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Experiencias fantasmales

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  • Experiencias fantasmales

    Yo en lo personal SÍ creo en la "vida despues de la vida", "más allá" o como quieran llamarle. Si la mayoría de la gente cree lo mismo, no es dificil que crean también en que hay muchas cosas que existen aunque no veamos.

    Yo nunca he tenido experiencias de escuchar pasos en la azotea, ver sombras, escuchar cadenas, gemidos infernales ni nada por el estilo, de hecho soy esceptico, pero ayer en la noche mientras terminaba de ver una película de terror, pude ver como mi hermana (o algo parecido) salia de un cuarto para entrar al baño. 5 segundos despues de ver eso me pregunté cómo era posible eso si no había escuchado la puerta abrirse. Me dirigí al baño, no había nadie y mi hermana nunca se había levantado de su cama.

    No me dio miedo, pero si causa demasiada curiosidad. ¿Simple sugestión? Es posible, pero hay suficientes historias de personas en su encuentro con cosas "paranormales".

    De hecho, desde pequeño, me fascinaban las reuniones con los primos, amigos y vecinos para contar las historias de terror. Aún son fán del cine de terror.

    ¿Uds creen en la vida despues de la muerte? ¿Han tendido algúna experiencia con cosas ocultas?
    Pop!

  • #2
    Re: Experiencias fantasmales

    En este foro hay mas de 4 que han tenido encuentros reales con el ánima de Sayula.

    Regresando a tu tema, en mi experiencia, te digo que lo que viste fué un hecho que seguramente ocurrió en un futuro inmediato; seguramente minutos después tu hermana se levantó al baño.

    Ver acciones futuras a corto plazo, es una capacidad del cerebro que no sabemos controlar pero ahí la tenemos, así como la telequinesis o el "leer" la mente de otros. Estas son capacidades físicas que todos tenemos y que alguna vez nos afloran espontaneamente y sin control. Recuerda que la ciencia dice que solo utilizamos el 33% de nuestro cerebro aprox.; el 66% ¿para que sirve?, ¿que hace?
    kabrakan
    Forista Esmeralda
    Last edited by kabrakan; 22-febrero-2010, 10:40.
    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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    • #3
      Re: Experiencias fantasmales

      Buen tema...ojala y te lo tomen en serio..porque aqui...!!


      ..

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      • #4
        Re: Experiencias fantasmales

        Ya estaba agarrando inspiración para contestar pero vi el regaño adelantado de Laurence y me cisco.
        La neta yo soy muy escéptica, y creo que las historias de terror (que me fascinan no en balde soy seguidora del Rey) están bien para una novela o una película.
        Hace un buen de años tuve un novio que vivía en el centro y decían que en la casa había un fantasma, pero yo nunca lo vi y por lo tanto no lo creo.
        Supongo que mi escepticismo me hace poco receptiva.
        "¿¿Para qué tomar y manejar si puedes fumar y volar??" Les Luthiers

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        • #5
          Re: Experiencias fantasmales

          Como dije en otro tema... lo que en realidad suceda después de la muerte no lo podremos saber con certeza... hasta que lleguemos allá, sin embargo, yo creo que si debe haber un tipo de mas allá (la reencarnación no me convence mucho), ¿cómo será?, quien sabe, no tengo un concepto definido de el, ahora...

          Lo que si no creo, son en fantasmas, apariciones, duendes, similares y conexos, en esos si no, no creo, como no creo en extraterrestres que visitan la tierra, mounstros de lago o chupacabras....
          I love my attitude problem.

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          • #6
            Re: Experiencias fantasmales

            En un programa vi algo así como que algunos lugares guardan récords de acontecimientos ahí sucedidos. Como un tipo de grabación que se toca con las condiciones apropiadas y que a veces los personajes de la grabación son confundidos con fantasmas.
            Espero haberme explicado!!!!!!!
            sigpic INSERT RANDOM BULLSHIT HERE.

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            • #7
              Re: Experiencias fantasmales

              Originalmente publicado por The Mars Volta Ver post
              Yo en lo personal SÍ creo en la "vida despues de la vida", "más allá" o como quieran llamarle. Si la mayoría de la gente cree lo mismo, no es dificil que crean también en que hay muchas cosas que existen aunque no veamos.

