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Estoy harto de leer la gran cantidad de artículos y opiniones vanagloriando a las futbolistas gringas por haber ganado el Mundial femenil de fútbol, afirmando que son mejores que los hombres y que el fútbol femenino es mejor que el fútbol masculino, y que el público futbolero debería dejar de seguir a Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar y en su lugar seguir a las nuevas heroínas del fútbol.
Pero curiosamente lo que me molesta y harta ni siquiera es por un tema deportivo, ya que deportivamente para mí el fútbol femenil es un cero a la izquierda, es más ni siquiera sabía que se estaba jugando el Mundial hasta que empezaron a spamearlo en las redes sociales.
Lo que me harta son dos cosas que no tienen nada que ver con lo sucedido dentro del campo de juego: primero el que sea motivo de celebración la gran cantidad de futbolistas lesbianas que hay en ese deporte a nivel profesional, de hecho la estrella gringa es una lesbiana que parece hombre, y el segundo asunto que me harta es que nuevamente los grupos feministas (o más bien dicho feminazis) quieran usarlo para llevar agua a su molino diciendo que es injusto que las futbolistas mujeres ganen menos que los hombres, sobre todo haciendo la comparación con la selección masculina de E.U. la cual no pudo clasificar al Mundial pasado y perdió ante México la final de la Copa de Oro.
Es que es un asunto de simple lógica, si las feministas lo que piden principalmente, según ellas, es igualdad, pues entonces que mayor igualdad pudiera existir que el que pudieran jugar un partido de fútbol contra los hombres. Si las feministas juran que las mujeres son iguales o superiores a los hombres y que por eso deben ganar lo mismo, entonces por qué no organizan un partido de las gringas campeonas del Mundial femenil contra el campeón del Mundial masculino que es Francia, claro que se van a negar porque saben que terminaría en una goleada escandalosa como de 13-0. Bueno entonces que no jueguen contra el campeón del mundo sino contra su homólogo masculino o sea la selección de E.U. que acaba de perder ante México, también se negarán porque igual terminaría en una goleada de más de 7-0.
Recuerdo que hace unos años la tenista negra Serena Williams se jactaba de que era muy superior a cualquier otra mujer y muy envalentonada lanzó un reto a los hombres para que jugaran contra ella, el único que aceptó fue un tenista rankeado abajo del lugar 200, quien le ganó a Serena con gran facilidad. La tenista número uno del mundo perdió por paliza contra un tenista hombre rankeado abajo del lugar 200.
No hay comparación, ni tampoco hay igualdad, hombres y mujeres son diferentes, las feministas pueden pedir que no haya discriminación ni exclusión, como por ejemplo en el derecho al voto o a la educación, pero no pueden pedir igualdad salarial cuando claramente son inferiores a los hombres deportivamente hablando.
Pero curiosamente lo que me molesta y harta ni siquiera es por un tema deportivo, ya que deportivamente para mí el fútbol femenil es un cero a la izquierda, es más ni siquiera sabía que se estaba jugando el Mundial hasta que empezaron a spamearlo en las redes sociales.
Lo que me harta son dos cosas que no tienen nada que ver con lo sucedido dentro del campo de juego: primero el que sea motivo de celebración la gran cantidad de futbolistas lesbianas que hay en ese deporte a nivel profesional, de hecho la estrella gringa es una lesbiana que parece hombre, y el segundo asunto que me harta es que nuevamente los grupos feministas (o más bien dicho feminazis) quieran usarlo para llevar agua a su molino diciendo que es injusto que las futbolistas mujeres ganen menos que los hombres, sobre todo haciendo la comparación con la selección masculina de E.U. la cual no pudo clasificar al Mundial pasado y perdió ante México la final de la Copa de Oro.
Es que es un asunto de simple lógica, si las feministas lo que piden principalmente, según ellas, es igualdad, pues entonces que mayor igualdad pudiera existir que el que pudieran jugar un partido de fútbol contra los hombres. Si las feministas juran que las mujeres son iguales o superiores a los hombres y que por eso deben ganar lo mismo, entonces por qué no organizan un partido de las gringas campeonas del Mundial femenil contra el campeón del Mundial masculino que es Francia, claro que se van a negar porque saben que terminaría en una goleada escandalosa como de 13-0. Bueno entonces que no jueguen contra el campeón del mundo sino contra su homólogo masculino o sea la selección de E.U. que acaba de perder ante México, también se negarán porque igual terminaría en una goleada de más de 7-0.
Recuerdo que hace unos años la tenista negra Serena Williams se jactaba de que era muy superior a cualquier otra mujer y muy envalentonada lanzó un reto a los hombres para que jugaran contra ella, el único que aceptó fue un tenista rankeado abajo del lugar 200, quien le ganó a Serena con gran facilidad. La tenista número uno del mundo perdió por paliza contra un tenista hombre rankeado abajo del lugar 200.
No hay comparación, ni tampoco hay igualdad, hombres y mujeres son diferentes, las feministas pueden pedir que no haya discriminación ni exclusión, como por ejemplo en el derecho al voto o a la educación, pero no pueden pedir igualdad salarial cuando claramente son inferiores a los hombres deportivamente hablando.
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