Dice un refrán mexicano que “el que se lleva se aguanta”, esto en referencia a que si usted insulta o denigra a alguien tiene que aguantarse cuando viene la respuesta.
Hoy tenemos un presidente que diferencia a la gente entre pobrecitos y fifís, término peyorativo contra alguien trabajador, elegante, distinguido o bien portado.
Es grave que un presidente insista en sus peroratas diarias en dividir a la población, en generar odio y lucha de clases porque la historia nos indica las consecuencias de estas políticas nefastas.
Hoy la población se está dividiendo en “nacos” y “fifís” división que no tarda en volverse incendiaria por que la violencia verbal es el antecedente de la violencia física.
Este presidente que se rasca la cola en público, pondera los antivalores, justifica los robos y crímenes en nombre de la pobreza, es la mecha que pronto incendiará el país.
Desde su puesto ha iniciado una campaña para destruir todo lo que sea iniciativa privada, libre empresa y organismos de la sociedad para concentrar en forma absoluta el poder.
Los miles de millones de pesos que pierde el país por el paro de trenes no le preocupan en lo más mínimo, no molesten a sus naquitos, ellos lo apoyaron en su campaña y saldrán a la calle cuando se los pida.
Los millones de dólaresy millares de empleos que se perdieron con la suspensión del aeropuerto y sobre todo, el perder la oportunidad de tener un aeropuerto de primer mundo con servicio de enlace a todo el mundo, no le ha quitado el sueño, necesita tener a los militares de su lado y la mejor forma es hacerlos cómplices de la corrupción y que mejor manera de darles proyectos de construcción donde, como en Venezuela, los militares se han enriquecido sin límites con las empresas confiscadas y los contratos gubernamentales.
Darles a los militares funciones de constructores y policías tiene su riesgo, ya hemos visto los gorilatos que se instauraron en Latinoamérica y los nuestros posrevolucionarios. Con la guardia nacional, Obrador tendrá el control absoluto de la vida y bienes de todos los mexicanos.
Es cierto que la democracia tiene sus fallas y más cuando se pone en práctica en un país de educación comunista y mercado capitalista, porque los regímenes comunistas siempre han terminado en un totalitarismo, en la esclavitud y pobreza de su gente, no hay ningún país que haya sobrevivido al marxismo.
En 1992 viajé durante un mes por la China, todavía comunista y pude ver los extremos de miseria y esclavitud en que vivían, al cambiar el modelo, China surge como una potencia económica y tecnológica impresionante y lo mismo podemos decir de Rusia, Alemania, Polonia etc.
Esto nos lleva a una triste reflexión, “Los mexicanos somos los únicos idiotas que creemos todavía en el marxismo y pusimos al mando del timón del país a un naco, ignorante, envidioso, violento y analfabeto, las consecuencias las pagaremos pronto y le dejaremos una herencia maldita a nuestros hijos.
Al tiempo
Hoy tenemos un presidente que diferencia a la gente entre pobrecitos y fifís, término peyorativo contra alguien trabajador, elegante, distinguido o bien portado.
Es grave que un presidente insista en sus peroratas diarias en dividir a la población, en generar odio y lucha de clases porque la historia nos indica las consecuencias de estas políticas nefastas.
Hoy la población se está dividiendo en “nacos” y “fifís” división que no tarda en volverse incendiaria por que la violencia verbal es el antecedente de la violencia física.
Este presidente que se rasca la cola en público, pondera los antivalores, justifica los robos y crímenes en nombre de la pobreza, es la mecha que pronto incendiará el país.
Desde su puesto ha iniciado una campaña para destruir todo lo que sea iniciativa privada, libre empresa y organismos de la sociedad para concentrar en forma absoluta el poder.
Los miles de millones de pesos que pierde el país por el paro de trenes no le preocupan en lo más mínimo, no molesten a sus naquitos, ellos lo apoyaron en su campaña y saldrán a la calle cuando se los pida.
Los millones de dólaresy millares de empleos que se perdieron con la suspensión del aeropuerto y sobre todo, el perder la oportunidad de tener un aeropuerto de primer mundo con servicio de enlace a todo el mundo, no le ha quitado el sueño, necesita tener a los militares de su lado y la mejor forma es hacerlos cómplices de la corrupción y que mejor manera de darles proyectos de construcción donde, como en Venezuela, los militares se han enriquecido sin límites con las empresas confiscadas y los contratos gubernamentales.
Darles a los militares funciones de constructores y policías tiene su riesgo, ya hemos visto los gorilatos que se instauraron en Latinoamérica y los nuestros posrevolucionarios. Con la guardia nacional, Obrador tendrá el control absoluto de la vida y bienes de todos los mexicanos.
Es cierto que la democracia tiene sus fallas y más cuando se pone en práctica en un país de educación comunista y mercado capitalista, porque los regímenes comunistas siempre han terminado en un totalitarismo, en la esclavitud y pobreza de su gente, no hay ningún país que haya sobrevivido al marxismo.
En 1992 viajé durante un mes por la China, todavía comunista y pude ver los extremos de miseria y esclavitud en que vivían, al cambiar el modelo, China surge como una potencia económica y tecnológica impresionante y lo mismo podemos decir de Rusia, Alemania, Polonia etc.
Esto nos lleva a una triste reflexión, “Los mexicanos somos los únicos idiotas que creemos todavía en el marxismo y pusimos al mando del timón del país a un naco, ignorante, envidioso, violento y analfabeto, las consecuencias las pagaremos pronto y le dejaremos una herencia maldita a nuestros hijos.
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