FIEJNSE QUE SUAVE, SU PRESIDENTITO DEL EMPLEO (NO ES CHISTE JAJAJA), VIENE DE UN HORRENDO FRAUDE EN LA ELECCION INTERNA PANISTA.
PERO AQUI ESTAN, LLORANDO Y GRITANDO "FRAUDE FRAUDE"!!! QUE POCA MADRE TIENEN, TODAVIA TENEMOS MEMORIA SEÑORES.
Contienda interna en el PAN
"Caciquismo y mugre"
Alberto Nájar
Así definía Efraín González Luna, uno de los fundadores del Partido Acción Nacional, las elecciones en la época dura del priísmo. Hoy, sus palabras resultan adecuadas para el proceso en el cual el blaquiazul elige a su candidato presidencial, abundante en irregularidades que mantienen al partido en una de las crisis más severas en varias décadas. Hasta ahora, las advertencias para limpiar las elecciones no han sido escuchadas: en la jornada electoral de este domingo, donde votan los panistas de 14 estados ųincluso donde nacieron losprecandidatosų, a Jalisco le toca protagonizar la frase
En la secuencia, los precandidatos en campaña: Luis Felipe Calderón, Santiago Creel y Alberto Cárdenas
Le llaman Operación Calambre: Con el padrón de militantes del Partido Acción Nacional (PAN) en la mano, funcionarios de alto nivel del gobierno de Jalisco revisan el perfil de cada uno de sus subordinados, especialmente aquellos con acceso a programas sociales o con influencia en comunidades y municipios.
No es un examen de conocimientos ni se pretende descubrir irregularidades en el uso del presupuesto. Los funcionarios jaliscienses buscan a panistas que no simpatizan con Felipe Calderón Hinojosa, precandidato del blanquiazul a la Presidencia de la República y a quien el gobernador Francisco Ramírez Acuña apoya sin reservas.
Un operativo cuya primera fase consiste en el despido de los disidentes... por unas cuantas horas.
"El caso típico es que te corran a las nueve de la mañana y al mediodía se acerque alguien a ofrecerte consejo", explica Herbert Taylor, ex presidente del blanquiazul en el estado y uno de los operadores del precandidato Alberto Cárdenas Jiménez, El Caballo Negro. "En ese momento te recomiendan que vayas al partido si deseas conservar tu plaza, algo que muchos aceptan: imagínate, perder la chamba de improviso".
En el PAN se aplica la siguiente fase cuando al despedido se le recuerda que, sin el blanquiazul, no tendría empleo en el gobierno. Al partido se le debe lealtad, y eso significa apoyar a quien la dirección política ("el gobernador, pues") indique. En este caso, explica Herbert Taylor, el respaldo es para Calderón Hinojosa.
"La mayoría de la gente tiene deudas, paga colegiaturas o la mensualidad del coche", añade. "Por eso aceptan las nuevas condiciones".
La Operación Calambre concluye cuando los compañeros del despedido se enteran del asunto. "Como dice el dicho: se ponen las barbas a remojar. Si ibas a apoyar a otro candidato la piensas dos veces antes de hacerlo. Es el poder de la nómina".
Uno de los "calambres" más recientes se le aplicó a Salvador Leal Díaz, enlace de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) con el ayuntamiento de Acatlán de Juárez, quien fue despedido por apoyar a Alberto Cárdenas.
Era normal. Originario de Ciudad Guzmán, la tierra del precandidato, Leal Díaz pertenece a una de las familias de mayor raigambre panista e incluso el patriarca ųquien también se llama Salvadorų suele decir que votar en contra de Bebeto (como se conoce también al ex gobernador) es traicionar a Jalisco.
La advertencia, sin embargo, no fue suficiente para impedir el despido de su hijo.
El caso fue presentado por el equipo de Cárdenas Jiménez ante la Comisión de Elecciones del blanquiazul, pero no es el único.
En el expediente se acumulan las denuncias por obligar a funcionarios jaliscienses a pagar los actos de campaña del precandidato; los viajes del gobernador Ramírez Acuña a Campeche y Veracruz para apoyar al michoacano; el envío de una centena de empleados estatales a Tantoyuca, Veracruz, con el pretexto de vigilar la elección del pasado 2 de octubre, así como el condicionar a presidentes municipales la entrega de recursos a cambio del respaldo a Calderón.
