El siguiente diálogo es un ejemplo de discusión inteligente, amena, muy simpática, llena de agudezas por demás ingeniosas, ilustrativas e interesantes. Carente de cursilerías. Es muy útil para todo aquel que conciba los foros de discusión como instrumentos de sano esparcimiento y oportunidad invaluable para adquirir conocimientos. ¡Vamos! Se trata de demostrar una vez más (el foro está lleno de estos ejemplos) que cuando el talento y el ingenio privan en una discusión, no debemos temer a la censura.
─Hola, comayes y compayes, ¿cómo están?
─Hola, Tancreda, aquí nomás, informando oportunamente a los cibernautas sobre lo que pasa en México y el mundo. Pero, comaye, ¡qué estúpida soy! Discúlpame por no haberte felicitado el día de ayer; pero más vale tarde que nunca. Permíteme desearte diez… no, que sean quince millones de bonos de felicidad por tu cumpleaños. Y es que eres tan… preciosa, tan… linda, tan… hermosa, ¡en fin! ¡Tancreda! ¡Tancreda! ¡Rá, rá, rá! Juar, juar, juar, juar. ¿Qué te pareció esta felicitación sorpresa, comaye?
─Juar, juar, juar y más juar. Eres tremebunda comaye Mariada. Quizá por eso el tardo y otros foristas te envían siempre muchas boquitas pintadas de rojo. Juar, juar, juar.
─Sí, pero a ti te ponen en sus mensajes retiartos corazoncitos, bribonzuela, ¿crees que no me he dado cuenta?
─Me los ponían, comaye. Pero como que veo que algunos simpatizan con la amiga del patán ese de el Verdugo.
─¿Cuál amiga del horror ese de hombre? ¿La que nos hace enojar porque es culta y domina el tema de la educación?
─Esa mera, Mariada. La odio porque es inteligente. ¿No ves que ella es la única a la que respeta el mentado Verdugo y su corte de personajes imaginarios?
─No les hagas caso, Tancredo. Mira, mi agüelito componía axiomas y uno de ellos rezaba así: “si la envidia fuera tiña…”
─¿Qué paso, Mariada? No me defiendas, comaye. Eso va en contra de mi, boba.
─Achis. Discúlpame, Tancreda. Ya decía yo que mi agüelo, en realidad, era bien burro.
─Oye, Mariadita ¿qué te parece si les postiamos al Galvón, al Rtex, al tardo, al Don Eustaquio (el heroico general retirado), y a toda la banda, que hoy no nos vamos a poder poner la guarapeta de todas las noches frente al monitor porque queremos evitar la censura?
─A sus órdenes, mi jefaza. Usted manda. Es la del santo. Y, además eres tan… preciosa, tan… linda… tan…
─Juar, juar, juar, juar y más juar…
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