Algo que leí por ahí:
¿Es o no un golpe de Estado lo que promueve AMLO?
01-abril-2008
En mi opinión sí, el “legítimo” promueve un “golpe de Estado” con eso que llama la resistencia civil contra la privatización de Pemex.
Y por supuesto que no van a faltar los mesiánicos, intolerantes y fanáticos de siempre que sin argumentos descalificarán la sola idea de que la propuesta del “mesías” en realidad no es más que un acto fascista, de corte derechista, y que atenta contra la precaria democracia mexicana.
Pero vamos por partes.
¿Qué propone AMLO respecto a la reforma energética y de PEMEX?
Ya sabemos que grita que no permitirá la privatización de Pemex. Y el postulado de origen es correcto. Nadie quiere eso. Pero más aún, nadie lo propone. Bueno, nadie conoce el contenido final de la reforma energética.
Lo que si sabemos es que hay muchas posibilidades de que México ocupe un lugar de privilegio en los libros que destacan éste o aquel récord. ¿Cuál sería la categoría? Pues esa, que es el único país del mundo en el que un golpe de Estado se anuncia en la plaza, cuenta con una poderosa difusión mediática, se hacen encuestas para saber si la sociedad lo quiere y, por ridículo que parezca, ese “golpe de Estado” de fuerte tufo fascista y tendencia derechista lo apoyan los llamados “intelectuales de izquierda”.
En su lucha contra la “privatización de Pemex”, el señor “legítimo” ha propuesto una rebelión popular; la creación de “comandos” que impedirán el trabajo del Poder Legislativo, el bloqueo de carreteras y aeropuertos y un frente de valientes amazonas cuya responsabilidad será salvar a la patria.
Vienen, luego de esas valerosas muestras de nacionalismo, las interrogantes elementales.
¿Quién le encomendó a AMLO la defensa de Pemex?
Hablando en plata. ¿Qué no es un engaño discursivo para mantener la popularidad que le permita ser candidato presidencial para 2012?
¿Qué entendemos, tu y yo cuando se habla de privatizar Pemex?
¿Qué saben realmente del tema los miles que van o que son llevados al zócalo?
Bueno, el asunto es tan dramático, que ni los llamados intelectuales entienden bien a bien de que se trata. Más bien son parte de esa cargada discursiva.
Y no, aquí no se trata de defender a unos y otros. En realidad las partes en el conflicto; AMLO, el PRD, PRI y PAN, y el gobierno de Calderón, nos deben una explicación clara.
Ese es el problema, que una parte le cree ciegamente a AMLO, un político que tiene el derecho de hacer y decir, pero que ha dado muestras de poca seriedad y de ser poco o nada confiable, en tanto que otros prefieren creerle al PRI y al PAN.
Pero el asunto del petróleo, de la reforma energética no es un asunto de fe, de creencias a ciegas o sordas. Dicen AMLO y sus enamorados que con el nombre que se le quiera dar, habrá una privatización de Pemex. Eso no lo sabremos hasta que se de a conocer la propuesta.
Lo que si sabemos, en cambio, es lo que ha dicho AMLO, o lo que ha mandado decir en voz de mujeres; que se prepara una suerte de rebelión social. Un verdadero “golpe de Estado”.
¿Pero sabes que es un golpe de Estado?
Un experto en el tema, como Carlos Barbé, lo define así: “El golpe de Estado implica la instauración de un nuevo poder de hecho que impondrá a su vez su propia legalidad”. Pero además dice que el “golpe de Estado es un método tradicional de la derecha para adueñarse del poder político” y que en el mundo “como método de sucesión gubernativa el golpe de Estado se ha vuelto más usual que las elecciones o la sucesión monárquica.
Frente a las anteriores definiciones, ¿qué significa lo que propone AMLO?
Primero, desconoce la legitimidad y legalidad del Congreso, que es uno de los tres Poderes de la Unión. Segundo, desconoce la democracia representativa, que no es otra cosa que el voto depositado por los ciudadanos para elegir diputados y senadores. Tercero, que al impedir que el Congreso legisle respecto a la reforma energética -sea cual fuere su resultado-, está desconociendo la esencia básica de la democracia, que es “la dictadura de las mayorías”.
Todos sabemos que democracia es el gobierno del pueblo.
Todos sabemos que en una democracia representativa ese gobierno se expresa a través del voto. Y que la actual integración del Congreso es resultado de las preferencias expresadas por los ciudadanos en las urnas.
De esa manera, si una mayoría en ese Congreso -sea PRI PAN, o de los partidos que se quieran-, decide cambios en Pemex -en el sentido que sea-, los demócratas tenemos que aceptar esa decisión mayoritaria.
Si no nos gusta, en julio de 2009 podemos votar por otro partido para revertir esa decisión. Pero aún así, si lo que no nos gusta es la democracia representativa, entonces tenemos que votar por un partido que nos proponga cambiar a otro modelo de gobierno, a una dictadura por ejemplo.
Lo que no se vale en democracia, es desconocer las reglas del juego o, como es el caso, planear un golpe de Estado para acceder al poder que no consiguieron mediante el voto en las urnas.
Y sí, habrá muchos enojados, pero esa es la realidad. si no nos gusta el México actual, votemos por otro, pero no aceptemos un Mussolini tropical y de caricatura que sólo ambiciona el poder, por los medios que sea.
Te invito a expresar ideas, no insultos.