              Yo nunca he tenido experiencias de escuchar pasos en la azotea, ver sombras, escuchar cadenas, gemidos infernales ni nada por el estilo, de hecho soy esceptico, pero ayer en la noche mientras terminaba de ver una película de terror, pude ver como mi hermana (o algo parecido) salia de un cuarto para entrar al baño. 5 segundos despues de ver eso me pregunté cómo era posible eso si no había escuchado la puerta abrirse. Me dirigí al baño, no había nadie y mi hermana nunca se había levantado de su cama.

              No me dio miedo, pero si causa demasiada curiosidad. ¿Simple sugestión? Es posible, pero hay suficientes historias de personas en su encuentro con cosas "paranormales".

              De hecho, desde pequeño, me fascinaban las reuniones con los primos, amigos y vecinos para contar las historias de terror. Aún son fán del cine de terror.

              ¿Uds creen en la vida despues de la muerte? ¿Han tendido algúna experiencia con cosas ocultas?

              aparte de pendejo ya te estas volviendo loco.
              no solo de cable vive el hombre

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              • #8
                Re: Experiencias fantasmales

                A mi ....como que una vez se me subió una muerta

                ....Aunque pudieron ser los tequilas

                ::

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                • #9
                  Re: Experiencias fantasmales

                  " Eché a correr cuesta abajo en la oscuridad. Mientras cru¬zaba los arbustos me vino la idea de que no había tierra llana. Iba a la mitad del cerro cuando sentí algo detrás, casi tocándome. No era una rama; era algo que, sentí in¬tuitivamente, me estaba dando alcance. Al darme cuenta de esto me helé. Me quité la chaqueta, la enrollé contra mi estómago, me acuclillé sobre las piernas y me cubrí los ojos con las manos, como don Juan había indicado. Mantuve esa posición un corto rato antes de advertir que todo en torno mío estaba en completo silencio. No había sonidos de ninguna clase. Me entró una alarma extraordinaria. Los músculos de mi estómago se contraían y temblaban espas¬módicamente. Entonces oí otro crujido. Parecía venir de lejos, pero era en extremo claro y distinto. Se oyó de nuevo, más cerca. Hubo un intervalo de quietud y luego algo estalló por encima de mi cabeza. La brusquedad del ruido me hizo saltar involuntariamente, y casi rodé sobre el costado. Era definitivamente el sonido de una rama quebrada en dos. El sonido fue tan cercano que oí el rumor de las hojas cuando la rama era partida.
                  Hubo a continuación un diluvio de explosiones crujien¬tes; en todo el derredor se quebraban ramas con gran fuerza. Lo incongruente, en ese punto, era mi reacción a todo el fenómeno; en vez de hallarme aterrado, reía. Pensaba sinceramente haber dado con la causa de cuanto ocurría. Estaba convencido de que don Juan me engañaba de nuevo. Una serie de conclusiones lógicas cimentaron mi confianza; me sentí jubiloso. Sin duda podría atrapar a ese viejo zorro de don Juan en otra de sus tretas. Andaba cerca de mí rompiendo ramas y, sabiendo que yo no osaría alzar la vista, estaba a salvo y en libertad de hacer lo que quisiera. Calculé que debía estar solo en las montañas, pues yo había andado constantemente con él durante días. No había tenido tiempo ni oportunidad de enrolar colaboradores. Si se hallaba oculto, como yo creía, sólo él se ocultaba, y lógica¬mente no podría producir más que un número limitado de ruidos. Como estaba solo, los ruidos tenían que ocurrir en una secuencia lineal de tiempo; es decir, uno por uno, o cuando mucho dos o tres por vez. Además, la variedad de sonidos debía también estar limitada a la mecánica de un solo individuo. Agazapado e inmóvil, me sentí absoluta¬mente seguro de que toda la experiencia era un juego y de que la única manera de permanecer por encima de él era desalojar de ese nivel mis emociones. Positivamente lo disfrutaba. Me sorprendí riendo por lo bajo ante la idea de poder anticipar la siguiente tirada de mi oponente. Tra¬té de imaginar qué haría yo en ese momento si fuera don Juan.
                  El sonido de algo que sorbía me hizo salir, con una sacu¬dida, de mi ejercicio mental. Escuché con atención; el soni¬do se repitió. No pude determinar qué era. Sonaba como si un animal sorbiera agua. Se oyó de nuevo, muy cerca. Era un sonido irritante que me recordó el chasquido producido por un adolescente de gran quijada al mascar chicle. Me preguntaba cómo podía don Juan producir tal ruido cuan¬do el sonido ocurrió de nuevo, a mi derecha. Primero fue un solo sonido y luego oí una serie de chapoteos y ruidos de succión, como si alguien caminara en el lodo. Era un sonido exasperante, casi sensual, de pies que chapoteaban en fango profundo. Los ruidos cesaron un momento y re¬comenzaron a mi izquierda, muy cerca, quizás a sólo tres metros. Sonaban como si una persona corpulenta trotara en el lodo con botas de hule. Me maravilló la riqueza del sonido. No me era posible imaginar ningún aparato primi¬tivo que yo mismo pudiera usar para producirlo. Oí otra serie de pasos y chapoteos atrás de mí, y luego se oyeron simultáneamente por todos lados. Alguien parecía caminar, correr, trotar sobre lodo por todo mi derredor.

