La invitación anunciaba la boda a las 12 horas del día, así que mi esposa y yo salimos de casa como a las 11.30 horas para estar puntuales en la ceremonia religiosa que se llevaría a cabo en la Iglesia Anglicana que se encuentra en las Lomas de Chapultepec, pues aunque la pareja que contraia matrimonio y sus respectivas familias profesan la religión católica, decidieron realizarla en esta iglesia porque para el novio eran sus segundas nupcias y la Iglesia Católica es muy estricta en este aspecto.
Cuando llegamos, la Iglesia estaba totalmente llena, difícilmente encontramos lugar para presenciar la ceremonia, y aquí fué donde empezaron los problemas. El tiempo pasaba y el evento que originalmente estaba programado a las 12 del día, no iniciaba, total que dió la una y la novia no llegaba, todo mundo nervioso. Finalmente como a la una quince, llegó la novia y se realizó la ceremonia. Terminó, y lo usual, abrazos, felicitaciones y buenos deseos para los novios a la salida de la iglesia y la promesa de reunirnos en el lugar donde se ofrecería el banquete que tendría efecto en un lugar a la altura del kilómetro 23.5 de la carretera a Toluca. Arribamos al lugar de la fiesta, un muy buen lugar con un salón redondo con una enorme pista para bailar y alrededor de ésta las mesas para disfrutar el banquete, un muy buen y versatil conjunto musical con cuatro damas y dos varones, todo apuntaba a que los novios y sus invitados disfrutaríamos al máximo el ágape. Pero, resulta que pasaba el tiempo y los novios no aparecían, como a las cinco de la tarde, anuncian que se iba a servir la comida sin la presencia de los novios, ya que el novio estaba un poco indispuesto y que por lo tanto tardarían un poco en llegar, entonces empezó a correrse la voz de mesa en mesa, el novio había sido encamado en el Hospital ABC, lo habían sedado y se quedaría en observación, después nos enteramos que posiblemente el novio había sufrido un ataque de pánico, se le subió la presión y no se que otros males lo afectaron. Que gacho, tanta preparación, tanto gasto y tanta ilusión para no disfrutar la fiesta de bodas sólo porque el novio tronó. ¡Que mal comienzo!.
Cuando llegamos, la Iglesia estaba totalmente llena, difícilmente encontramos lugar para presenciar la ceremonia, y aquí fué donde empezaron los problemas. El tiempo pasaba y el evento que originalmente estaba programado a las 12 del día, no iniciaba, total que dió la una y la novia no llegaba, todo mundo nervioso. Finalmente como a la una quince, llegó la novia y se realizó la ceremonia. Terminó, y lo usual, abrazos, felicitaciones y buenos deseos para los novios a la salida de la iglesia y la promesa de reunirnos en el lugar donde se ofrecería el banquete que tendría efecto en un lugar a la altura del kilómetro 23.5 de la carretera a Toluca. Arribamos al lugar de la fiesta, un muy buen lugar con un salón redondo con una enorme pista para bailar y alrededor de ésta las mesas para disfrutar el banquete, un muy buen y versatil conjunto musical con cuatro damas y dos varones, todo apuntaba a que los novios y sus invitados disfrutaríamos al máximo el ágape. Pero, resulta que pasaba el tiempo y los novios no aparecían, como a las cinco de la tarde, anuncian que se iba a servir la comida sin la presencia de los novios, ya que el novio estaba un poco indispuesto y que por lo tanto tardarían un poco en llegar, entonces empezó a correrse la voz de mesa en mesa, el novio había sido encamado en el Hospital ABC, lo habían sedado y se quedaría en observación, después nos enteramos que posiblemente el novio había sufrido un ataque de pánico, se le subió la presión y no se que otros males lo afectaron. Que gacho, tanta preparación, tanto gasto y tanta ilusión para no disfrutar la fiesta de bodas sólo porque el novio tronó. ¡Que mal comienzo!.
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