A partir del pasado 8 de junio, llevar una camiseta que muestre al Ché, la cara de Lenin o la hoz y el martillo en Polonia es motivo de multa e, incluso, de cárcel. El Ejecutivo centroderechista de Donald Tusk ha aprobado una reforma del Código Penal polaco en la que se endurece la represión a la “propaganda de ideologías criminales”, en la que ahora, junto al nazismo y fascismo, se incluye el comunismo.
Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) señalan que la aprobación de esta ley coincide con la implantación de los Estados Unidos en Polonia para “prevenir” cualquier acción militar que provenga del Este. “Los imperialistas usan las palabras democracia y prevención para imponer su asfixiante dominación sobre todo aquel que se le resista. Mientras que en estos tiempos de crisis capitalista en los que el paro, el hambre y la pobreza crecen alarmantemente a lo ancho del mundo, las fuerzas dominantes necesitan aplastar todas las fuentes de protesta, especialmente a aquellas fuerzas que pueden representar una alternativa a este irracional e inhumano sistema en el que vivimos”, explican en una nota.
La UJCE llevará a cabo diferentes acciones en la semana de solidaridad con los comunistas polacos convocada por la Federación Mundial de la Juventud Democrática del 8 al 15 de Junio, pidiendo en estos actos la marcha atrás de la normativa y mostrando apoyo a los compañeros polacos.
Por su parte, el Partido Comunista de los Pueblo de España organizó ya el pasado martes varios actos de protesta ante los consulados de Barcelona, Málaga, Murcia, Palma de Mallorca, Las Palmas, Valencia y ante la embajada en Madrid, en paralelo a las concentraciones organizadas por los comunistas polacos en Varsovia.
Comunistas y nazis, todos en el mismo saco
Aunque Polonia fue el país más maltratado tanto por nazis como por comunista, analistas polacos como Slawomir Sierakowsky afirman que no se pueden equiparar los dos regímenes. “Es imposible analizar la ideología de Hitler sin pensar en los campos de exterminio, pero sí que es posible pensar en el comunismo sin el Gulag”.
Además, Sierakowsky denuncia el hecho de poner en el mismo saco, no sólo a comunistas y nazis, sino a los defensores “del comunismo autoritario y estalinista y a los que defienden un sistema comunista basado en ideales de justicia e igualdad". Ya sin ir tan lejos, no hay que estudiar mucho para marcar diferencias entre el Mein Kampf de Hitler, que ya está prohibido en Polonia y sólo se deja leer con fines académicos, y los escritos marxistas, que se enfrentan ahora también a la amenaza de ir a la hoguera al más puro estilo de la novela de Bradbury.
Otras críticas a la normativa apuntan un problema mucho más práctico, y es que con la denominación de símbolo, prácticamente cualquier edificio construido, película rodada o canción compuesta durante el régimen comunista polaco, que duró 50 años, podría ser ilegal, sin contar las cientos de calles con nombres relacionados con el sistema comunista que hay en el país (la calle principal de Varsovia se llama Ejército Popular) o el Palacio de la Cultura y otras grandes construcciones de la época. Desde la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD) afirman que esta ley es simplemente “una tontería”, según afirmó el parlamentario Tadeusz Iwinski en una entrevista al diario alemán Spiegel. Esta formación presentará una apelación ante el Tribunal Constitucional para que revise la reforma del Código Penal llevada a cabo por el Gobierno”, que tachan de inconstitucional.
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