Qué siente usted cuando insulta desde el anonimato?
20 Feb, 2018
Economía sin lágrimas
Ángel Verdugo
Lo visto estos últimos meses en los espacios que hemos dado en llamar redes sociales, nada será frente lo que veremos de aquí al 30 de junio de este año.
¿Es usted usuario de dichas herramientas? ¿Participa en ellas, sea de manera activa o como espectador pasivo? ¿Qué le parece lo que ve y lee ahí? ¿Qué piensa usted de estas declaraciones de Umberto Eco, personaje que no requiere presentación?:
Las redes sociales le dan el derecho a hablar a legiones de idiotas que primero sólo hablaban en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles, afirmó según el diario italiano La Stampa.
Si la televisión había promovido al tonto del pueblo, ante el cual el espectador se sentía superior, el drama de internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad.
Si me permitiere la licencia, deberíamos agregar a lo anterior el papel que juegan la cobardía y el anonimato en esa degradación del opinar y debatir.
De participar usted activamente en las redes sociales, ¿lo hace con la mínima responsabilidad ciudadana, es decir, se identifica plenamente? Por el contrario, ¿es de los que se dedica a lanzar los peores insultos, y ofende de manera procaz a quienes no conoce y por lo tanto, ignora todo de ellos? ¿Acaso lo mejor de las redes sociales para usted, es que ese anonimato lo hace verse valiente, cuando no justiciero y políticamente correcto?
En caso de ser un opinante cuya afición es lanzar insultos a las personas cuyas opiniones no coinciden con las suyas, ¿qué siente al lanzarlos? ¿Hay gozo alguno en usted cuando les mienta la madre, u ofende a unos y otros con una vulgaridad pocas veces vista?
De encontrar placer en esto, ¿a qué se debe? ¿Algún impulso de echar fuera frustraciones y complejos de índole diversa? ¿O sentirse valiente a pesar de permanecer en el anonimato y escudarse en él? ¿Cuál sería el impacto que tendría en los suyos —esposa e hijos, por ejemplo—, descubrir en
usted esa práctica? ¿Cómo explicaría dicha conducta?
¿Piensa que hacer lo que arribo describo, contribuye al debate civilizado, necesarísimo en toda democracia? Por el contrario, de hacerlo, ¿lo ve como algo útil y necesario para combatir ideas pecaminosas o según usted, amorales?
De no ser alguien así, ¿qué piensa de los que así se conducen en las redes sociales? ¿Recomendaría algún control para evitar que quienes sí lo hacen, siguieren utilizando esos espacios para ofender e infundir temor en quienes promueven una discusión respetuosa y civilizada en esos espacios, con miras a elevar el aprecio por la libertad de todos nosotros?
Por lo contrario, ¿considera que la libertad debería incluir el respeto amplio e irrestricto de esas opiniones, por ofensivas e irrespetuosas que fueren? De seguir las cosas como a la fecha, ¿cuál piensa será el futuro de las redes sociales? ¿Llegaremos a imponer controles férreos como hace hoy la República Popular China y Turquía, por ejemplo?
¿Estaría a favor de impedir que ciertos temas —principalmente de carácter político—, fueren discutidos en la más amplia libertad en las redes sociales? En aras de lograr esto, ¿aceptaría ciertas reglas las cuales, de violarlas, le daría al Estado la facultad de cancelar su cuenta?
Por las preguntas anteriores y muchas más de índole similar, se ve que el tema no es sencillo. En consecuencia, de aquí al 1 de julio nada cambiará en materia de regulación de las redes sociales, menos en lo que tiene que ver con la participación de quienes en ellas se mueven.
¿Le encuentra entonces sentido al primer párrafo? Lo visto estos últimos meses en esos espacios que hemos dado en llamar redes sociales, nada será frente lo que nos tocar
----
Interesante artículo referente a los post que en estos foros hablan del respeto que merece cualquier forista. Respeto mínimo.
