La imaginación se agota ante la frustración
de irse empequeñeciendo
cada vez más.
Las marchas de protesta funcionan
positiva o negativamente en la población,
en proporción inversa al número de los
interesados reales.
La respuesta de los capitalinos ayer fue de
un silencio estruendoso, ausencia y rechazo,
un paisaje equivalente al que dejó la alerta
por el virus de la infl uenza.
En conclusión, los citadinos trataron el
movimiento del menguante Sindicato Mexicano
de Electricistas como un virus inevitable,
al que habría que sacarle la vuelta.
http://impactoeldiario.com/pdf/02.pdf
http://
impactoeldiario.com/pdf/02.pdf
.
.
Comment