Hoy nos sacudió enterarnos del secuestro y asesinato de un joven, Fernando Martí, de 14 años a manos de unas bestias humanoides.
Es difícil poder dimensionar el enorme dolor que invade a su familia y la indignación que provoca en la gente bien nacida.
Hay pronunciamientos ya, en el sentido de aplicar la pena de muerte a los secuestradores, es tal el daño que le hacen una nación estas bestias que quizás seria poco ya que ni con eso pagarían el daño que hacen.
Sin embargo, esta clase política que hoy clama por la pena de muerte para los secuestradores asesinos tiene en un altar al mas grande secuestrador y asesino que haya pisado este país.
A principios del siglo pasado en el sur de Chihuahua y norte de Durango se paseaba impune un ladrón, secuestrador y asesino asolando la región.
Son incontables las victimas de esta bestia y muchas están documentadas.
El 27 de julio de 1916 fue secuestrado Miguel Jurado de su hacienda y llevado a Torreón de cañas, su hacienda fue saqueada fue tan cruelmente atormentado que perdió la razón, su mujer y sus hijos pagaron el precio del rescate, entre ellos las escrituras de la hacienda de Canutillo, cuando pagaron el precio del rescate le permitió a su hijo llevarle un alimento, para después a las 3 de la tarde llevarlo al paredón.
Bernabé su hijo, se abrazó de la pierna de su padre, Francisco Villa lo golpeó con el cìntaro hasta dejarlo sangrando y así separarlo de su padre.
Este es uno de los cientos de hombres y mujeres que Doroteo Arango secuestró y mató, antes de la revolución, durante la revolución y después de ella y pensar que la clase política tiene su nombre con letras de oro.
(Tomado de la carta que envía el Lic. Bernabé Jurado Ángel a Celia Herrera donde relata los detalles del secuestro y asesinato de su padre a manos del chacal Francisco Villa)
Es difícil poder dimensionar el enorme dolor que invade a su familia y la indignación que provoca en la gente bien nacida.
Hay pronunciamientos ya, en el sentido de aplicar la pena de muerte a los secuestradores, es tal el daño que le hacen una nación estas bestias que quizás seria poco ya que ni con eso pagarían el daño que hacen.
Sin embargo, esta clase política que hoy clama por la pena de muerte para los secuestradores asesinos tiene en un altar al mas grande secuestrador y asesino que haya pisado este país.
A principios del siglo pasado en el sur de Chihuahua y norte de Durango se paseaba impune un ladrón, secuestrador y asesino asolando la región.
Son incontables las victimas de esta bestia y muchas están documentadas.
El 27 de julio de 1916 fue secuestrado Miguel Jurado de su hacienda y llevado a Torreón de cañas, su hacienda fue saqueada fue tan cruelmente atormentado que perdió la razón, su mujer y sus hijos pagaron el precio del rescate, entre ellos las escrituras de la hacienda de Canutillo, cuando pagaron el precio del rescate le permitió a su hijo llevarle un alimento, para después a las 3 de la tarde llevarlo al paredón.
Bernabé su hijo, se abrazó de la pierna de su padre, Francisco Villa lo golpeó con el cìntaro hasta dejarlo sangrando y así separarlo de su padre.
Este es uno de los cientos de hombres y mujeres que Doroteo Arango secuestró y mató, antes de la revolución, durante la revolución y después de ella y pensar que la clase política tiene su nombre con letras de oro.
(Tomado de la carta que envía el Lic. Bernabé Jurado Ángel a Celia Herrera donde relata los detalles del secuestro y asesinato de su padre a manos del chacal Francisco Villa)
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