1- El Castillo de los IMECAS
Voy a hablarles de uno de los más viejos habitantes de la antigua Tenochtitlan: se llamó en otro tiempo el diablo Trekito Peñafiel y Somellera.
De ahí surgió el proverbio: "¡Eso es en lo del ogro Trek! ¡Váyase al ogro Trek!" Es decir: Váyase… a pasear por la Av. Campos Eliseos o al Bordo de Neza dependiendo el poder adquisitivo de la perrada".
Los Reporteros dicen generalmente: "Está por lo del ogro verde", para expresar un lugar muy lejano. Esto significa que es necesario pagar muy cara la comisión que se les encarga nomas imaginarse que el muy ojete verde vivia en un tiradero de Iztapalapa ponia nerviosa a la gente. Pero es por otro lado, una frase viciosa y corrompida, como tantas otras familiares al pueblo de las Garnachas, los Huaraches y los plantones en Reforma.
El ogro Trek es esencialmente un habitante de la Ciudad Amarilla que perdura desde hace siglos, si uno cree en los historiadores Enrique Krauze o al Revoltoso de Escritorio La Monsi que han contado largamente sus escapadas por la Merced y Tepito, buscando en cada burdel a su perra Verrugas.
Parece que en un principio habitó en el castillo de Chapultepec que estaba situado en el lugar ocupado en aquellos ayeres por la tropa francesa de los emperadores Carlota y Maximiliano, pero por diferencias irreconciliables se mudo al Lago de Texcoco, sobra decir que gracias a sus inmundicias y malos habitos de higiene el lugar se convirtio en el muladar que es hoy día.
Tambien se le vio en Lecumberri, edificio de triste renombre, en otras ocasiones se le relaciono con una dependencia del convento de los pirujos y mas tarde fue paje de la Metrpolitana, pero como lo agarraban de capirucho los curitas mejor se fue pa con el Monseñor Norberto, etapa en la que fue inmensamente feliz, en la que incluso se le acusa de ser quien toco las campanas el día de la manifestación del peje, obvio solo un pendejo aguantaria darle media hora a las campanas de la Basinica, perdon, la Basilica.
Los historiadores no nos han dejado nada preciso sobre esta fase interesante.
El ogro Trek da que hablar nuevamente en la época de Ebrard, pues se especula que se estaba en el New Divine dandole al chemo, y se puso tan pacheco que incendio el local recreando las andanzas de Neron, el romano, no el Neron que es el perro que le surte el abarrote a su perra Verrugas.
Durante mucho tiempo se había oído, todas las noches, un gran ruido en una casa hecha con los restos que se encontraba el feo apatrida en el Tiradeso, cosa que asustaba mucho a los vecinos pepenadores, muchos creian que el diablo obraba en el, pero solo eran los retorzones que le daban habitualmente debido a que fiel escudero Galvan no le habia dado su sondeada mensual.
Avisaron a la policía, que envió varios guardias, pero como habia una narcomanta que el muy wuey habia recogido de un puente peatonal y la puso de toldo en su terregosa terraza, los polis mejor llamaron al ejercito
Al principio se creyó que se trataba de monederos falsos entregados a una orgía, y calculando su número por la intensidad del ruido, decidieron buscar refuerzos.
Pero juzgaron, aun entonces, que el escuadrón no era suficiente: ningún sargento se animó a llevar sus hombres a esa morada, donde parecía que había el bochinche de todo un ejército.
¡Cuál no sería la sorpresa de estos militares al escuchar el tintineo de los vasos mezclados a risas estridentes, el Teniente Coronel al mando del batallon de nombre Carlitos mulla, dio la fatidica orden, fuego a discresión, la tropa animada por el rengo del norti, entro a sangre y fuego al cuartucho y no dejo a nadie vivo, cual seria su sorpresa que los raros ruidos y tintineos era debido al guapango que se estaban reventando el verde ogro junto al de la nariz de alcanza queso que por extrañas circunstancias estaba vestido de mujer, y las risas eran porque estaban jugando al pongale la cola al burro.
Los militares quisieron ocultar el incidente, pero la historia se supo por la decidida intervencion de un caguengue que andaba por el tiraredo buscando su camara y su bici que días antes los militares le habian decomisado y al reclamarla en el cuartel le dijeron que las habian tirado a la basura.
De las objetivas letras de la Jornada salieron las notas que dieron a conocer la tragedia, y gracias a dios que fue la jornada, porque si hubiera sido el universal el pobre del Galvan no se hubiera enterado y no se hubiera podido hacer cargo de la perra del ogro verde.
