El jueves fue un día intenso, no muy diferente a otros pero si intenso.
Muy temprano recibo la llamada de un buen amigo que me dice muy asustado.
-Marcos, llegaron a mi negocio a exigirme una cuota o me matan ¿Qué hago?
-Pensar serenamente, mira si me quisiera lucir contigo te diría que denuncies solamente que tendrás una alta probabilidad de sentarte frente a un delincuente o a un irresponsable, en ambos casos tu vida peligra.
La otra sería decirte que pagues, solo que estarás alimentando a la bestia y quien sabe cuando te los quites de encima o cuando los molestes y dispongan de tu vida.
La mas disparatada sería que los enfrentaras, armándote y armando a tu gente pero pronto acabarías en la cárcel o en el panteón.
La otra es cerrar y salirte de la ciudad a donde no te puedan encontrar, porque como tu me lo dijiste saben donde vives, piénsalo con calma, según me dices tienes todo el día para pensarlo.
A las 11 fui al banco solo que estaba acordonada la zona porque habían matado a 3 personas, los cuerpos ya habían sido cubiertos con sábanas y los curiosos miraban desde lejos comentando tranquilamente.
Después de la comida regresé al trabajo y tuve que rodear porque acababan d matar al dueño del Yonke que esta a una cuadra de la fábrica.
Una vez que me senté a trabajar llegó Benito, un hombre mayor muy trabajador, con la cara desencajada, le había tocado presenciar el asesinato del yonkero.
-Inge. Fueron unos muchachos con cara de diablos, se veía la maldad en sus caras, con que coraje descargaban sus armas, inge, ¿Por qué Dios se ha ido de esta ciudad?
Benito, Dios no se ha ido de la ciudad, lo hemos sacado, primero lo sacamos de las escuelas, luego de nuestros hogares y finalmente de nuestros corazones, no es la maldad, es la ausencia del bien, hace mucho que dejamos de buscarlo y los espacios no se quedan vacíos, las nuevas generaciones se nutren de violencia, abandono, abuso, sexo, alcohol, drogas ¿Qué les puedes pedir a estos muchachos?
-Pero ¿hasta cuando Inge?
-La copa no esta llena , Benito, aún nos falta mucho por ver, si es que no pasamos a engrosar la lista de las estadísticas.
-¿Cómo que aún falta mas?
-No puedes resolver un problema, si no vas a los orígenes de el, si no asumes la responsabilidad que tienes y lo mas importante si no tienes el valor de luchar en el sentido correcto.
Mientras que pensemos que la solución la va a dar el gobierno mandando mas policías, mas soldados veremos como se aumenta la violencia porque hemos visto la débil línea entre ser policía y ser delincuente.
Cuando como sociedad, asumamos nuestra responsabilidad y nos demos cuenta que ya hay demasiados burdeles y cantinas en la ciudad, demasiado sexo y violencia en los medios, demasiado abandono y abuso con los niños, cuando tomemos el compromiso de velar por nuestros hijos educándolos en los valores universales y exijamos que los demás hagan lo mismo, podremos ver la luz al final del túnel.
Pero ni siquiera esta la solución en la mesa de las discusiones, seguimos pingponeando la culpa y erigiéndonos en jueces cínicos no habrá solución.
En fin somos una sociedad que perdimos el olfato y no nos hemos dado cuenta de la pudrición en que estamos.
Muy temprano recibo la llamada de un buen amigo que me dice muy asustado.
-Marcos, llegaron a mi negocio a exigirme una cuota o me matan ¿Qué hago?
-Pensar serenamente, mira si me quisiera lucir contigo te diría que denuncies solamente que tendrás una alta probabilidad de sentarte frente a un delincuente o a un irresponsable, en ambos casos tu vida peligra.
La otra sería decirte que pagues, solo que estarás alimentando a la bestia y quien sabe cuando te los quites de encima o cuando los molestes y dispongan de tu vida.
La mas disparatada sería que los enfrentaras, armándote y armando a tu gente pero pronto acabarías en la cárcel o en el panteón.
La otra es cerrar y salirte de la ciudad a donde no te puedan encontrar, porque como tu me lo dijiste saben donde vives, piénsalo con calma, según me dices tienes todo el día para pensarlo.
A las 11 fui al banco solo que estaba acordonada la zona porque habían matado a 3 personas, los cuerpos ya habían sido cubiertos con sábanas y los curiosos miraban desde lejos comentando tranquilamente.
Después de la comida regresé al trabajo y tuve que rodear porque acababan d matar al dueño del Yonke que esta a una cuadra de la fábrica.
Una vez que me senté a trabajar llegó Benito, un hombre mayor muy trabajador, con la cara desencajada, le había tocado presenciar el asesinato del yonkero.
-Inge. Fueron unos muchachos con cara de diablos, se veía la maldad en sus caras, con que coraje descargaban sus armas, inge, ¿Por qué Dios se ha ido de esta ciudad?
Benito, Dios no se ha ido de la ciudad, lo hemos sacado, primero lo sacamos de las escuelas, luego de nuestros hogares y finalmente de nuestros corazones, no es la maldad, es la ausencia del bien, hace mucho que dejamos de buscarlo y los espacios no se quedan vacíos, las nuevas generaciones se nutren de violencia, abandono, abuso, sexo, alcohol, drogas ¿Qué les puedes pedir a estos muchachos?
-Pero ¿hasta cuando Inge?
-La copa no esta llena , Benito, aún nos falta mucho por ver, si es que no pasamos a engrosar la lista de las estadísticas.
-¿Cómo que aún falta mas?
-No puedes resolver un problema, si no vas a los orígenes de el, si no asumes la responsabilidad que tienes y lo mas importante si no tienes el valor de luchar en el sentido correcto.
Mientras que pensemos que la solución la va a dar el gobierno mandando mas policías, mas soldados veremos como se aumenta la violencia porque hemos visto la débil línea entre ser policía y ser delincuente.
Cuando como sociedad, asumamos nuestra responsabilidad y nos demos cuenta que ya hay demasiados burdeles y cantinas en la ciudad, demasiado sexo y violencia en los medios, demasiado abandono y abuso con los niños, cuando tomemos el compromiso de velar por nuestros hijos educándolos en los valores universales y exijamos que los demás hagan lo mismo, podremos ver la luz al final del túnel.
Pero ni siquiera esta la solución en la mesa de las discusiones, seguimos pingponeando la culpa y erigiéndonos en jueces cínicos no habrá solución.
En fin somos una sociedad que perdimos el olfato y no nos hemos dado cuenta de la pudrición en que estamos.
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