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¿Y la escuela...?

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  • ¿Y la escuela...?

    En estos días se ha celebrado una gran reunión de rectores de universidades de América Latina. Los rectores de las universidades de México reconocen que el gran problema para nuestra nación es la deserción escolar. Es decir, sólo dos de tres estudiantes de universidad son los que van a terminar su licenciatura. Estamos hablando de cerca de un 33% de abandono escolar. Muy lamentable.

    Ante esa situación los rectores de universidades públicas plantean posibles soluciones de entre las que se destacan las becas como elemento facilitador para que los alumnos terminen, pues la causa principal de tirar la toalla en el proceso de obtener una licencia de estudios es el aspecto económico. Por más “gratuita” que sea nuestra educación, se necesitan muchos medios para poder alcanzar el objetivo… ¿Es posible que un alumno solo se preocupe por estudiar en nuestro México de hoy? Esto puede serlo para algunos, pero no para las mayorías quienes están más preocupados por sobrevivir y además estudiar, con la esperanza de poder tener un mayor acceso a los bienes necesarios para hacer una vida digna, más humana de la que impone una crisis que por momentos se recrudece. Y es en ese camino donde muchas veces no es posible cumplir el objetivo, ya sea porque el canto de las sirenas de obtener un ingreso de inmediato, la imposibilidad de sostener un ritmo de vida que ofrezca los tiempos necesarios y de calidad para aprender lo necesario provocan tal desahucio.

    En nuestro México entonces el problema en estos momentos es el de garantizar la educación a toda la población. Hasta el día de hoy no es posible, aún cuando se destinan grandes sumas de dinero, insuficientes por lo visto, para lograr lo más básico del artículo tercero de nuestra constitución.

    Sin embargo, me parece que desde otro punto de vista, es urgente plantear dos preguntas que podrían mostrar la complejidad del ámbito educativo en México, más allá de la deserción:

    ¿Es posible que las autoridades y los que operan las concreciones de las filosofías educativas sepan exactamente para dónde vamos en el ámbito educativo? Y de ser así, ¿esas concreciones son las que realmente valen la pena seguir? Por lo pronto me parece que los ejes que predominan en la educación no permiten que los egresados de universidades tengan la suficiente capacidad para enfrentarse al mundo laboral con ideas originales. Y, aunque hay creatividad, no es suficiente para transformar una realidad que con el paso del tiempo sigue empobreciéndose en cuanto a posibilidades para hacer una vida más humana. Al parecer la educación está desvinculada de las necesidades fundamentales de nuestro país.

    Como muestra un botón: en el ámbito de las normales (aquellos que se están formando para educar), entristece ver que no es suficiente el tiempo que pasan los futuros maestros en las aulas para salir con una buena ortografía, una buena capacidad lectora (ya no digamos de comprensión) y una buena formación lógica matemática. Los directivos de las escuelas (los más comprometidos) tienen que emplear recursos para terminar de formar a quienes se supone ya están formados, porque en la práctica no están capacitados para enfrentar a un grupo con un cúmulo técnico-pedagógico, de estrategias y de contenidos suficientes para formar niños capaces de, en primera, disfrutar del conocimiento y en segunda, aplicar esos conocimientos en la vida cotidiana.

    La recurrencia a métodos tradicionales, la falta de planeación, la falta de una orientación específica, pero sobre todo la falta de calidez que es imperativo tener con los alumnos, provoca que aquellos que iban con mucha alegría, esperanza y gusto por aprender algo nuevo, pronto terminen hartos de la escuela. Se les aparece como algo necesario, pero indeseable, a tal grado que lo mejor que les podría pasar es que desapareciera. Una escuela a la que no se le encuentra mucho sentido pues es represiva en muchos casos, los conocimientos que se imparten son desencarnados de la realidad, los maestros dan un pobre testimonio del gusto por aprender, las autoridades brillan por su ausencia y, para colmo, los papás a cada instante desautorizan la figura del maestro (obviamente no podría ser de otra manera, muchos se lo han ganado a fuerza de la vida cotidiana).

    Por eso, y la escuela ¿para qué?.. ¿Importa cuántos salen de la universidad si no están lo suficientemente formados para desempeñar sus actividades? ¿Importa cuántos alumnos salen de la universidad si la causa que provoca la deserción no se combate de raíz desde la misma educación? ¿Importan cuántos alumnos se titulan si un buen número de ellos no son capaces de disfrutar el aprendizaje? ¿Importa eso cuando ni siquiera tienen la posibilidad de desempeñar sus carreras?

    Mientras no quede clara la necesidad de la escuela ésta no tendrá sentido. Mientras no quede claro que el aprendizaje es fundamental para la riqueza (en todos los sentidos) de una sociedad, no se podrán dar avances sustanciosos. Mientras esto no se sobreponga a muchos otros intereses seguiremos hablando de problemas tan básicos como la cobertura escolar. Creo que se ha perdido el sentido de la educación o acaso no lo hemos encontrado aun en conjunto, como sociedad.

    http://blogdelempleo.com/2010/06/08/...ion-¿para-que/
    I love my attitude problem.
Working...
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