LA SUBCULTURA DEL ENCUBRIMIENTO
La cosa estuvo así. Estando ausentes por vacaciones el responsable de los productos en Almacén y el almacenista y montacarguista, otras personas que los suplieron fueron testigos de una mala maniobra donde varias cajas con producto se fueron al piso (culpa del montacarguista suplente) y se dañaron. Como ocurrió ya en la noche, no había jefes. ¿Qué hicieron? Se dieron a la “tarea” de “arreglar” el pedo a su manera. Eso ocurrió a principios de octubre.
Estando ya el titular del Almacén, después del cierre de octubre, detecta un faltante de cajas de un producto X cuyo valor es de alrededor de $10,000.00 pesos, en su Sistema. Lo verifica vs. lo físico y en efecto, hace falta producto. Consulta luego con su montacarguista titular y éste le confía (muy acá entre nos) lo que ya sabe que ocurrió en ausencia de ambos.
Sin hacer olas al principio, el jefe de Almacén todavía les da oportunidad a los responsables de producción para que verifiquen, busquen o den razón del faltante; pasan 2 días y nada, falta y ya.
Hasta ahí, la cosa todavía se mantenía en silencio. ¿Cuántas cajas se destruyeron realmente?, no se sabe con exactitud, entonces el jefe actuando en concordancia con su profesionalismo informa a la Gerencia de lo que sabe que pasó.
Hoy, citaron a los implicados y un par de testigos. Ignoro qué dijeron, pero por sus caras, además de regañados, se les mira molestos, malhumorados y uno de ellos me ignoró cuando le hablé.
No hace falta ser mago para deducir. Se les cayó el teatro, fueron descubiertos, la red de encubrimiento que tejieron para tratar de “ocultar” el pedo, se rompió.
¿Qué me deja a mí? ¿Por qué escribo y comparto esto? Un grupo de irresponsables (y además medio pendejos) se quieren encubrir y encubren a 1 solo responsable; luego, yo, quien detona la investigación soy por default, claro, “El Malo de la Película”, por rajón. La oveja negra, el apestado.
Sin embargo, estos güeyes (medio bestias, insisto) ni siquiera fueron capaces de vislumbrar hace 5 semanas que tarde o temprano se iba a notar el faltante. Sencillo, yo me di cuenta en el sistema la semana pasada, en el SISTEMA. El Sistema no falla, a menos que uno se equivoque al alimentar los datos y/o (ojo) que lo manipule explícitamente. Son tan pendejos que ni siquiera eso pudieron prever y menos hacer (¡no saben cómo!), ah pero eso sí, ahora que les cayó el chahuistle se peinan, andan trompudos y preocupados “por lo que pueda pasar”.
¿Por qué es así la sociedad? ¿Por qué ante los problemas preferimos encubrirnos unos a otros en lugar de AFRONTAR las consecuencias? ¿Por qué solapamos grupalmente muchas veces las incompetencias, tarugadas, fallas y problemas que otros provocan?
No es la primera vez que veo esto y estos 10 mil varos no son nada. Hace 13 años trabajé en Tabasco en una empresa chocolatera donde se fugó en apenas 3 meses 1 cabrón millón de pesos, nada más. A mi exjefe le sudaban hasta las nalgas en abril de 1996, era 1 chingado millón de pesos que se habían robado. A mí me mandaron para allá como una especie de fiscal y me di cuenta en un par de semanas todas las chingaderas que estaban sucediendo en la compra de cacao, pero las principales tranzas ya estaban hechas y los cabrones ratas se fueron felices a sus casas porque no había documentos de por medio que los responsabilizaran; se manejó mucha lana con la simple “confianza” de “la palabra”.
Perdón si Choco lee esto, sé que no por una partida de tramposos de Tabasco y Chiapas avecindados en Cárdenas, todos los chocos son así, pero desde entonces la gente de la Chontalpa no me da buena espina; dicen que la ocasión hace al ladrón, también es cierto, pero esos cabrones se sirvieron con la cuchara pozolera mientras nadie los vigiló. Incluso, sé que estuvieron tentados a sobornarme a mí también y no, no se pudo.
Y cuándo yo les preguntaba (recién llegado) por qué había notas hasta de $30,000.00 por la paga de un cacao que nunca mis ojos vieron, entre ellos se encubrían y me maromeaban con respuestas falsas.
Qué pena, pero son casos y cosas de nuestro México encubridor que a veces me da mucha vergüenza.
