Apuntes de feminismo
Marcos Barraza Urquidi
Soy macho ¿y?
“Pos” que lo ensillen compadre-
Si el asunto fuera ecuestre habría que ensillar a todos los machos y a todas las mulas, todos terminaríamos ensillados porque en nuestra especie solo hay machos y hembras, lo demás es constructo mental de intelectualoides de pacotilla y perversos hombres del poder.
La mejor forma de imponer una ideología de cualquier tipo es encontrar o crear un enemigo contra quien pelear y una reivindicación que alcanzar, con esta fórmula milenaria se puede implantar cualquier absurdo.
En el caso del feminismo se crea un monstruo contra el que hay que pelear y una víctima por salvar.
El monstruo terrible y de mil cabezas es el macho al cual le “adornan” e implantan adjetivos de golpeador, violador, supresor etc. etc.
Se satanizan los roles, se crean consignas y a “la lucha compañeras” “acabemos con el macho” se distorsionan los roles, se destruye la pareja y la familia. Los dueños de los grandes capitales y empresas se doblan de la risa al conseguir mano de obra barata y abundante.
“El nido abandonado” que genera el que las madres se vayan a trabajar crea problemas mayúsculos en la educación de los hijos, los niños sicarios que aparecieron en la primera década de este milenio, no tiene otra explicación que el abandono de la educación por parte de los padres que dejaron al barrio y las pandillas esa preciada tarea.
El satanizar cualquier actitud varonil en el hombre y la nobleza en la mujer crea una distorsión brutal en la sociedad que crea hombres “delicaditos” y mujeres varoniles.
Hoy tenemos el choque de trenes entre la sabiduría milenaria y las ocurrencias e intereses perversos que le hacen creer a la mujer que el trabajo en el hogar es humillante y que solo el trabajo en la empresa o gobierno la realizará.
La ideología de género, promovida por los grandes capitales, ha tenido éxito en la disminución de la tasa de crecimiento mundial, objetivo inicial, en 1971 la tasa de crecimiento mundial era del 2.106% ha bajado a 1.15 en 2017.(datos del Banco mundial) .
Paradójicamente la participación de la mujer en el mercado laboral que se había mantenido arriba del 50% por mucho tiempo, ha bajado del 51.1 en el 2005 al 48.68 en el 2017 (datos del Banco mundial).
La forma en que se ha bajado la tasa de crecimiento población no ha sido la mejor, porque países desarrollados, como Alemania y Japón tienen tasas negativas de crecimiento, al tiempo que los países pobres y subdesarrollados tienen las tasas mas altas.
Hoy los jóvenes no quieren tener compromisos, ya no quieren casarse y menos tener hijos, las uniones que hay entre ellos se alejan del formato de matrimonio y parecieran mas al modelo de “roommate”.
No creo que la solución sea regresar al pasado, lo que si creo, es que es tiempo de que reflexionemos y consideremos que el hedonismo no lo es todo, que las reglas de convivencia son necesarias y es urgente re-introducir la responsabilidad, solidaridad y los valores universales a la sociedad para potenciar lo mas complejo que hay en el universo conocido, La Humanidad.
Marcos Barraza Urquidi
Soy macho ¿y?
“Pos” que lo ensillen compadre-
Si el asunto fuera ecuestre habría que ensillar a todos los machos y a todas las mulas, todos terminaríamos ensillados porque en nuestra especie solo hay machos y hembras, lo demás es constructo mental de intelectualoides de pacotilla y perversos hombres del poder.
La mejor forma de imponer una ideología de cualquier tipo es encontrar o crear un enemigo contra quien pelear y una reivindicación que alcanzar, con esta fórmula milenaria se puede implantar cualquier absurdo.
En el caso del feminismo se crea un monstruo contra el que hay que pelear y una víctima por salvar.
El monstruo terrible y de mil cabezas es el macho al cual le “adornan” e implantan adjetivos de golpeador, violador, supresor etc. etc.
Se satanizan los roles, se crean consignas y a “la lucha compañeras” “acabemos con el macho” se distorsionan los roles, se destruye la pareja y la familia. Los dueños de los grandes capitales y empresas se doblan de la risa al conseguir mano de obra barata y abundante.
“El nido abandonado” que genera el que las madres se vayan a trabajar crea problemas mayúsculos en la educación de los hijos, los niños sicarios que aparecieron en la primera década de este milenio, no tiene otra explicación que el abandono de la educación por parte de los padres que dejaron al barrio y las pandillas esa preciada tarea.
El satanizar cualquier actitud varonil en el hombre y la nobleza en la mujer crea una distorsión brutal en la sociedad que crea hombres “delicaditos” y mujeres varoniles.
Hoy tenemos el choque de trenes entre la sabiduría milenaria y las ocurrencias e intereses perversos que le hacen creer a la mujer que el trabajo en el hogar es humillante y que solo el trabajo en la empresa o gobierno la realizará.
La ideología de género, promovida por los grandes capitales, ha tenido éxito en la disminución de la tasa de crecimiento mundial, objetivo inicial, en 1971 la tasa de crecimiento mundial era del 2.106% ha bajado a 1.15 en 2017.(datos del Banco mundial) .
Paradójicamente la participación de la mujer en el mercado laboral que se había mantenido arriba del 50% por mucho tiempo, ha bajado del 51.1 en el 2005 al 48.68 en el 2017 (datos del Banco mundial).
La forma en que se ha bajado la tasa de crecimiento población no ha sido la mejor, porque países desarrollados, como Alemania y Japón tienen tasas negativas de crecimiento, al tiempo que los países pobres y subdesarrollados tienen las tasas mas altas.
Hoy los jóvenes no quieren tener compromisos, ya no quieren casarse y menos tener hijos, las uniones que hay entre ellos se alejan del formato de matrimonio y parecieran mas al modelo de “roommate”.
No creo que la solución sea regresar al pasado, lo que si creo, es que es tiempo de que reflexionemos y consideremos que el hedonismo no lo es todo, que las reglas de convivencia son necesarias y es urgente re-introducir la responsabilidad, solidaridad y los valores universales a la sociedad para potenciar lo mas complejo que hay en el universo conocido, La Humanidad.
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