Lo siento por mi madre que era una ingenua católica, pero ahora nada más es minera
En 1441, en el concilio de Florencia, se decretó que los paganos, los judíos, los heréticos y los cismáticos no tendrían acceso a la vida eterna y que todos, a menos de convertirse a la verdadera religión antes de morir, irían al infierno.
En el tiempo en que la Iglesia enseñaba tamañas enormidades, era verdaderamente la Iglesia. Una institución sólo está viva y es fuerte si rechaza todo lo que no es ella
Lo mismo ocurre, por desgracia con una nación o con un régimen
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