Publicado en el Universal el día de hoy
¿Es o no un golpe de Estado lo que promueve AMLO?
01-abril-2008
En mi opinión sí, el “legítimo” promueve un “golpe de Estado” con eso que llama la resistencia civil contra la privatización de Pemex.
Y por supuesto que no van a faltar los mesiánicos, intolerantes y fanáticos de siempre que sin argumentos descalificarán la sola idea de que la propuesta del “mesías” en realidad no es más que un acto fascista, de corte derechista, y que atenta contra la precaria democracia mexicana.
Pero vamos por partes.
¿Qué propone AMLO respecto a la reforma energética y de PEMEX?
Ya sabemos que grita que no permitirá la privatización de Pemex. Y el postulado de origen es correcto. Nadie quiere eso. Pero más aún, nadie lo propone. Bueno, nadie conoce el contenido final de la reforma energética.
Lo que si sabemos es que hay muchas posibilidades de que México ocupe un lugar de privilegio en los libros que destacan éste o aquel récord. ¿Cuál sería la categoría? Pues esa, que es el único país del mundo en el que un golpe de Estado se anuncia en la plaza, cuenta con una poderosa difusión mediática, se hacen encuestas para saber si la sociedad lo quiere y, por ridículo que parezca, ese “golpe de Estado” de fuerte tufo fascista y tendencia derechista lo apoyan los llamados “intelectuales de izquierda”.
En su lucha contra la “privatización de Pemex”, el señor “legítimo” ha propuesto una rebelión popular; la creación de “comandos” que impedirán el trabajo del Poder Legislativo, el bloqueo de carreteras y aeropuertos y un frente de valientes amazonas cuya responsabilidad será salvar a la patria.
Vienen, luego de esas valerosas muestras de nacionalismo, las interrogantes elementales.
¿Quién le encomendó a AMLO la defensa de Pemex?
Hablando en plata. ¿Qué no es un engaño discursivo para mantener la popularidad que le permita ser candidato presidencial para 2012?
¿Qué entendemos, tu y yo cuando se habla de privatizar Pemex?
¿Qué saben realmente del tema los miles que van o que son llevados al zócalo?
Bueno, el asunto es tan dramático, que ni los llamados intelectuales entienden bien a bien de que se trata. Más bien son parte de esa cargada discursiva.
Y no, aquí no se trata de defender a unos y otros. En realidad las partes en el conflicto; AMLO, el PRD, PRI y PAN, y el gobierno de Calderón, nos deben una explicación clara.
Ese es el problema, que una parte le cree ciegamente a AMLO, un político que tiene el derecho de hacer y decir, pero que ha dado muestras de poca seriedad y de ser poco o nada confiable, en tanto que otros prefieren creerle al PRI y al PAN.
Pero el asunto del petróleo, de la reforma energética no es un asunto de fe, de creencias a ciegas o sordas. Dicen AMLO y sus enamorados que con el nombre que se le quiera dar, habrá una privatización de Pemex. Eso no lo sabremos hasta que se de a conocer la propuesta.
Lo que si sabemos, en cambio, es lo que ha dicho AMLO, o lo que ha mandado decir en voz de mujeres; que se prepara una suerte de rebelión social. Un verdadero “golpe de Estado”.
¿Pero sabes que es un golpe de Estado?
Un experto en el tema, como Carlos Barbé, lo define así: “El golpe de Estado implica la instauración de un nuevo poder de hecho que impondrá a su vez su propia legalidad”. Pero además dice que el “golpe de Estado es un método tradicional de la derecha para adueñarse del poder político” y que en el mundo “como método de sucesión gubernativa el golpe de Estado se ha vuelto más usual que las elecciones o la sucesión monárquica.
Frente a las anteriores definiciones, ¿qué significa lo que propone AMLO?
Primero, desconoce la legitimidad y legalidad del Congreso, que es uno de los tres Poderes de la Unión. Segundo, desconoce la democracia representativa, que no es otra cosa que el voto depositado por los ciudadanos para elegir diputados y senadores. Tercero, que al impedir que el Congreso legisle respecto a la reforma energética -sea cual fuere su resultado-, está desconociendo la esencia básica de la democracia, que es “la dictadura de las mayorías”.
Todos sabemos que democracia es el gobierno del pueblo.
Todos sabemos que en una democracia representativa ese gobierno se expresa a través del voto. Y que la actual integración del Congreso es resultado de las preferencias expresadas por los ciudadanos en las urnas.
De esa manera, si una mayoría en ese Congreso -sea PRI PAN, o de los partidos que se quieran-, decide cambios en Pemex -en el sentido que sea-, los demócratas tenemos que aceptar esa decisión mayoritaria.
Si no nos gusta, en julio de 2009 podemos votar por otro partido para revertir esa decisión. Pero aún así, si lo que no nos gusta es la democracia representativa, entonces tenemos que votar por un partido que nos proponga cambiar a otro modelo de gobierno, a una dictadura por ejemplo.
Lo que no se vale en democracia, es desconocer las reglas del juego o, como es el caso, planear un golpe de Estado para acceder al poder que no consiguieron mediante el voto en las urnas.
Y sí, habrá muchos enojados, pero esa es la realidad. si no nos gusta el México actual, votemos por otro, pero no aceptemos un Mussolini tropical y de caricatura que sólo ambiciona el poder, por los medios que sea.
Te invito a expresar ideas, no insultos.
Publicado en el Universal el día de hoy
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