¿Cual es el escenario político? Todavía estamos muy lejos de saberlo. Calderón debió de haber previsto varios antes de emitir una alerta sanitaria como la que estamos viviendo. Si hay que reconocerle algo a Calderón es su vocación al equilibrismo y a que le gusta caminar al borde del precipicio.
Cuando llegó a la Presidencia se enfrentó a una realidad poco esperanzadora. Amén de que Fox haya sido un retrasado mental funcional, por muy bueno que hubiera sido, tenía nulo margen de maniobra. Incluso con la gran popularidad con la que llegó a sentarse en La Silla y muy por debajo del talud de promesas con las que fincó las escaleras a los Pinos.
Calderón llegó con el mismo problema. Evidentemente no controla a la mayoría de los gobernadores del país, tampoco controla el congreso y menos los congresos locales y lejísimos de controlar las alcaldías. Muchos sectores del país siguien siendo cotos de poder particular y muchos brindan apoyo incondicional a sus enemigos políticos. Tener enfrente a AMLO no era poca cosa tampoco. Así que claramente su destino estaría dictado por circunstancias más que por talentos o ambiciones personales o de partido.
Así que desde que apareció como fantasma en la Tribuna tomada del Congreso de la Unión, dejó ver su vocación de tragaespadas. Ya Zedillo se había encargado de restarle suficiente poder al Presidente y ahora si hay que pasar a la historia, hay que ponerse creativo.
Lo primero que se le ocurrió fue utilizar al brazo armado del ejecutivo para picarle la cresta a los narcos. Muchos piensan o pensamos que esta guerra no conduce a ningún lado. Algunos se sienten sitiados por el ejército, pero en el balance general, la percepción del común de las personas es que el señor tiene la mano suficientemente dura como para toserle de frente a uno de los factores reales de poder con más recursos, incluso a costa de su seguridad personal. Y tan bien le ha salido que ha convencido de lo mismo a gobiernos detrás de las fronteras.
Hoy la coyuntura está dificil. Hay muchas preguntas y pocas respuestas. Y esas pocas están lejos de convencer a nadie. La pregunta incómoda: ¿Por qué paralizar el país por una enfermedad curable?
¿Por qué perdí cierta cantidad de dinero o de tiempo por una decisión tal vez mal aplicada?, ¿Por qué se murieron aquí en México y en otros países el virus es menos mortal?
Mi percepción del ambiente en la calle es que "nadie a estas alturas cree" que en realidad existiera una amenaza suficiente para decretar una alerta sanitaria de esa magnitud. La mayoría de las personas está segura que esto es una mascarada orquestada por el gobierrno para crear una cortina de humo. ¿Para tapar qué? Quién sabe.
¿Y los costos políticos? Con virus o sin virus, Calderón puede sacar una buena raja a toda esta situación.
-Si se cree que hay un virus mortal, necesariamente se llega a la conclusión de que el Presidente actuó con cautela en un principio y después con decisión para proteger a la población por encima de cualquier otro tipo de interés. Carajo... que tipazo está sentado en la presidencia que se avienta ese tirote con tal de que no me contagiara de un virus mortal. (Si se pensaba que no tenía convicción populachera, ahora si que rebasó por la izquierda, untándole los bigotes con manteca a la banda pisoteando intereses de los empresarios del país -ya se contentarán-)
-Si no hay virus tal y todo es un simulacro o plan global de choque económico o la aplicación de la teoría del shock como preparación para cambios radicales en la vida política y social del país, pues igual qué manera de maniobrar del Presidente. Si tiene el tamaño de conspirador a nivel global, está utilizando el poder como el poder se utiliza. Tal vez Ebrad, intuya (o sepa) igual que él de que se trata todo esto y se fue detrás del presidente sin chistar. Ebrad sabe que si sale mal la cosa, tendrá manera de pasarle factura al Ejecutivo Federal y si sale bien, participará de la gloria. Por mientras -con virus o sin él- logró neutralizar movilizaciones de 1o de mayo y movimientos proselitistas de precampaña para las intermedias. Logró sacar del escenario a Peña Nieto, a la maestra o a cualquier otro robareflectores, para ponerlos en un lugar secundario del escenario político. Y seguro revirtió tendencias en más de un lugar al llenar de presencia panista los medios.
Ahora, ¿y si sale mal todo el asunto?, ¿si termina evidenciándose que toda esta situación fue una triste maniobra electorera? o en el peor de los casos una desmesura que agrava la situación económica del país.