La cosa estuvo así. Estando ausentes por vacaciones el responsable de los productos en Almacén y el almacenista y montacarguista, otras personas que los suplieron fueron testigos de una mala maniobra donde varias cajas con producto se fueron al piso (culpa del montacarguista suplente) y se dañaron. Como ocurrió ya en la noche, no había jefes. ¿Qué hicieron? Se dieron a la “tarea” de “arreglar” el pedo a su manera. Eso ocurrió a principios de octubre.
Estando ya el titular del Almacén, después del cierre de octubre, detecta un faltante de cajas de un producto X cuyo valor es de alrededor de $10,000.00 pesos, en su Sistema. Lo verifica vs. lo físico y en efecto, hace falta producto. Consulta luego con su montacarguista titular y éste le confía (muy acá entre nos) lo que ya sabe que ocurrió en ausencia de ambos.
Sin hacer olas al principio, el jefe de Almacén todavía les da oportunidad a los responsables de producción para que verifiquen, busquen o den razón del faltante; pasan 2 días y nada, falta y ya.
Hasta ahí, la cosa todavía se mantenía en silencio. ¿Cuántas cajas se destruyeron realmente?, no se sabe con exactitud, entonces el jefe actuando en concordancia con su profesionalismo informa a la Gerencia de lo que sabe que pasó.
Hoy, citaron a los implicados y un par de testigos. Ignoro qué dijeron, pero por sus caras, además de regañados, se les mira molestos, malhumorados y uno de ellos me ignoró cuando le hablé.
No hace falta ser mago para deducir. Se les cayó el teatro, fueron descubiertos, la red de encubrimiento que tejieron para tratar de “ocultar” el pedo, se rompió.
¿Qué me deja a mí? ¿Por qué escribo y comparto esto? Un grupo de irresponsables (y además medio pendejos) se quieren encubrir y encubren a 1 solo responsable; luego, yo, quien detona la investigación soy por default, claro, “El Malo de la Película”, por rajón. La oveja negra, el apestado.
Sin embargo, estos güeyes (medio bestias, insisto) ni siquiera fueron capaces de vislumbrar hace 5 semanas que tarde o temprano se iba a notar el faltante. Sencillo, yo me di cuenta en el sistema la semana pasada, en el SISTEMA. El Sistema no falla, a menos que uno se equivoque al alimentar los datos y/o (ojo) que lo manipule explícitamente. Son tan pendejos que ni siquiera eso pudieron prever y menos hacer (¡no saben cómo!), ah pero eso sí, ahora que les cayó el chahuistle se peinan, andan trompudos y preocupados “por lo que pueda pasar”.
¿Por qué es así la sociedad? ¿Por qué ante los problemas preferimos encubrirnos unos a otros en lugar de AFRONTAR las consecuencias? ¿Por qué solapamos grupalmente muchas veces las incompetencias, tarugadas, fallas y problemas que otros provocan?
No es la primera vez que veo esto y estos 10 mil varos no son nada. Hace 13 años trabajé en Tabasco en una empresa chocolatera donde se fugó en apenas 3 meses 1 cabrón millón de pesos, nada más. A mi exjefe le sudaban hasta las nalgas en abril de 1996, era 1 chingado millón de pesos que se habían robado. A mí me mandaron para allá como una especie de fiscal y me di cuenta en un par de semanas todas las chingaderas que estaban sucediendo en la compra de cacao, pero las principales tranzas ya estaban hechas y los cabrones ratas se fueron felices a sus casas porque no había documentos de por medio que los responsabilizaran; se manejó mucha lana con la simple “confianza” de “la palabra”.
Perdón si Choco lee esto, sé que no por una partida de tramposos de Tabasco y Chiapas avecindados en Cárdenas, todos los chocos son así, pero desde entonces la gente de la Chontalpa no me da buena espina; dicen que la ocasión hace al ladrón, también es cierto, pero esos cabrones se sirvieron con la cuchara pozolera mientras nadie los vigiló. Incluso, sé que estuvieron tentados a sobornarme a mí también y no, no se pudo.
Y cuándo yo les preguntaba (recién llegado) por qué había notas hasta de $30,000.00 por la paga de un cacao que nunca mis ojos vieron, entre ellos se encubrían y me maromeaban con respuestas falsas.
Qué pena, pero son casos y cosas de nuestro México encubridor que a veces me da mucha vergüenza.
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