Y eso sin contar las denuncias de fraude en Yucatán y Veracruz.
Por eso Cárdenas Jiménez endureció su discurso, e incluso amenazó con "reventar" la elección interna si no se limpia el proceso contaminado, dijo, por prácticas priístas.
"Nos han penetrado y estamos embarazados", dijo la semana pasada en Guadalajara. "Hay engendros ahí que habrá que cuidar y abortarlos; debemos sacarlos a como de lugar".
Pasar la charola
Un viejo panista cita a Efraín González Luna para definir el proceso de selección de candidato presidencial: todo es "caciquismo y mugre".
Se refiere a Yucatán, donde funcionarios del gobierno estatal acarrearon a cientos de panistas a las casillas rurales para votar por Felipe Calderón, "y luego los abandonaron, a veces hasta a 40 kilómetros de sus casas".
La frase alcanza Veracruz, donde además de la intimidación a votantes por parte del presidente municipal y las casillas zapato favorables a Santiago Creel Miranda, se presentó un grupo de burócratas jaliscienses para tratar de influir en la elección. "Les pagaron sueldo, viáticos y hospedaje con recursos públicos. No lo han podido negar".
El mismo caso de los delegados de la Secretaría de Medio Ambiente, que encabezó Cárdenas Jiménez, y que en Nayarit utilizan recursos de la dependencia para hacer campaña en su favor. O la situación del ayuntamiento de Lerdo, Durango, donde los funcionarios afines a Creel fueron enviados a comisiones de trabajo durante las pasadas elecciones, "para no dejarlos votar".
Y finalmente, dice el viejo panista, "caciquismo y mugre" es lo que sucede en Jalisco, donde existe una añeja rivalidad entre el gobernador Ramírez Acuña y el precandidato Cárdenas Jiménez, cuyo resultado es el apoyo del primero al michoacano Calderón.
Va con todo. A principios de mayo de 2004 el mandatario jalisciense convocó a su gabinete ampliado ųincluye subsecretarios y directores de áreaų a una reunión informal en su casa de Toluquilla, donde informó que el bueno era el entonces secretario de Energía.
"Allí mismo se empezó a pasar la charola", recuerda uno de los asistentes. "Se pusieron cuotas: 50 mil a secretarios, 30 o 40 mil los subsecretarios, 20 mil directores de área... Quienes menos aportaron fueron las secretarias o auxiliares, con 3 mil pesos; todo se descontó de la nómina".
Parte de ese dinero se utilizaría para financiar la comida del 29 de mayo cuando el gobernador destapó a Calderón Hinojosa, acto que motivó su salida del gabinete del presidente Vicente Fox.
Para algunos, la reunión en Toluquilla marcó el inicio de la Operación Calambre, sobre todo porque hubo una discusión sobre la forma de convencer a los funcionarios de aportar parte de su salario para la campaña. El gobernador zanjó el tema con una frase: "La nómina marca preferencias. Y aquí vamos con Felipe".
Más allá del acta de nacimiento, lo cierto es que la Operación Calambre empezó a surtir efecto. Y una de sus primeras víctimas fue Luis Miguel Hernández Alcázar, despedido como director de Desarrollo Político de la Subsecretaría de Gobierno por no apoyar a un candidato cercano al gobernador.
"Era la renovación del comité municipal del partido en Guadalajara", recuerda, "y tenían perdida la plaza. Por eso ordenaron apoyar a José Cabello Gil, pero no fui a la convención; allí se dieron cuenta que no estaba con ellos. Ese mismo día me dijeron que me presentara a la Subsecretaría con mi renuncia, porque necesitaban la plaza".
Con Hernández Alcázar ni siquiera hubo el intento de afiliarlo al bando felipista, pues estaban seguros de sus preferencias políticas. Se equivocaron. "Me ofrecieron que siguiera cobrando durante tres meses, como indemnización, pero nada más pagaron dos. Eso me convenció: nada tenía que hacer en la grilla".
