terreno de la retórica esto es totalmente posible y no solo en ese terreno sino en el de la vida diaria, en aquella época eso era una barbaridad más viniendo de una mujer que se acostaba con el que le gustaba y lo presumía, además que vivía sus teorías traía todas las perversidades del hombre y de pasadas las propias de mujer.
Atrévase, hoy, a decir que la mujer se debe quedar en casa y verá un alud de insultos, ¡Macho ignorante!, ¡Retrógrado! ¡imbecil!, ¡pluscuamperfecto! Etc. Etc. , hoy es un dogma que la mujer debe de salir de casa a desarrollarse, a superarse fuera del hogar y que quedarse en casa es de sirvientas ¡Horror! ¡Horror!
¿Superarse? Vamos a hablar en plata ¿Qué porcentaje de las mujeres, salen de casa y se “Superan”?
Entendido como superarse, tener éxito en los negocios, escalar a la punta de la pirámide, ser jefe, imponer criterios, ideas, realizarse en sus sueños.
Le voy a contestar con una pregunta ¿Qué porcentaje de los hombres cumplen esos sueños?
En el trabajo hay un jefe y 20, 30, 100 empleados, de 100 empresas que se forman ¿Cuántas se convierten en un suceso? ¿2? ¿3? Muy pocos hombres se “realizan” la mayoría desempeñan un trabajo diferente al que soñaron de jóvenes, donde tienen que hacer cosas repetitivas y aburridas en ambientes no siempre agradables, competir, luchar, esforzarse y a veces regresar con las manos vacías, el ambiente fuera de casa es hostil ¿Por qué la mujer piensa que saliendo de casa se va a “realizar”? si en el mejor de los casos correrá la misma suerte que el hombre.
La utopía se alimenta a diario, vemos países presididos por mujeres y muchas exclaman ¿No que no? ¡Nosotras podemos!, pero no ven los millones de mujeres trabajando como operadoras, barrenderas, meseras etc. Trabajos que NO estaban en la lista de las realizaciones y en condiciones, muchas veces adversas, pero lo más grave es que los hogares están abandonados, los hijos criados por sirvientas en el mejor de los casos o abandonados al barrio, los vecinos, los familiares con casos terribles de abusos.
Ahora son dos proveedores y vacío en casa, dos personas que llegan cansadas del trabajo sin ánimo de levantar la casa, ayudar a los hijos, barrer, lavar la ropa, hacer comida, a seguirle a la chamba o dejar todo tirado.
En las fotos, el cine, los videos vemos a mujeres exitosas con hombres a sus pies atentos al menor deseo y las muchachas dicen ¡Quiero ser como ella!, pero por una mujer en esas condiciones hay ciento de miles usadas y abusadas en el trabajo para deleite del supervisor, el jefe o hasta el compañero de trabajo y ¿Porqué no? De ellas mismas.
Mal negocio para las mujeres esto de la liberación femenina, pasaron de ser las reinas del hogar para ser las sirvientas de los jefes, cuando no el retrete de ellos.
En estas condiciones ¿Qué pareja puede sobrevivir? Muy pocas. Comentaba un amigo, maestro de una escuela secundaria que el 90 % de sus alumnos venían de hogares disfuncionales, donde no había padre o madre, normalmente no había papá, la pareja se había destruido y casi en automático la familia entra en la disfunción que se extiende a la sociedad.
Los expertos en relaciones de pareja hablan que los elementos de la pareja son Atracción, Afectividad, Intimidad, Convivencia, Compromiso, Respeto, Confianza, Confidencialidad, Entrega, Acercamiento, Conjugación de emociones, ninguno de estos elementos se encuentran en el feminismo que es la lucha y competencia entre hombre y mujer que casi siempre termina en el sometimiento o la ruptura.
¡Simone! Menudo favor le hiciste a la humanidad.
Un modelo que ilustra algunos puntos de la vida es el de la complejidad biológica y particularmente la de las propiedades emergentes.
Los especialistas definen la complejidad como la cantidad de información necesaria para describir un sistema, por lo que la complejidad e información van de la mano.