Saludos.
20 Feb, 2018
Economía sin lágrimas
Ángel Verdugo
Lo visto estos últimos meses en los espacios que hemos dado en llamar redes sociales, nada será frente lo que veremos de aquí al 30 de junio de este año.
¿Es usted usuario de dichas herramientas? ¿Participa en ellas, sea de manera activa o como espectador pasivo? ¿Qué le parece lo que ve y lee ahí? ¿Qué piensa usted de estas declaraciones de Umberto Eco, personaje que no requiere presentación?:
Las redes sociales le dan el derecho a hablar a legiones de idiotas que primero sólo hablaban en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles, afirmó según el diario italiano La Stampa.
Si la televisión había promovido al tonto del pueblo, ante el cual el espectador se sentía superior, el drama de internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad.
Si me permitiere la licencia, deberíamos agregar a lo anterior el papel que juegan la cobardía y el anonimato en esa degradación del opinar y debatir.
De participar usted activamente en las redes sociales, ¿lo hace con la mínima responsabilidad ciudadana, es decir, se identifica plenamente? Por el contrario, ¿es de los que se dedica a lanzar los peores insultos, y ofende de manera procaz a quienes no conoce y por lo tanto, ignora todo de ellos? ¿Acaso lo mejor de las redes sociales para usted, es que ese anonimato lo hace verse valiente, cuando no justiciero y políticamente correcto?
En caso de ser un opinante cuya afición es lanzar insultos a las personas cuyas opiniones no coinciden con las suyas, ¿qué siente al lanzarlos? ¿Hay gozo alguno en usted cuando les mienta la madre, u ofende a unos y otros con una vulgaridad pocas veces vista?
De encontrar placer en esto, ¿a qué se debe? ¿Algún impulso de echar fuera frustraciones y complejos de índole diversa? ¿O sentirse valiente a pesar de permanecer en el anonimato y escudarse en él? ¿Cuál sería el impacto que tendría en los suyos —esposa e hijos, por ejemplo—, descubrir en
usted esa práctica? ¿Cómo explicaría dicha conducta?
¿Piensa que hacer lo que arribo describo, contribuye al debate civilizado, necesarísimo en toda democracia? Por el contrario, de hacerlo, ¿lo ve como algo útil y necesario para combatir ideas pecaminosas o según usted, amorales?
De no ser alguien así, ¿qué piensa de los que así se conducen en las redes sociales? ¿Recomendaría algún control para evitar que quienes sí lo hacen, siguieren utilizando esos espacios para ofender e infundir temor en quienes promueven una discusión respetuosa y civilizada en esos espacios, con miras a elevar el aprecio por la libertad de todos nosotros?
Por lo contrario, ¿considera que la libertad debería incluir el respeto amplio e irrestricto de esas opiniones, por ofensivas e irrespetuosas que fueren? De seguir las cosas como a la fecha, ¿cuál piensa será el futuro de las redes sociales? ¿Llegaremos a imponer controles férreos como hace hoy la República Popular China y Turquía, por ejemplo?
¿Estaría a favor de impedir que ciertos temas —principalmente de carácter político—, fueren discutidos en la más amplia libertad en las redes sociales? En aras de lograr esto, ¿aceptaría ciertas reglas las cuales, de violarlas, le daría al Estado la facultad de cancelar su cuenta?
Por las preguntas anteriores y muchas más de índole similar, se ve que el tema no es sencillo. En consecuencia, de aquí al 1 de julio nada cambiará en materia de regulación de las redes sociales, menos en lo que tiene que ver con la participación de quienes en ellas se mueven.
¿Le encuentra entonces sentido al primer párrafo? Lo visto estos últimos meses en esos espacios que hemos dado en llamar redes sociales, nada será frente lo que nos tocar
----
Interesante artículo referente a los post que en estos foros hablan del respeto que merece cualquier forista. Respeto mínimo.
Saludos.
Comment