Hubo quienes cedieron a la presión, como José Cabello, quien fuera cercano a Fernando Guzmán (uno de los asesores principales de El Caballo Negro), y quien para ganar su sitio en la lista plurinominal de candidatos a diputados aceptó colaborar con el equipo del gobernador.
Algo parecido al caso de Pablo Aguirre, quien perdió la elección para diputado federal por el distrito 13 "y se quedó sin trabajo, porque se la jugó por la libre", cuenta Hernández Alcázar. Hoy trabaja en la Dirección de Pensiones de la entidad y es uno de los operadores de Alfonso Petersen Farah, ex secretario de Salud y actual precandidato a la alcaldía de la ciudad de Guadalajara.
Uno de los objetivos centrales de la Operación Calambre, explica Herbert Taylor, es asegurar lealtades hacia el equipo en el gobierno, particularmente a través de la nómina.
Funciona.
En el panismo jalisciense, Tarcisio Rodríguez forma parte de un grupo antagónico a Ramírez Acuña llamado "del Comité Estatal", varios de cuyos integrantes han estado políticamente congelados en el actual sexenio. A pesar de ello, Rodríguez es el encargado de la campaña de Calderón Hinojosa en los municipios jaliscienses donde, jura, no ha encontrado evidencias de presión alguna a los alcaldes panistas.
"El primero que se hizo contracampaña fue el mismo Alberto con su titubeo, se pasó una semana viendo cómo bajaban sus números", explica. "Están muy nerviosos porque tienen menos votos de los que esperaban, sobre todo en Jalisco donde es su principal bastión".
No es para menos. Para Cárdenas Jiménez, Jalisco representa no sólo la última oportunidad para mantenerse en la contienda ųtiene uno de los padrones de militantes más grande del país, con 79 mil 287 afiliadosų, sino para asegurar su existencia en la vida política del país: las consecuencias de perder en el estado que gobernó tendría consecuencias definitivas.
COCHINADAS PUES! DE TODOS LOS BANDOS. ESTOS SON LOS PANISTAS, TAN LEALES, LEGALES Y RECTOS JAJAJA!!!!
PERO AQUI ESTAN, LLORANDO Y GRITANDO "FRAUDE FRAUDE"!!! QUE POCA MADRE TIENEN, TODAVIA TENEMOS MEMORIA SEÑORES.
Contienda interna en el PAN
"Caciquismo y mugre"
Alberto Nájar
Así definía Efraín González Luna, uno de los fundadores del Partido Acción Nacional, las elecciones en la época dura del priísmo. Hoy, sus palabras resultan adecuadas para el proceso en el cual el blaquiazul elige a su candidato presidencial, abundante en irregularidades que mantienen al partido en una de las crisis más severas en varias décadas. Hasta ahora, las advertencias para limpiar las elecciones no han sido escuchadas: en la jornada electoral de este domingo, donde votan los panistas de 14 estados ųincluso donde nacieron losprecandidatosų, a Jalisco le toca protagonizar la frase
En la secuencia, los precandidatos en campaña: Luis Felipe Calderón, Santiago Creel y Alberto Cárdenas
Le llaman Operación Calambre: Con el padrón de militantes del Partido Acción Nacional (PAN) en la mano, funcionarios de alto nivel del gobierno de Jalisco revisan el perfil de cada uno de sus subordinados, especialmente aquellos con acceso a programas sociales o con influencia en comunidades y municipios.
No es un examen de conocimientos ni se pretende descubrir irregularidades en el uso del presupuesto. Los funcionarios jaliscienses buscan a panistas que no simpatizan con Felipe Calderón Hinojosa, precandidato del blanquiazul a la Presidencia de la República y a quien el gobernador Francisco Ramírez Acuña apoya sin reservas.
Un operativo cuya primera fase consiste en el despido de los disidentes... por unas cuantas horas.
