Cuando G.W. Bush emprendió su guerra contra el terror inicio combatiendo al país en el cual se había refugiado el supuesto autor de los atentados del 11 de septiembre que desencadenaron la reacción gringa. Al momento en que esta guerra se emprendió el objetivo parecía mas o menos lógico. Un poco de tiempo después surgió sin embargo la figura de Husein y Bush metió a su país en una guerra absurda de la cual no busca ni como salir. Afortunadamente para él y para el mundo su mandato esta próximo a terminar y con la probable victoria de Obama se veran nuevas ideas y,muchos esperamos, el fin de medidas idiotas que han llevado a su país a una crisis financiera sin precedentes.
Las decisiones de Bush arrastraron al mundo a una crisis financiera de proporciones aun desconocidas, incrementaron el odio del mundo hacia estados unidos, aumentaron sus enemigos, decrecieron sus aliados, crearon o aumentaron el poder de varios locos más en el mundo, hicieron surgir una nueva potencia nuclear, Irán, y lo peor de todo no pudieron lograr ni siquiera los objetivos bélicos planteados.
¿A qué viene todo este rollo? Bueno, esto viene por la situación que México esta viviendo actualmente en relación con el acto terrorista de Morelia y con sucesos relacionados con la violencia en general. AMLO se ha convertido en el Saddam de muchos mexicanos quienes estúpidamente buscan un culpable. Las semejanzas a mi parecer son obvias, Saddam al igual que el Peje fue un hombre de gran poder en cierto momento, antes de la primera guerra del golfo, pero posteriormente era un cadáver político que Bush buscó revivir para tener alguien a quien patear y aprovechar el miedo que entre la población provocaba la sola mención del “eje del mal”. Con AMLO es igual, si comparamos el poder político que este hombre tuvo con el que hoy tiene podríamos ver que poco a poco su importancia en la política nacional ha ido decreciendo. Hasta sus más fieles seguidores pueden entender que hoy las posibilidades de que AMLO gane la presidencia son práticamente nulas.
Pero como existe la necesidad en mucha gente de caricaturizar la realidad, de simplificarla a tal grado que se convierta en un tablero de ajedrez con únicamente blancos y negros la figura de AMLO no deja de aparecer en la mente de quienes necesitan un villano en esta historia. El fanatismo político les cancela la posibilidad de hacer un análisis con un mínimo rigor lógico y es así como en estos momentos vemos como estas personas lo juzgan y encuentran culpable con una sorprendente facilidad, no solo de los atentados de Morelia sino del clima de violencia generalizado que el país vive. No hay realmente una lejana brisa de inteligencia en estos juicios, la inteligencia ha muerto y su lugar lo ha ocupado el pánico y los prejuicios. Lo mismo por cierto ocurre con la gente cegada por los dogmas izquierdosos, para ellos Calderón es el culpable evidente.
Saludos.
Las decisiones de Bush arrastraron al mundo a una crisis financiera de proporciones aun desconocidas, incrementaron el odio del mundo hacia estados unidos, aumentaron sus enemigos, decrecieron sus aliados, crearon o aumentaron el poder de varios locos más en el mundo, hicieron surgir una nueva potencia nuclear, Irán, y lo peor de todo no pudieron lograr ni siquiera los objetivos bélicos planteados.
¿A qué viene todo este rollo? Bueno, esto viene por la situación que México esta viviendo actualmente en relación con el acto terrorista de Morelia y con sucesos relacionados con la violencia en general. AMLO se ha convertido en el Saddam de muchos mexicanos quienes estúpidamente buscan un culpable. Las semejanzas a mi parecer son obvias, Saddam al igual que el Peje fue un hombre de gran poder en cierto momento, antes de la primera guerra del golfo, pero posteriormente era un cadáver político que Bush buscó revivir para tener alguien a quien patear y aprovechar el miedo que entre la población provocaba la sola mención del “eje del mal”. Con AMLO es igual, si comparamos el poder político que este hombre tuvo con el que hoy tiene podríamos ver que poco a poco su importancia en la política nacional ha ido decreciendo. Hasta sus más fieles seguidores pueden entender que hoy las posibilidades de que AMLO gane la presidencia son práticamente nulas.
Pero como existe la necesidad en mucha gente de caricaturizar la realidad, de simplificarla a tal grado que se convierta en un tablero de ajedrez con únicamente blancos y negros la figura de AMLO no deja de aparecer en la mente de quienes necesitan un villano en esta historia. El fanatismo político les cancela la posibilidad de hacer un análisis con un mínimo rigor lógico y es así como en estos momentos vemos como estas personas lo juzgan y encuentran culpable con una sorprendente facilidad, no solo de los atentados de Morelia sino del clima de violencia generalizado que el país vive. No hay realmente una lejana brisa de inteligencia en estos juicios, la inteligencia ha muerto y su lugar lo ha ocupado el pánico y los prejuicios. Lo mismo por cierto ocurre con la gente cegada por los dogmas izquierdosos, para ellos Calderón es el culpable evidente.
Saludos.
Comment