                  Continúa.......


                  (Carlos Castaneda, Una Realidad Aparte, FCE).
                  ♫ Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida, pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi viiiiiiiiidaaaaaa ♫

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                  • #10
                    Re: Experiencias fantasmales

                    " Se me ocurrió una duda lógica. Para hacer todo eso, don Juan habría tenido que correr en círculos a una velocidad inverosímil. La rapidez de los sonidos clausuraba esa alternativa. Pensé entonces que don Juan, después de toda, debía de tener confederados. Quise ocuparme en especula¬ciones sobre quiénes serían sus cómplices, pero la intensidad de los ruidos me quitaba toda concentración. En verdad no podía pensar con lucidez, pero no tenía miedo, quizá me hallaba solamente atontado por la extraña calidad de los sonidos. Los chapoteos vibraban, literalmente. De hecho, sus peculiares vibraciones parecían dirigidas a mi estóma¬go, o acaso percibía yo la vibración con la parte baja del abdomen.
                    Al darme cuenta de eso, perdí instantáneamente mi sen¬tido de objetividad y despego. ¡Los sonidos atacaban mi estómago! Me vino la pregunta: "¿Qué tal si no era don Juan?" Me llené de pánico. Tensé los músculos abdominales y apreté con fuerza los muslos contra el bulto de mi chaqueta.
                    Los ruidos crecieron en número y velocidad, como si su¬pieran que yo había perdido mi confianza; las vibraciones eran tan intensas que me producían náusea. Luché contra la sensación. Aspiré hondo y empecé a cantar mis canciones de peyote. Vomité y los ruidos cesaron en el acto; se so¬brelaparon los sonidos de grillos y viento y los distantes ladridos en staccato de los coyotes. La abrupta cesación me permitió un respiro, y evalué mi circunstancia. Un cor¬to rato antes me había hallado del mejor humor, confia¬do y sereno; obviamente, había fallado como un miserable al juzgar la situación. Aunque don Juan tuviera cómplices, sería mecánicamente imposible que produjeran sonidos que afectaran mi estómago. Para producir sonidos de tal inten¬sidad, habrían necesitado aparatos más allá de sus medios y de su concepción. Al parecer, el fenómeno que yo expe¬rimentaba no era un juego, y la teoría "otra de las tretas de don Juan" era sólo mi propia explicación rudimentaria.
                    Tenía calambre y un deseo incontenible de dar la vuelta y estirar las piernas. Decidí moverme a la derecha para qui¬tar la cara del sitio donde vomité. En el instante en que empecé a reptar oí un chirrido muy suave justamente sobre mi oído izquierdo. Me congelé en ese sitió. El chirrido se repitió al otro lado de mi cabeza. Era un sonido suelto. Pensé que parecía el chirrido de una puerta. Esperé, y al no oír nada más decidí moverme de nuevo. Apenas había empezado a hacer la cabeza a la derecha cuando casi me vi forzado a levantarme de un salto. Un torrente de chirridos me cubrió en el acto. Unas veces eran como chirriar de puertas; otras, como chillidos de ratas o cobayos. No eran fuertes ni intensos, sino muy suaves e insidiosos, y me producían torturantes espasmos de náusea. Cesaron como se habían iniciado, disminuyendo gradualmente hasta que sólo uno o dos se oían a la vez.
