En manos de quien estamos, primero fueron los maistros que reprueban, ahora los ministerios públicos que tras una evualuación la mitad reprueba, de la otra midad ninguno tiene una calificación de excelencia, la mayoría son mediocres y pasan de panzaso y unos pocos apenas con 7 y 8.
Ya no sabe uno si reir o llorar.
Ya no sabe uno si reir o llorar.
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