EL INFIERNO
Se encuentran Felipe Calderón, Obama y la Reina de Inglaterra en el Infierno.
Obama le contaba a la Reina de Inglaterra que había un teléfono rojo en el infierno y que iba a hablar con el diablo para pedirle autorización para usarlo. Rápidamente fue y le pidió al diablo permiso para hacer una llamada a los Estados Unidos para saber cómo se quedaba el país después de su partida.
El diablo le concedió la llamada y habló durante 2 minutos.
Al colgar, el diablo le dijo que de la llamada eran 3 millones de dólares; Obama le hizo un cheque y la pagó.
Al enterarse de esto, la Reina de Inglaterra quiso hacer lo mismo y llamó a Inglaterra durante 5 minutos y el diablo le pasó la cuenta de 10 millones de libras y también la pagó.
Felipe Calderón también sintió ganas de llamar a México para ver cómo había dejado el país y habló por 3 horas. Cuando colgó, el diablo le dijo que eran 1.48 pesos. Calderón se quedó atónito, pues había visto el costo de las llamadas de los demás y le preguntó por qué era tan barato llamar a México …
Y el diablo le respondió: pues, de infierno a infierno, la llamada es local'.
Se encuentran Felipe Calderón, Obama y la Reina de Inglaterra en el Infierno.
Obama le contaba a la Reina de Inglaterra que había un teléfono rojo en el infierno y que iba a hablar con el diablo para pedirle autorización para usarlo. Rápidamente fue y le pidió al diablo permiso para hacer una llamada a los Estados Unidos para saber cómo se quedaba el país después de su partida.
El diablo le concedió la llamada y habló durante 2 minutos.
Al colgar, el diablo le dijo que de la llamada eran 3 millones de dólares; Obama le hizo un cheque y la pagó.
Al enterarse de esto, la Reina de Inglaterra quiso hacer lo mismo y llamó a Inglaterra durante 5 minutos y el diablo le pasó la cuenta de 10 millones de libras y también la pagó.
Felipe Calderón también sintió ganas de llamar a México para ver cómo había dejado el país y habló por 3 horas. Cuando colgó, el diablo le dijo que eran 1.48 pesos. Calderón se quedó atónito, pues había visto el costo de las llamadas de los demás y le preguntó por qué era tan barato llamar a México …
Y el diablo le respondió: pues, de infierno a infierno, la llamada es local'.
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