Voy a hablarles de uno de los más viejos habitantes de la antigua Tenochtitlan: se llamó en otro tiempo el diablo Trekito Peñafiel y Somellera.
De ahí surgió el proverbio: "¡Eso es en lo del ogro Trek! ¡Váyase al ogro Trek!" Es decir: Váyase… a pasear por la Av. Campos Eliseos o al Bordo de Neza dependiendo el poder adquisitivo de la perrada".
Los Reporteros dicen generalmente: "Está por lo del ogro verde", para expresar un lugar muy lejano. Esto significa que es necesario pagar muy cara la comisión que se les encarga nomas imaginarse que el muy ojete verde vivia en un tiradero de Iztapalapa ponia nerviosa a la gente. Pero es por otro lado, una frase viciosa y corrompida, como tantas otras familiares al pueblo de las Garnachas, los Huaraches y los plantones en Reforma.
El ogro Trek es esencialmente un habitante de la Ciudad Amarilla que perdura desde hace siglos, si uno cree en los historiadores Enrique Krauze o al Revoltoso de Escritorio La Monsi que han contado largamente sus escapadas por la Merced y Tepito, buscando en cada burdel a su perra Verrugas.
Parece que en un principio habitó en el castillo de Chapultepec que estaba situado en el lugar ocupado en aquellos ayeres por la tropa francesa de los emperadores Carlota y Maximiliano, pero por diferencias irreconciliables se mudo al Lago de Texcoco, sobra decir que gracias a sus inmundicias y malos habitos de higiene el lugar se convirtio en el muladar que es hoy día.
Tambien se le vio en Lecumberri, edificio de triste renombre, en otras ocasiones se le relaciono con una dependencia del convento de los pirujos y mas tarde fue paje de la Metrpolitana, pero como lo agarraban de capirucho los curitas mejor se fue pa con el Monseñor Norberto, etapa en la que fue inmensamente feliz, en la que incluso se le acusa de ser quien toco las campanas el día de la manifestación del peje, obvio solo un pendejo aguantaria darle media hora a las campanas de la Basinica, perdon, la Basilica.
Los historiadores no nos han dejado nada preciso sobre esta fase interesante.
El ogro Trek da que hablar nuevamente en la época de Ebrard, pues se especula que se estaba en el New Divine dandole al chemo, y se puso tan pacheco que incendio el local recreando las andanzas de Neron, el romano, no el Neron que es el perro que le surte el abarrote a su perra Verrugas.
Durante mucho tiempo se había oído, todas las noches, un gran ruido en una casa hecha con los restos que se encontraba el feo apatrida en el Tiradeso, cosa que asustaba mucho a los vecinos pepenadores, muchos creian que el diablo obraba en el, pero solo eran los retorzones que le daban habitualmente debido a que fiel escudero Galvan no le habia dado su sondeada mensual.
Avisaron a la policía, que envió varios guardias, pero como habia una narcomanta que el muy wuey habia recogido de un puente peatonal y la puso de toldo en su terregosa terraza, los polis mejor llamaron al ejercito
Al principio se creyó que se trataba de monederos falsos entregados a una orgía, y calculando su número por la intensidad del ruido, decidieron buscar refuerzos.
Pero juzgaron, aun entonces, que el escuadrón no era suficiente: ningún sargento se animó a llevar sus hombres a esa morada, donde parecía que había el bochinche de todo un ejército.
¡Cuál no sería la sorpresa de estos militares al escuchar el tintineo de los vasos mezclados a risas estridentes, el Teniente Coronel al mando del batallon de nombre Carlitos mulla, dio la fatidica orden, fuego a discresión, la tropa animada por el rengo del norti, entro a sangre y fuego al cuartucho y no dejo a nadie vivo, cual seria su sorpresa que los raros ruidos y tintineos era debido al guapango que se estaban reventando el verde ogro junto al de la nariz de alcanza queso que por extrañas circunstancias estaba vestido de mujer, y las risas eran porque estaban jugando al pongale la cola al burro.
Los militares quisieron ocultar el incidente, pero la historia se supo por la decidida intervencion de un caguengue que andaba por el tiraredo buscando su camara y su bici que días antes los militares le habian decomisado y al reclamarla en el cuartel le dijeron que las habian tirado a la basura.
De las objetivas letras de la Jornada salieron las notas que dieron a conocer la tragedia, y gracias a dios que fue la jornada, porque si hubiera sido el universal el pobre del Galvan no se hubiera enterado y no se hubiera podido hacer cargo de la perra del ogro verde.
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