Digamos que somos de izquierda. Supongamos que nuestra función es de índole social, lo que quiere decir que debemos de procurar día y noche buscar soluciones para que millones de mexicanos (sin hablar del resto del planeta) salgan de la pobreza alimentaria (que implica desnutrición, entre muchos otros males).
Digamos que hemos sido enajenados por una situación burguesa de tener siempre la razón, aunque ésta nos aleje de nuestra función social.
¿Cómo manejar esta neurosis?
Olvidémonos de los pobres; de aquellos cuyos hijos día con día deterioran su cerebro por falta de proteínas; de aquellos que siempre se acuestan con hambre; de aquellos a quienes los temas de seguridad, de reforma energética, de crisis internacionales y de terrorismo no afectan para nada; y dediquémonos a escribir obsesivamente en un foro aburguesado en el que tenemos la obligación (sicológica) de golpear a otros burgueses que creen que la solución va por otro lado.
Una vez satisfecha nuestra necesidad de tener la razón (o por lo menos de haber escrito lo que pensábamos), regresemos a la realidad y pensemos en los niños sin hogar, en sus decrecientes facultades, en nuestra vacuidad.
Puedo entender que gente de derecha pierda el tiempo en este foro, pero no comprendo cómo se puede ser de izquierda y estar todo el día sentado frente a la socialmente improductiva PC tratando de convencer a gente que tiene su vida resuelta, de que hay mucha más gente que no tiene para dónde hacerse.
O somos de izquierda o no lo somos. Salgamos a la calle, al campo, a los pueblos, y dejemos a los burgueses del foro preocuparse por quién llamo espurio a Calderón o de quién es la culpa del desastre perredista en Guerrero.
¡El hambre es hoy! Tal vez no lo es para mí ni para ustedes, pero para mucha gente, ¡el hambre es hoy!
Digamos que hemos sido enajenados por una situación burguesa de tener siempre la razón, aunque ésta nos aleje de nuestra función social.
¿Cómo manejar esta neurosis?
Olvidémonos de los pobres; de aquellos cuyos hijos día con día deterioran su cerebro por falta de proteínas; de aquellos que siempre se acuestan con hambre; de aquellos a quienes los temas de seguridad, de reforma energética, de crisis internacionales y de terrorismo no afectan para nada; y dediquémonos a escribir obsesivamente en un foro aburguesado en el que tenemos la obligación (sicológica) de golpear a otros burgueses que creen que la solución va por otro lado.
Una vez satisfecha nuestra necesidad de tener la razón (o por lo menos de haber escrito lo que pensábamos), regresemos a la realidad y pensemos en los niños sin hogar, en sus decrecientes facultades, en nuestra vacuidad.
Puedo entender que gente de derecha pierda el tiempo en este foro, pero no comprendo cómo se puede ser de izquierda y estar todo el día sentado frente a la socialmente improductiva PC tratando de convencer a gente que tiene su vida resuelta, de que hay mucha más gente que no tiene para dónde hacerse.
O somos de izquierda o no lo somos. Salgamos a la calle, al campo, a los pueblos, y dejemos a los burgueses del foro preocuparse por quién llamo espurio a Calderón o de quién es la culpa del desastre perredista en Guerrero.
¡El hambre es hoy! Tal vez no lo es para mí ni para ustedes, pero para mucha gente, ¡el hambre es hoy!
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