Cuando Rudesindo Cantarell se subió al ADO en Ciudad del Carmen, llevaba una bolsa de plástico en las manos que guardaba como si fuera un tesoro.
Esa noche, el ADO tomaría la ultima panga para emprender el viaje hacia Coatzacoalcos, y llegar amaneciendo.
Cantarell no podía dormir, estaba molesto, inquieto,harto de dar vueltas.
El pescador de camarón buscaba a quien culpar de su tragedia: hacía tiempo que unas manchas de aceite arruinaban la red de su barco y empezó buscando cual de sus compañeros pescadores tendría un motor con fugas.
Pero nó, la mancha estaba casi siempre en el mismo lugar, sin arrastrarse por el mar tras el culpable.
En Ciudad del Carmen su primer impulso fue preguntar en las dos o tres gasolineras de la isla Quien carajos podría estar derramando crudo en el mar?
La respuesta fue unánime; pues Pemex, anda vete a la Gerencia de la Zona Sur y reclámales.
Cantarell ya había hecho un viaje a Coatzacoalcos explicando su situación. En alguna oficina de ventas lo medio orientaron. Pues la unica depenencia que maneja crudo es Producción Primaria, así que reclámales a ellos.
Así llegó Cantarell con su reclamo, enojado, molesto por que le habían pedido que llevara una muestra de la red dañada: A ver, Rudecindo, traiga un pedazo de red con el chapopote- le habían indicado, con mas ganas de quitárselo de encima que otra cosa.
Estaba tempranito esperando en la recepción de la Gerencia, calculando cuanto le cobraría a Pemex cuando finalmente lo llamaron.
Rudecindo, aqui unos geologos de la superintendencia de exploración quieren platicar con usted.
Cantarell se metió a la oficinita con un par de geólogos, a los que les platicó esa historia que ya estaba cansado de contar: Su paso frecuente por la zona con las manchas de aceite y el burbujeo, los daños a sus redes que quedaban a veces inutilizadas, y como epílogo, sacó de su bolsa de plástico el pedazo de red manchada con petróleo.
Los geólogos escuchaban atentamente al pescador, y con un gran mapa, trataban de ubicar la zona de interés, mientras un técnico de laboratorio llevaba el pedazo de red para hacer un análisis rápido.
Cuando el técnico regresó, Cantarell devoraba una gigantesca torta que le habían mandado comprar, y mientras calculaba cuanto dinero le iba a cobrar a la paraestatal, sonaba un teléfono en el 4 piso de uno de los viejos edificios de Marina Nacional. Si. Confirmado, es aceite de unos 28 grados API. Si señor, de inmediato. Don Rudesindo, le vamos a dar el aventón a Ciudad del Carmen, solo que le vamos a pedir que nos lleve en cuanto se pueda en su barco al lugar donde se le daño la red.
Cantarell aceptó a regañadientes y solo despues que le prometieran el pago de la red y el combustible que iba a gastar en el paseo.
Lo demas es historia.
Primero el pozo Chac , luego el Akal , y al probar el tercer pozo, se confirmaba el descubrimiento del megayacimiento, el mayor que jamás se había encontrado en el mar, en todo el mundo.
Rudecindo Cantarell se hizo de planta en Pemex. Paradojicamente, su puesto fue de técnico laboratorista de exploración, un trabajo en el que nunca se sintió feliz, añorando aquellos viajes donde pasaba semanas en el mar, soñando quizas en ser famoso.
Esa noche, el ADO tomaría la ultima panga para emprender el viaje hacia Coatzacoalcos, y llegar amaneciendo.
Cantarell no podía dormir, estaba molesto, inquieto,harto de dar vueltas.
El pescador de camarón buscaba a quien culpar de su tragedia: hacía tiempo que unas manchas de aceite arruinaban la red de su barco y empezó buscando cual de sus compañeros pescadores tendría un motor con fugas.
Pero nó, la mancha estaba casi siempre en el mismo lugar, sin arrastrarse por el mar tras el culpable.
En Ciudad del Carmen su primer impulso fue preguntar en las dos o tres gasolineras de la isla Quien carajos podría estar derramando crudo en el mar?
La respuesta fue unánime; pues Pemex, anda vete a la Gerencia de la Zona Sur y reclámales.
Cantarell ya había hecho un viaje a Coatzacoalcos explicando su situación. En alguna oficina de ventas lo medio orientaron. Pues la unica depenencia que maneja crudo es Producción Primaria, así que reclámales a ellos.
Así llegó Cantarell con su reclamo, enojado, molesto por que le habían pedido que llevara una muestra de la red dañada: A ver, Rudecindo, traiga un pedazo de red con el chapopote- le habían indicado, con mas ganas de quitárselo de encima que otra cosa.
Estaba tempranito esperando en la recepción de la Gerencia, calculando cuanto le cobraría a Pemex cuando finalmente lo llamaron.
Rudecindo, aqui unos geologos de la superintendencia de exploración quieren platicar con usted.
Cantarell se metió a la oficinita con un par de geólogos, a los que les platicó esa historia que ya estaba cansado de contar: Su paso frecuente por la zona con las manchas de aceite y el burbujeo, los daños a sus redes que quedaban a veces inutilizadas, y como epílogo, sacó de su bolsa de plástico el pedazo de red manchada con petróleo.
Los geólogos escuchaban atentamente al pescador, y con un gran mapa, trataban de ubicar la zona de interés, mientras un técnico de laboratorio llevaba el pedazo de red para hacer un análisis rápido.
Cuando el técnico regresó, Cantarell devoraba una gigantesca torta que le habían mandado comprar, y mientras calculaba cuanto dinero le iba a cobrar a la paraestatal, sonaba un teléfono en el 4 piso de uno de los viejos edificios de Marina Nacional. Si. Confirmado, es aceite de unos 28 grados API. Si señor, de inmediato. Don Rudesindo, le vamos a dar el aventón a Ciudad del Carmen, solo que le vamos a pedir que nos lleve en cuanto se pueda en su barco al lugar donde se le daño la red.
Cantarell aceptó a regañadientes y solo despues que le prometieran el pago de la red y el combustible que iba a gastar en el paseo.
Lo demas es historia.
Primero el pozo Chac , luego el Akal , y al probar el tercer pozo, se confirmaba el descubrimiento del megayacimiento, el mayor que jamás se había encontrado en el mar, en todo el mundo.
Rudecindo Cantarell se hizo de planta en Pemex. Paradojicamente, su puesto fue de técnico laboratorista de exploración, un trabajo en el que nunca se sintió feliz, añorando aquellos viajes donde pasaba semanas en el mar, soñando quizas en ser famoso.
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