A falta de la oportunidad de estrecharlos fuertemente en mis brazos con motivo de la navidad, y en la imposibilidad de hacerles llegar algún regalo material, (nuestra relación es sólo virtual), he tomado la decisión de agasajarlos dedicándoles aunque sea unas sencillas líneas.
En estas vísperas de la celebración de su nacencia imploro al creador por la salud de todos ustedes, queridos amigos míos; pero específicamente, por su salud mental ya que esa noble y desinteresada (amén de inútil) tarea a la que someten a diario su propio intelecto (o como se le pueda llamar en su caso), los está estandarizando con respecto al grueso de los usuarios del internet.
¿Cómo que cuál tarea? Pues la de tratar ilusamente de intervenir en todos los asuntos públicos a través de su actividad virtual. Le ruego a Santa Clos que, como regalo de navidad, los desengañe. Que los ilumine para que puedan comprender que nunca los borregos, perdón, los usuarios de internet, guiarán a los pastores, a los líderes políticos o a los grandes empresarios a pesar de que algunos nuevos pastores les hagan creer lo contrario. Nunca, ni el internet ni ninguna otra maravilla de la tecnología va a convertir a las bases ovejunas, perdón, a las bases sociales, en clases dirigentes. El chismear en internet no va a transformar a los cibernautas como ustedes, así se trate de miles y miles de holgazanes incorporados a esta nueva forma de alienación, en un “nuevo grupo de presión masiva internacional”, o en “la inteligencia global cohesionada por ideales comunes para fines prácticos”, o en alguna otra jalada por el estilo. ¡Nunca! El que nace pa’ maceta no pasa del corredor.
Que esta navidad les traiga resignación y les dé fuerzas para trabajar. No, no se espanten, sólo dije: TRABAJAR. Acá afuera, en la realidad, todos trabajamos, sobre todo los que pertenecemos a las clases dirigentes.
Ojalá que Santa Clos escuche mis ruegos y ustedes cambien, mis amigos. Que se conviertan en buenos chambeadores nuestros para que algún día, si no todos, cuando menos uno que otro, pueda ser recibido en nuestros círculos sociales y, ¿por qué no?, llegue a ocupar un lugar más digno y merecido dentro de la sociedad.
─¡El bote de la basura!
No le hagan caso amigos, fue el Zacarías que anda de vacaciones y aprovechó para venirse a capacitar en Teoría del Estado. Felices pascuas y échenle ganas: menos teclazos y más trabajo de utilidad. A propósito: ando necesitando un mozo de jardinería, una cocinera y un piloto. No se admiten borrachos, marihuanos, ni adictos al internet. ¿Quién dijo yo?
En estas vísperas de la celebración de su nacencia imploro al creador por la salud de todos ustedes, queridos amigos míos; pero específicamente, por su salud mental ya que esa noble y desinteresada (amén de inútil) tarea a la que someten a diario su propio intelecto (o como se le pueda llamar en su caso), los está estandarizando con respecto al grueso de los usuarios del internet.
¿Cómo que cuál tarea? Pues la de tratar ilusamente de intervenir en todos los asuntos públicos a través de su actividad virtual. Le ruego a Santa Clos que, como regalo de navidad, los desengañe. Que los ilumine para que puedan comprender que nunca los borregos, perdón, los usuarios de internet, guiarán a los pastores, a los líderes políticos o a los grandes empresarios a pesar de que algunos nuevos pastores les hagan creer lo contrario. Nunca, ni el internet ni ninguna otra maravilla de la tecnología va a convertir a las bases ovejunas, perdón, a las bases sociales, en clases dirigentes. El chismear en internet no va a transformar a los cibernautas como ustedes, así se trate de miles y miles de holgazanes incorporados a esta nueva forma de alienación, en un “nuevo grupo de presión masiva internacional”, o en “la inteligencia global cohesionada por ideales comunes para fines prácticos”, o en alguna otra jalada por el estilo. ¡Nunca! El que nace pa’ maceta no pasa del corredor.
Que esta navidad les traiga resignación y les dé fuerzas para trabajar. No, no se espanten, sólo dije: TRABAJAR. Acá afuera, en la realidad, todos trabajamos, sobre todo los que pertenecemos a las clases dirigentes.
Ojalá que Santa Clos escuche mis ruegos y ustedes cambien, mis amigos. Que se conviertan en buenos chambeadores nuestros para que algún día, si no todos, cuando menos uno que otro, pueda ser recibido en nuestros círculos sociales y, ¿por qué no?, llegue a ocupar un lugar más digno y merecido dentro de la sociedad.
─¡El bote de la basura!
No le hagan caso amigos, fue el Zacarías que anda de vacaciones y aprovechó para venirse a capacitar en Teoría del Estado. Felices pascuas y échenle ganas: menos teclazos y más trabajo de utilidad. A propósito: ando necesitando un mozo de jardinería, una cocinera y un piloto. No se admiten borrachos, marihuanos, ni adictos al internet. ¿Quién dijo yo?
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