                    Entonces oí algo como las alas de una gran ave que vo¬lara rasando la copa de los arbustos. Parecía describir círcu¬los en torno de mi cabeza. Los suaves chirridos empezaron a aumentar de nuevo, y también el batir de alas. Sobre mi cabeza parecía haber una bandada de aves gigantescas moviendo sus alas suaves. Ambos ruidos se mezclaron, creando en torno mío una oleada envolvente. Me sentí flotar suspendido en un enorme escarceo ondulante. Los chillidos y aleteos eran tan fluidos que los sentía en todo el cuerpo. Las alas en movimiento de una bandada de aves parecían jalarme desde arriba, mientras los chillidos de un ejército de ratas me empujaban desde abajo y en torno de mi cuerpo.
                    No había duda en mi mente de que, a través de mi estú¬pida torpeza, me había echado encima algo terrible. Apreté los dientes y respiré hondo y canté canciones de peyote.
                    Los ruidos duraron mucho tiempo y me opuse a ellos con toda mi fuerza. Cuando amainaron, hubo nuevamente un "silencio" interrumpido, como suelo percibir el silen¬cio; es decir, sólo podía percibir los sonidos naturales de insectos y viento. La hora del silencio me fue más perjudi¬cial que la hora de los ruidos. Empecé a pensar y a evaluar mi posición, y mi deliberación me hundió en pánico. Supe que estaba perdido; carecía del conocimiento y el vigor necesarios para repeler aquello que me acosaba. Me hallaba enteramente inerme, doblado sobre mi propio vómito. Pensé que había llegado el fin de mi vida y me puse a llo¬rar. Quise pensar en mi vida, pero no sabía por dónde empezar. Nada de lo que había hecho en mi vida ameritaba en realidad ese último énfasis definitivo, de modo que no tenía yo nada en qué pensar. Ese reconocimiento fue exquisito. Había cambiado desde la última ocasión en que experimenté un miedo similar. Esta vez me hallaba más vacío. Tenía menos sentimientos personales que llevar a cuestas.
                    Me pregunté qué haría un guerrero en esa situación, y llegué a diversas conclusiones. Había en mi región umbilical algo de suma importancia; había algo ultraterreno en los sonidos; éstos se dirigían a mi estómago; y la idea de que don Juan me estuviese embromando era insostenible por completo.
                    Los músculos de mi estómago estaban muy tensos, aunque ya no había retortijones. Seguí cantando y respirando profundamente y sentí una tristeza confortante inundar todo mi cuerpo. Se me había aclarado que para sobrevivir debía proceder en términos de las enseñanzas de don Juan. Repetí mentalmente sus instrucciones. Recordé el punto exacto donde el sol había desaparecido tras las montañas en relación con el cerro donde me hallaba y con el sitio en que me agazapé. Recuperé la orientación y, una vez convencido de que mi determinación de los puntos cardinales era correcta, empecé a cambiar de postura para que mi cabeza apuntara en una dirección nueva y "mejor", el sureste. Lentamente moví los pies hacia la izquierda, pul¬gada por pulgada, hasta torcerlos bajo las pantorrillas. Lue¬go me dispuse a alinear mi cuerpo con los pies, pero no bien había empezado a reptar lateralmente sentí un toque peculiar; tuve la sensación física concreta de que algo to-caba la zona expuesta de mi nuca. Fue tan repentina que grité involuntariamente y volví a inmovilizarme. Apreté los músculos abdominales y me puse a respirar hondo y a cantar mis canciones de peyote. Un segundo después sentí de nuevo el mismo toque leve en el cuello. Me hice pequeño. Tenía la nuca descubierta y nada podía hacer para protegerme.

