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Carlo$ $lim se ha traicionado....
Politica cero
por el Jarioso Calixto y Melibea Albarrán...
No obstante lo caro y deficiente de muchos de los servicios que provee, y ya he escrito que lo suyo, lo suyo, lo suyo es el monopolio, no abomino como tantos a Carlos Slim. Ni formo parte de la cofradía que mal habla de él por ser archirrecontramultimillonario en un país de jodidos, sobre todo mientras pasan a los Sanborns cercanos al Zócalo donde van a protestar a echarse una meadita y luego un café, o viceversa. Antes al contrario, siempre he agradecido que esos baños estén democráticamente a disposición de los necesitados, por muy inciertos que sean los orígenes de los usuarios, sin discriminar raza, clase social o ideario político.
Tampoco soy de los que le tienen insana y ambiciosa envidia mientras consultan con lascivia sus estados financieros, ni pertenezco al grupo de resentidos sociales que hurgan en los éxitos financieros del dueño de Telmex supeditándolos irremediablemente al Chupacabras (ya me imagino la friega que debe ser escuchar la misma cantaleta noche y día, con lo presuntuoso y enfadoso que es Charly Salinas, el facilitador social), como esa clase de malas personas que están haciendo berrinche nomás porque el magnate se compró una casa en Manhattan de 44 millones de dólares.
A mí lo que me molesta es que se haya traicionado. Yo lo tenía en un alto concepto cuando en una entrevista reveló que no tenía casa propia en ninguna ciudad cosmopolita como New York, París o Londres, porque se le hacía absurdo gastar en mantenimiento, predial, agua y luz, cuando podía ahorrarse todo eso en una magnífica suite presidencial en los mejores hoteles posibles. Era la lógica de Rico Mc Pato, lo cual no sólo me parecía sensato sino que además explicaba su inmensa fortuna: los ricos tienen porque no gastan.
Sin embargo, esta compra, que no tiene la apariencia de un negocio inmobiliario, sino un ejercicio estilo Güicho Domínguez, me decepciona. ¿Qué sigue, comprarse el yate Fiesta para darle vueltas a la bahía de Acapulco?
No puede ser que justo cuando el país se derrumba, mientras el Estado fallidísimo muestra su lado más chimuelo, y la muerte tiene más permiso que nunca, una de las pocas certezas que nos dan rumbo y certidumbre se nos desestabilicen. Si Slim comienza a comportarse como nuevo rico, las noticias no pueden ser buenas.
Porque lo único que nos faltaba en una patria cavernaria, que construye sus nuevas mitologías desde el pozo sin fondo de las narcofosas, los maleficios de la impunidad vuelta ley y la conversión de la seguridad en mito genial, es que el hombre más billetudo de México emprenda el livin la vida loca.
www.twitter.com/jairocalixto
jairo.calixto@milenio.com Anuncios Google
Politica cero
por el Jarioso Calixto y Melibea Albarrán...
No obstante lo caro y deficiente de muchos de los servicios que provee, y ya he escrito que lo suyo, lo suyo, lo suyo es el monopolio, no abomino como tantos a Carlos Slim. Ni formo parte de la cofradía que mal habla de él por ser archirrecontramultimillonario en un país de jodidos, sobre todo mientras pasan a los Sanborns cercanos al Zócalo donde van a protestar a echarse una meadita y luego un café, o viceversa. Antes al contrario, siempre he agradecido que esos baños estén democráticamente a disposición de los necesitados, por muy inciertos que sean los orígenes de los usuarios, sin discriminar raza, clase social o ideario político.
Tampoco soy de los que le tienen insana y ambiciosa envidia mientras consultan con lascivia sus estados financieros, ni pertenezco al grupo de resentidos sociales que hurgan en los éxitos financieros del dueño de Telmex supeditándolos irremediablemente al Chupacabras (ya me imagino la friega que debe ser escuchar la misma cantaleta noche y día, con lo presuntuoso y enfadoso que es Charly Salinas, el facilitador social), como esa clase de malas personas que están haciendo berrinche nomás porque el magnate se compró una casa en Manhattan de 44 millones de dólares.
A mí lo que me molesta es que se haya traicionado. Yo lo tenía en un alto concepto cuando en una entrevista reveló que no tenía casa propia en ninguna ciudad cosmopolita como New York, París o Londres, porque se le hacía absurdo gastar en mantenimiento, predial, agua y luz, cuando podía ahorrarse todo eso en una magnífica suite presidencial en los mejores hoteles posibles. Era la lógica de Rico Mc Pato, lo cual no sólo me parecía sensato sino que además explicaba su inmensa fortuna: los ricos tienen porque no gastan.
Sin embargo, esta compra, que no tiene la apariencia de un negocio inmobiliario, sino un ejercicio estilo Güicho Domínguez, me decepciona. ¿Qué sigue, comprarse el yate Fiesta para darle vueltas a la bahía de Acapulco?
No puede ser que justo cuando el país se derrumba, mientras el Estado fallidísimo muestra su lado más chimuelo, y la muerte tiene más permiso que nunca, una de las pocas certezas que nos dan rumbo y certidumbre se nos desestabilicen. Si Slim comienza a comportarse como nuevo rico, las noticias no pueden ser buenas.
Porque lo único que nos faltaba en una patria cavernaria, que construye sus nuevas mitologías desde el pozo sin fondo de las narcofosas, los maleficios de la impunidad vuelta ley y la conversión de la seguridad en mito genial, es que el hombre más billetudo de México emprenda el livin la vida loca.
www.twitter.com/jairocalixto
jairo.calixto@milenio.com Anuncios Google
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