¿Corrupto y asesino yo?
Política cero
Por el jarioso de Calixto Y Melibea Albarrán
Es lo que dice la arquidiócesis a nombre del excelentísimo y plenipotenciario don Norberto Rivera de la Colina y Bárcenas, debido a la barbarie y la inmoralidad que han orillado a los mexicanos a convertirse en un pueblo de corruptos y asesinos. Un pensamiento que ha calado hondo, no sólo por provenir de quien viene, sino porque nos condena a ser entidades con mucho pasado, dudoso presente y ningún futuro. El problema quizá sea la generalización que absuelve, pues si en vez de hablar urbi et orbi hubiera dado nombres de los culpables del espectáculo dantesco, nos sentiríamos solidaros con el cardenal, pero sobre todo, absueltos de tan comprometedora responsabilidad.
Digo, está bien que todos de alguna manera hemos contribuido con El Infierno luisestradesco en el que vivimos, pero por más que nos quieran cargar los muertitos y los descabezados, en el fondo casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos matar como El Beny y El Cochiloco. O sea, culpables son quienes desde el poder político y económico alentaron que la impunidad se convirtiera en el negocio más redituable en el intrincado territorio de la mexicana alegría.
Dicho sea con todo respeto para las altas esfera de la jerarquía eclesiástica, también nos van a querer echar la culpa de que el secretario de Educación Pública, The Bicentenial Man, haya perdido su estatus como consentido de la profesora Elba Esther. Aunque no deja de ser extraño y simbólico que la maestra Gordillo le jale las orejas a su consen de consens, Alonso Lujambio —acusándolo de ser un miserable, un canalla y un mal mexicano, no necesariamente en ese orden— por la manera en que está manejando la educación, esto debe tener una explicación lógica. Digo, no creo que tan encumbrada y sensible líder sindical se haya molestado con su entenado favorito porque esperaba que le echara una ayudadita en esos exámenes que nomás no pasan ni maestros ni alumnos y que el SNTE nomás no haya cómo explicar tan chafas resultados.
Sobre todo si pensamos que en vez de tirarse a las acusaciones facilistas contra el gremio que tan bien dirige la maestra, tenía que haberse graduado en eufemismos como el gran Córdova Villalobos, quien explicó que los médicos de 6 de calificación eran muy buenos pero que el examen era durísimo. Sí, claro, lo que uno quiere es que lo diagnostique un doctor que pasó de panzazo la carrera.
Lo que hace falta en este país de los Estados Unidos de los Daños Colaterales es que aparezca gente como el señor Vizcarra, priista quien al resumir su fracaso electoral afirmó: por pendejo.
www.twitter.com/jairocalixto
jairo.calixto@milenio.com
Política cero
Por el jarioso de Calixto Y Melibea Albarrán
Es lo que dice la arquidiócesis a nombre del excelentísimo y plenipotenciario don Norberto Rivera de la Colina y Bárcenas, debido a la barbarie y la inmoralidad que han orillado a los mexicanos a convertirse en un pueblo de corruptos y asesinos. Un pensamiento que ha calado hondo, no sólo por provenir de quien viene, sino porque nos condena a ser entidades con mucho pasado, dudoso presente y ningún futuro. El problema quizá sea la generalización que absuelve, pues si en vez de hablar urbi et orbi hubiera dado nombres de los culpables del espectáculo dantesco, nos sentiríamos solidaros con el cardenal, pero sobre todo, absueltos de tan comprometedora responsabilidad.
Digo, está bien que todos de alguna manera hemos contribuido con El Infierno luisestradesco en el que vivimos, pero por más que nos quieran cargar los muertitos y los descabezados, en el fondo casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos matar como El Beny y El Cochiloco. O sea, culpables son quienes desde el poder político y económico alentaron que la impunidad se convirtiera en el negocio más redituable en el intrincado territorio de la mexicana alegría.
Dicho sea con todo respeto para las altas esfera de la jerarquía eclesiástica, también nos van a querer echar la culpa de que el secretario de Educación Pública, The Bicentenial Man, haya perdido su estatus como consentido de la profesora Elba Esther. Aunque no deja de ser extraño y simbólico que la maestra Gordillo le jale las orejas a su consen de consens, Alonso Lujambio —acusándolo de ser un miserable, un canalla y un mal mexicano, no necesariamente en ese orden— por la manera en que está manejando la educación, esto debe tener una explicación lógica. Digo, no creo que tan encumbrada y sensible líder sindical se haya molestado con su entenado favorito porque esperaba que le echara una ayudadita en esos exámenes que nomás no pasan ni maestros ni alumnos y que el SNTE nomás no haya cómo explicar tan chafas resultados.
Sobre todo si pensamos que en vez de tirarse a las acusaciones facilistas contra el gremio que tan bien dirige la maestra, tenía que haberse graduado en eufemismos como el gran Córdova Villalobos, quien explicó que los médicos de 6 de calificación eran muy buenos pero que el examen era durísimo. Sí, claro, lo que uno quiere es que lo diagnostique un doctor que pasó de panzazo la carrera.
Lo que hace falta en este país de los Estados Unidos de los Daños Colaterales es que aparezca gente como el señor Vizcarra, priista quien al resumir su fracaso electoral afirmó: por pendejo.
www.twitter.com/jairocalixto
jairo.calixto@milenio.com
Comment