Lo apasionante es como en la medida que crece la complejidad aparecen nuevas propiedades que no tenían su integrantes lo que significa que un conjunto es más que la suma de las pares que lo componen.
Las partículas, formando átomos, estos a su vez integrando moléculas que forman orgánulos que al unirse forman células, estas tejidos, luego los tejidos forman órganos, los cuales se integran en sistemas
hasta aparecer el organismo, cada vez agregando propiedades nuevas o emergentes al unirse.
La complejidad biológica no termina ahí, los organismos forman especies, poblaciones, comunidades, ecosistemas, biosfera y si quisiéramos seguir nos iríamos a sistema planetario, galaxia, Cúmulo globular y terminaríamos en el universo como la complejidad absoluta.
En el paso de organismo a especie, encontramos a la pareja y la familia, dos organismos de diferente sexo se unen como pareja y a través de la procreación puede surgir una etapa superior que sería la familia, la pareja puede durar el tiempo de apareamiento o puede continuar en el cuidado de la descendencia como en el caso del hombre.
Siguiendo las reglas de la complejidad, la pareja tiene propiedades emergentes que no tiene el organismo, el más claro es el de los hijos y el de la complementariedad.
A pesar de toda la retórica barata de los últimos años es evidente la diferencia entre el hombre y la mujer y la lógica genera los roles más eficientes.
Si la mujer lleva la niño en el vientre, lo lógico es que el hombre busque el alimento, lo contrario es absolutamente imposible, el hombre no puede generar vida en su vientre y el que los dos salgan a buscar alimente somete a una carga innecesaria a la mujer, esto era evidente y normal hasta hace un siglo.
El hombre iba a la guerra y la mujer se quedaba al cuidado de la prole, el hombre se enfrentaba a la competencia del trabajo y la mujer preparaba alimentos, arreglaba la casa, cuidaba a los hijos y todo lo necesario para que el hombre y los hijos salieran al mundo a competir y generar ingresos.
Antes de la revolución industrial el hombre regresaba del trabajo agotado físicamente y la mujer le preparaba todo para el descanso, después de la revolución industrial y con la tecnología el trabajo evolucionó, se volvió menos pesado físicamente pero estresante y duro como siempre.
Se vivía en dos mundos, el externo, de trabajo y lucha, el interno de descanso y bienestar, en el externo el hombre el rey e imponía sus reglas, en el interno era la mujer, como centro de la familia.
No era un mundo perfecto, nada en el hombre es perfecto, tenía sus problemas, injusticias etc. Pero el modelo funcionó y la especie humana tomó el control de casi todo, se reprodujo como ninguna, evolucionó enormemente, se hizo el dueño del mundo.
Lo mejor de la revolución industrial fue que nos dejó mucho tiempo para desarrollar el pensamiento, las relaciones de pareja, familiares y sociales aumentaron enormemente en complejidad, la filosofía captó las conductas individuales, de pareja, de familia, de grupos y planteó nuevas conductas y teorías.
Generalmente las corrientes filosóficas empezaban con una descripción de lo que veían como realidad y terminaban en una propuesta de cambio, ese fue el caso del feminismo.
Por el año de 1949 aparece un libro de Simone de Beauvoir, una de las amantes de Paul Sartre, llamado El Segundo Sexo que hace un análisis totalmente distorsionado del papel de la mujer, la presenta como la víctima de la sociedad machista, hace alardes de sofismos y levanta la bandera de igualdad de sexos.
Hay palabras maravillosas que venden de inmediato como la palabra LIBERTAD, IGUALDAD etc, sobre todo la etc. Sin embargo, siempre hay un sin embargo, no se pueden aparear dos tuercas o dos tornillos
por mucha filosofía y discursos flamígeros, la unión solo se da con una tuerca y un tronillo y lo mismo pasa con el hombre, como especie, se requiere dos desiguales para procrear.