                    (Carlos Castaneda, "Una Realidad Aparte", FCE).
                    ♫ Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida, pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi viiiiiiiiidaaaaaa ♫

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                    • #11
                      Re: Experiencias fantasmales

                      Muy interesante tu tema y si efectivamente hay cosas que no pueden explicarse.
                      Alguna vez cuando era niña (7 u 8 años) yo sentí eso que se ha dado en llamar que se le subió el muerto y creo que tiene una explicación no sé si científica o clínica (será lo mismo?).
                      Lo curioso es que al dia siguiente se lo comenté a mi hermana dormíamos las dos en el mismo cuarto y ella también sintió lo mismo pero estábamos tan aterradas que ninguna habló en su momento.

                      Nosotras dormíamos en un cuarto que daba a un pasaje o callejón, no había nada al otro lado de la pared.
                      De pronto yo sentí golpes en la pared y se detuvieron a la altura de mi cabecera y sentí de pronto un peso terrible encima de mi, que no me dejaba respirar.
                      Pensé que me iba a morir , no podía gritar y de pronto empezó a irse el peso y los golpes comenzaron otra vez y se detuvieron al final de la pared.
                      Lo que yo no sabía es que era encima de la cama de mi hermana y ella sintió lo mismo.
                      Yo me imagino que cuando lo comentamos no lo creyeron o tal vez no lo comentamos.
                      Lo que sí, antes de todas estas cosas modernas ,uno de niño al menos, era más abierto a aceptar las cosas que no tienen explicación cotidiana o lógica como algo probable, o natural. No lo sé.

                      A mi me fascina todo lo extraño e inexplicable, pero más bien para tratar de encontrarle alguna explicación, porque soy esceptica "a priori" pero no por éso me cierro ante una posibilidad simplemente porque ignoro acerca de ella.

                      Como dijeron arriba; hay tantas cosas que nuestra mente puede hacer y que desconocemos y asi como desconocemos acerca de nuestras capacidades, desconocemos todo acerca de posibilidades.

                      Comment


                      • #12
                        Re: Experiencias fantasmales

                        Originalmente publicado por The Mars Volta Ver post
                        Yo en lo personal SÍ creo en la "vida despues de la vida", "más allá" o como quieran llamarle. Si la mayoría de la gente cree lo mismo, no es dificil que crean también en que hay muchas cosas que existen aunque no veamos.
                        Tu crees en pendejadas, porque eres un ignorante pendejo.

                        Comment


                        • #13
                          Re: Experiencias fantasmales

                          Originalmente publicado por mextremista Ver post
                          aparte de pendejo ya te estas volviendo loco.
                          La esquizofrenia esta de moda.

                          Comment


                          • #14
                            Re: Experiencias fantasmales

                            Originalmente publicado por kabrakan Ver post
                            En este foro hay mas de 4 que han tenido encuentros reales con el ánima de Sayula.

                            Regresando a tu tema, en mi experiencia, te digo que lo que viste fué un hecho que seguramente ocurrió en un futuro inmediato; seguramente minutos después tu hermana se levantó al baño.

                            Ver acciones futuras a corto plazo, es una capacidad del cerebro que no sabemos controlar pero ahí la tenemos, así como la telequinesis o el "leer" la mente de otros. Estas son capacidades físicas que todos tenemos y que alguna vez nos afloran espontaneamente y sin control. Recuerda que la ciencia dice que solo utilizamos el 33% de nuestro cerebro aprox.; el 66% ¿para que sirve?, ¿que hace?

                            Pues yo no sé si el cerebro humano tenga esa capacidad, de predecir el futuro, algo que me ha desconcertado desde chamaco, eran los sueños. He tenido bastantes que se parecen bastante a algo que me sucede al día siguiente. Soñé que me asaltaban, un conocido mio, y a la noche siguiente me estaban robando aprox 40,000 pesos. De niño soñé a mi abuela mirandose al espejo y tenía el ojo lleno de sangre, y al día siguiente me avisaron que mi abuela había tenido un derrame en el ojo.
                            Yo en lo personal no creo que el ser humano tenga esa capacidad que mencionas, pero el tema de los sueños ahí está.
                            Pop!

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                            • #15
                              Re: Experiencias fantasmales

                              a mi no me ha sucedido, pero conozco personas que si han tenido esa experiencia...por cierto si pueden ver en el canal scifi, el programa de cazadores de fantasmas internacional esta interesante pues hacen investigaciones serias no como las del farsante carlos trejo

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