En lo que mientras, Calderón ya demostró de nueva cuenta que no le tiembla la manita para dispararse en la pierna de vez en cuando para saber que se siente y que le gusta catar veneno sin hacer gestos.
Cuando llegó a la Presidencia se enfrentó a una realidad poco esperanzadora. Amén de que Fox haya sido un retrasado mental funcional, por muy bueno que hubiera sido, tenía nulo margen de maniobra. Incluso con la gran popularidad con la que llegó a sentarse en La Silla y muy por debajo del talud de promesas con las que fincó las escaleras a los Pinos.
Calderón llegó con el mismo problema. Evidentemente no controla a la mayoría de los gobernadores del país, tampoco controla el congreso y menos los congresos locales y lejísimos de controlar las alcaldías. Muchos sectores del país siguien siendo cotos de poder particular y muchos brindan apoyo incondicional a sus enemigos políticos. Tener enfrente a AMLO no era poca cosa tampoco. Así que claramente su destino estaría dictado por circunstancias más que por talentos o ambiciones personales o de partido.
Así que desde que apareció como fantasma en la Tribuna tomada del Congreso de la Unión, dejó ver su vocación de tragaespadas. Ya Zedillo se había encargado de restarle suficiente poder al Presidente y ahora si hay que pasar a la historia, hay que ponerse creativo.
Lo primero que se le ocurrió fue utilizar al brazo armado del ejecutivo para picarle la cresta a los narcos. Muchos piensan o pensamos que esta guerra no conduce a ningún lado. Algunos se sienten sitiados por el ejército, pero en el balance general, la percepción del común de las personas es que el señor tiene la mano suficientemente dura como para toserle de frente a uno de los factores reales de poder con más recursos, incluso a costa de su seguridad personal. Y tan bien le ha salido que ha convencido de lo mismo a gobiernos detrás de las fronteras.
Hoy la coyuntura está dificil. Hay muchas preguntas y pocas respuestas. Y esas pocas están lejos de convencer a nadie. La pregunta incómoda: ¿Por qué paralizar el país por una enfermedad curable?
¿Por qué perdí cierta cantidad de dinero o de tiempo por una decisión tal vez mal aplicada?, ¿Por qué se murieron aquí en México y en otros países el virus es menos mortal?
Mi percepción del ambiente en la calle es que "nadie a estas alturas cree" que en realidad existiera una amenaza suficiente para decretar una alerta sanitaria de esa magnitud. La mayoría de las personas está segura que esto es una mascarada orquestada por el gobierrno para crear una cortina de humo. ¿Para tapar qué? Quién sabe.
¿Y los costos políticos? Con virus o sin virus, Calderón puede sacar una buena raja a toda esta situación.
-Si se cree que hay un virus mortal, necesariamente se llega a la conclusión de que el Presidente actuó con cautela en un principio y después con decisión para proteger a la población por encima de cualquier otro tipo de interés. Carajo... que tipazo está sentado en la presidencia que se avienta ese tirote con tal de que no me contagiara de un virus mortal. (Si se pensaba que no tenía convicción populachera, ahora si que rebasó por la izquierda, untándole los bigotes con manteca a la banda pisoteando intereses de los empresarios del país -ya se contentarán-)
-Si no hay virus tal y todo es un simulacro o plan global de choque económico o la aplicación de la teoría del shock como preparación para cambios radicales en la vida política y social del país, pues igual qué manera de maniobrar del Presidente. Si tiene el tamaño de conspirador a nivel global, está utilizando el poder como el poder se utiliza. Tal vez Ebrad, intuya (o sepa) igual que él de que se trata todo esto y se fue detrás del presidente sin chistar. Ebrad sabe que si sale mal la cosa, tendrá manera de pasarle factura al Ejecutivo Federal y si sale bien, participará de la gloria. Por mientras -con virus o sin él- logró neutralizar movilizaciones de 1o de mayo y movimientos proselitistas de precampaña para las intermedias. Logró sacar del escenario a Peña Nieto, a la maestra o a cualquier otro robareflectores, para ponerlos en un lugar secundario del escenario político. Y seguro revirtió tendencias en más de un lugar al llenar de presencia panista los medios.
Ahora, ¿y si sale mal todo el asunto?, ¿si termina evidenciándose que toda esta situación fue una triste maniobra electorera? o en el peor de los casos una desmesura que agrava la situación económica del país.
En lo que mientras, Calderón ya demostró de nueva cuenta que no le tiembla la manita para dispararse en la pierna de vez en cuando para saber que se siente y que le gusta catar veneno sin hacer gestos.
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