Y aunque es muy obvio en el caso biológico no lo es tanto en el terreno de los intangibles, ¿Por qué no sale la mujer a buscar el sustento y el hombre se queda en casa amamantando al chilpayate? IGUALDAD
IGUALDAD, EL PUEBLO UNIDO JAMÁS SERÁ VENCIDO BLA BLA BLA
O ¿Por qué no que los dos se queden en casa o los dos se van a trabajar? Si el hombre es promiscuo, irresponsable, borracho y parrandero ¿Por qué la mujer no? En el terreno de la retórica esto es totalmente posible y no solo en ese terreno sino en el de la vida diaria, en aquella época eso era una barbaridad más viniendo de una mujer que se acostaba con el que le gustaba y lo presumía, además que vivía sus teorías traía todas las perversidades del hombre y de pasadas las propias de mujer.
Atrévase, hoy, a decir que la mujer se debe quedar en casa y verá un alud de insultos, ¡Macho ignorante!, ¡Retrógrado! ¡imbecil!, ¡pluscuamperfecto! Etc. Etc. , hoy es un dogma que la mujer debe de salir de casa a desarrollarse, a superarse fuera del hogar y que quedarse en casa es de sirvientas ¡Horror! ¡Horror!
¿Superarse? Vamos a hablar en plata ¿Qué porcentaje de las mujeres, salen de casa y se “Superan”?
Entendido como superarse, tener éxito en los negocios, escalar a la punta de la pirámide, ser jefe, imponer criterios, ideas, realizarse en sus sueños.
Le voy a contestar con una pregunta ¿Qué porcentaje de los hombres cumplen esos sueños?
En el trabajo hay un jefe y 20, 30, 100 empleados, de 100 empresas que se forman ¿Cuántas se convierten en un suceso? ¿2? ¿3? Muy pocos hombres se “realizan” la mayoría desempeñan un trabajo diferente al que soñaron de jóvenes, donde tienen que hacer cosas repetitivas y aburridas en ambientes no siempre agradables, competir, luchar, esforzarse y a veces regresar con las manos vacías, el ambiente fuera de casa es hostil ¿Por qué la mujer piensa que saliendo de casa se va a “realizar”? si en el mejor de los casos correrá la misma suerte que el hombre.
La utopía se alimenta a diario, vemos países presididos por mujeres y muchas exclaman ¿No que no? ¡Nosotras podemos!, pero no ven los millones de mujeres trabajando como operadoras, barrenderas, meseras etc. Trabajos que NO estaban en la lista de las realizaciones y en condiciones, muchas veces adversas, pero lo más grave es que los hogares están abandonados, los hijos criados por sirvientas en el mejor de los casos o abandonados al barrio, los vecinos, los familiares con casos terribles de abusos.
Ahora son dos proveedores y vacío en casa, dos personas que llegan cansadas del trabajo sin ánimo de levantar la casa, ayudar a los hijos, barrer, lavar la ropa, hacer comida, a seguirle a la chamba o dejar todo tirado.
En las fotos, el cine, los videos vemos a mujeres exitosas con hombres a sus pies atentos al menor deseo y las muchachas dicen ¡Quiero ser como ella!, pero por una mujer en esas condiciones hay ciento de miles usadas y abusadas en el trabajo para deleite del supervisor, el jefe o hasta el compañero de trabajo y ¿Porqué no? De ellas mismas.
Mal negocio para las mujeres esto de la liberación femenina, pasaron de ser las reinas del hogar para ser las sirvientas de los jefes, cuando no el retrete de ellos.
En estas condiciones ¿Qué pareja puede sobrevivir? Muy pocas. Comentaba un amigo, maestro de una escuela secundaria que el 90 % de sus alumnos venían de hogares disfuncionales, donde no había padre o madre, normalmente no había papá, la pareja se había destruido y casi en automático la familia entra en la disfunción que se extiende a la sociedad.
Los expertos en relaciones de pareja hablan que los elementos de la pareja son Atracción, Afectividad, Intimidad, Convivencia, Compromiso, Respeto, Confianza, Confidencialidad, Entrega, Acercamiento, Conjugación de emociones, ninguno de estos elementos se encuentran en el feminismo que es la lucha y competencia entre hombre y mujer que casi siempre termina en el sometimiento o la ruptura.
¡Simone! Menudo favor le hiciste a la humanidad.
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