"El caso típico es que te corran a las nueve de la mañana y al mediodía se acerque alguien a ofrecerte consejo", explica Herbert Taylor, ex presidente del blanquiazul en el estado y uno de los operadores del precandidato Alberto Cárdenas Jiménez, El Caballo Negro. "En ese momento te recomiendan que vayas al partido si deseas conservar tu plaza, algo que muchos aceptan: imagínate, perder la chamba de improviso".
En el PAN se aplica la siguiente fase cuando al despedido se le recuerda que, sin el blanquiazul, no tendría empleo en el gobierno. Al partido se le debe lealtad, y eso significa apoyar a quien la dirección política ("el gobernador, pues") indique. En este caso, explica Herbert Taylor, el respaldo es para Calderón Hinojosa.
"La mayoría de la gente tiene deudas, paga colegiaturas o la mensualidad del coche", añade. "Por eso aceptan las nuevas condiciones".
La Operación Calambre concluye cuando los compañeros del despedido se enteran del asunto. "Como dice el dicho: se ponen las barbas a remojar. Si ibas a apoyar a otro candidato la piensas dos veces antes de hacerlo. Es el poder de la nómina".
Uno de los "calambres" más recientes se le aplicó a Salvador Leal Díaz, enlace de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) con el ayuntamiento de Acatlán de Juárez, quien fue despedido por apoyar a Alberto Cárdenas.
Era normal. Originario de Ciudad Guzmán, la tierra del precandidato, Leal Díaz pertenece a una de las familias de mayor raigambre panista e incluso el patriarca ųquien también se llama Salvadorų suele decir que votar en contra de Bebeto (como se conoce también al ex gobernador) es traicionar a Jalisco.
La advertencia, sin embargo, no fue suficiente para impedir el despido de su hijo.
El caso fue presentado por el equipo de Cárdenas Jiménez ante la Comisión de Elecciones del blanquiazul, pero no es el único.
En el expediente se acumulan las denuncias por obligar a funcionarios jaliscienses a pagar los actos de campaña del precandidato; los viajes del gobernador Ramírez Acuña a Campeche y Veracruz para apoyar al michoacano; el envío de una centena de empleados estatales a Tantoyuca, Veracruz, con el pretexto de vigilar la elección del pasado 2 de octubre, así como el condicionar a presidentes municipales la entrega de recursos a cambio del respaldo a Calderón.
Y eso sin contar las denuncias de fraude en Yucatán y Veracruz.
Por eso Cárdenas Jiménez endureció su discurso, e incluso amenazó con "reventar" la elección interna si no se limpia el proceso contaminado, dijo, por prácticas priístas.
"Nos han penetrado y estamos embarazados", dijo la semana pasada en Guadalajara. "Hay engendros ahí que habrá que cuidar y abortarlos; debemos sacarlos a como de lugar".
Pasar la charola
Un viejo panista cita a Efraín González Luna para definir el proceso de selección de candidato presidencial: todo es "caciquismo y mugre".
Se refiere a Yucatán, donde funcionarios del gobierno estatal acarrearon a cientos de panistas a las casillas rurales para votar por Felipe Calderón, "y luego los abandonaron, a veces hasta a 40 kilómetros de sus casas".
La frase alcanza Veracruz, donde además de la intimidación a votantes por parte del presidente municipal y las casillas zapato favorables a Santiago Creel Miranda, se presentó un grupo de burócratas jaliscienses para tratar de influir en la elección. "Les pagaron sueldo, viáticos y hospedaje con recursos públicos. No lo han podido negar".
El mismo caso de los delegados de la Secretaría de Medio Ambiente, que encabezó Cárdenas Jiménez, y que en Nayarit utilizan recursos de la dependencia para hacer campaña en su favor. O la situación del ayuntamiento de Lerdo, Durango, donde los funcionarios afines a Creel fueron enviados a comisiones de trabajo durante las pasadas elecciones, "para no dejarlos votar".
Y finalmente, dice el viejo panista, "caciquismo y mugre" es lo que sucede en Jalisco, donde existe una añeja rivalidad entre el gobernador Ramírez Acuña y el precandidato Cárdenas Jiménez, cuyo resultado es el apoyo del primero al michoacano Calderón.
Va con todo. A principios de mayo de 2004 el mandatario jalisciense convocó a su gabinete ampliado ųincluye subsecretarios y directores de áreaų a una reunión informal en su casa de Toluquilla, donde informó que el bueno era el entonces secretario de Energía.
"Allí mismo se empezó a pasar la charola", recuerda uno de los asistentes. "Se pusieron cuotas: 50 mil a secretarios, 30 o 40 mil los subsecretarios, 20 mil directores de área... Quienes menos aportaron fueron las secretarias o auxiliares, con 3 mil pesos; todo se descontó de la nómina".
Parte de ese dinero se utilizaría para financiar la comida del 29 de mayo cuando el gobernador destapó a Calderón Hinojosa, acto que motivó su salida del gabinete del presidente Vicente Fox.
Para algunos, la reunión en Toluquilla marcó el inicio de la Operación Calambre, sobre todo porque hubo una discusión sobre la forma de convencer a los funcionarios de aportar parte de su salario para la campaña. El gobernador zanjó el tema con una frase: "La nómina marca preferencias. Y aquí vamos con Felipe".
Más allá del acta de nacimiento, lo cierto es que la Operación Calambre empezó a surtir efecto. Y una de sus primeras víctimas fue Luis Miguel Hernández Alcázar, despedido como director de Desarrollo Político de la Subsecretaría de Gobierno por no apoyar a un candidato cercano al gobernador.
"Era la renovación del comité municipal del partido en Guadalajara", recuerda, "y tenían perdida la plaza. Por eso ordenaron apoyar a José Cabello Gil, pero no fui a la convención; allí se dieron cuenta que no estaba con ellos. Ese mismo día me dijeron que me presentara a la Subsecretaría con mi renuncia, porque necesitaban la plaza".
Con Hernández Alcázar ni siquiera hubo el intento de afiliarlo al bando felipista, pues estaban seguros de sus preferencias políticas. Se equivocaron. "Me ofrecieron que siguiera cobrando durante tres meses, como indemnización, pero nada más pagaron dos. Eso me convenció: nada tenía que hacer en la grilla".
Hubo quienes cedieron a la presión, como José Cabello, quien fuera cercano a Fernando Guzmán (uno de los asesores principales de El Caballo Negro), y quien para ganar su sitio en la lista plurinominal de candidatos a diputados aceptó colaborar con el equipo del gobernador.
Algo parecido al caso de Pablo Aguirre, quien perdió la elección para diputado federal por el distrito 13 "y se quedó sin trabajo, porque se la jugó por la libre", cuenta Hernández Alcázar. Hoy trabaja en la Dirección de Pensiones de la entidad y es uno de los operadores de Alfonso Petersen Farah, ex secretario de Salud y actual precandidato a la alcaldía de la ciudad de Guadalajara.
Uno de los objetivos centrales de la Operación Calambre, explica Herbert Taylor, es asegurar lealtades hacia el equipo en el gobierno, particularmente a través de la nómina.
Funciona.
En el panismo jalisciense, Tarcisio Rodríguez forma parte de un grupo antagónico a Ramírez Acuña llamado "del Comité Estatal", varios de cuyos integrantes han estado políticamente congelados en el actual sexenio. A pesar de ello, Rodríguez es el encargado de la campaña de Calderón Hinojosa en los municipios jaliscienses donde, jura, no ha encontrado evidencias de presión alguna a los alcaldes panistas.
"El primero que se hizo contracampaña fue el mismo Alberto con su titubeo, se pasó una semana viendo cómo bajaban sus números", explica. "Están muy nerviosos porque tienen menos votos de los que esperaban, sobre todo en Jalisco donde es su principal bastión".
No es para menos. Para Cárdenas Jiménez, Jalisco representa no sólo la última oportunidad para mantenerse en la contienda ųtiene uno de los padrones de militantes más grande del país, con 79 mil 287 afiliadosų, sino para asegurar su existencia en la vida política del país: las consecuencias de perder en el estado que gobernó tendría consecuencias definitivas.
COCHINADAS PUES! DE TODOS LOS BANDOS. ESTOS SON LOS PANISTAS, TAN LEALES, LEGALES Y RECTOS JAJAJA!!!!
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