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Mitos y mentiras

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  • Mitos y mentiras

    Mitos y mentiras
    Por Jaime Sánchez Susarrey

    Juárez jamás renegó de la fe católica. Las leyes de reforma tuvieron un objetivo esencial: fundar y conservar la separación del Estado y de la Iglesia Católica. De ahí la institucionalización del matrimonio civil

    Mito. Con el movimiento insurgente del 16 de septiembre de 1810 inicia la gesta de la Independencia que culmina en 1821.

    Falso. El cura Hidalgo fue aprehendido, excomulgado y decapitado antes de concluir un año del movimiento. Las tropas realistas eliminaron toda resistencia. Agustín de Iturbide, represor del movimiento insurgente, pactó la Independencia con el virrey O'Donojú el 24 de agosto de 1821. No hubo continuidad alguna. La mejor evidencia es la posterior coronación del propio Iturbide como emperador de México.

    Mentira. Estados Unidos auspició la separación de Texas y, posteriormente, la anexó.

    O más bien, verdad a medias. La independencia de Texas tuvo motivaciones y agravios reales. Los texanos exigieron desde 1833 su separación del estado de Coahuila y su reconocimiento como un estado más de la República Mexicana. Se negaban, además, a convertirse universalmente al catolicismo como lo exigía el gobierno federal. Sus reclamos, por una parte, jamás fueron oídos. Y por la otra, el gobierno nacional era prácticamente inexistente. Los presidentes subían y caían por periodos de meses que no de años (50 gobiernos en 30 años de independencia).

    Mito. La caída del Segundo Imperio y la ejecución de Maximiliano el 19 de junio de 1867 fueron una victoria de las guerrillas mexicanas, cuyo antecedente más importante fue la batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862.

    Falso. Tras la derrota de Puebla, el ejército francés se reagrupa, no vuelve a perder una batalla y su ofensiva culmina con la coronación de Maximiliano I Emperador de México, el 10 de abril de 1864. Pero el contexto internacional cambia drásticamente. En 1867 los federalistas ganan la guerra de secesión en Estados Unidos y se aprestan para apoyar a Benito Juárez con armas y recursos. Mientras tanto, Napoleón III debe enfrentar la unificación de Alemania y decide el regreso de las tropas francesas, que inicia a principios de 1866. Con la retirada del ejército francés el avance de las fuerzas republicanas se vuelve incontenible y Benito Juárez entra a la Ciudad de México el 15 de julio de 1867. Sin esos dos factores, el fin de la guerra estadounidense y la retirada francesa, el desenlace hubiera sido otro.

    Mentira conservadora. Benito Juárez se propuso aniquilar al catolicismo.

    Juárez jamás renegó de la fe católica. Las leyes de reforma tuvieron un objetivo esencial: fundar y conservar la separación del Estado y de la Iglesia Católica. De ahí la institucionalización del matrimonio civil, como un contrato ante el Estado, y la Ley Orgánica del Registro Civil para consignar nacimientos y defunciones. Y, lo más importante, la ley de libertad de cultos que garantiza a toda persona la libertad de elegir y practicar el credo que desee. Avance fundamental respecto del Plan de Iguala de Iturbide que declaraba al catolicismo religión oficial y de los Sentimientos de la Nación de Morelos: "Que la religión católica sea la única, sin tolerancia de otras". En suma, sin las leyes de reforma, México no habría entrado a la modernidad. Mérito indiscutible de Benito Juárez.

    Mentira liberal. Benito Juárez,
    a diferencia de los conservadores que impulsaron el Segundo Imperio, jamás negoció la integridad territorial de México.

    Los tratados de McLane-Ocampo
    contenían una serie de cláusulas que aten- taban contra la soberanía nacional. Cedían en perpetuidad a Estados Unidos el derecho de tránsito por el istmo de Tehuantepec, de uno a otro mar. Convenían que ambas repúblicas protegerían todas las rutas existentes o por existir en dicho istmo. Establecían que si el Estado mexicano fuese incompetente para mantener la protección de bienes y personas, bastaría con que las autoridades federales o locales solicitaran la presencia de las de fuerzas estadounidenses para que intervinieran y preservaran el orden. Como bien se sabe, el Tratado nunca fue aprobado porque lo rechazó el Senado de Estados Unidos. La guerra civil estaba por estallar y un acuerdo de esa naturaleza habría fortalecido a los estados sureños. Pero eso no cambia lo esencial. Juárez lo impulsó y lo aprobó con el objetivo de derrotar a los conservadores.

    Mentira. El porfiriato fue una dictadura que impidió el progreso económico, social y político de México.

    La tesis no se sostiene. La pax porfiriana no fue perfecta, pero comparada con la anarquía de la primera mitad del siglo XIX tuvo enormes ventajas para el desarrollo y la estabilidad. El desarrollo de la red ferroviaria, por ejemplo. Desde el punto de vista político, y a la luz de la guerra civil entre liberales y conservadores, cabe preguntarse si otro régimen, democrático y abierto, hubiese sido de verdad viable. La satanización del porfiriato carece de sentido en el contexto de la pérdida de más de 2 millones de kilómetros cuadrados y de las intervenciones recurrentes de Europa y Estados Unidos en México. Porfirio Díaz logró la consolidación del Estado y mantuvo la integridad territorial. Lo que no era poca cosa.

    Mito. La Revolución Mexicana arrasó con la dictadura porfirista e instauró el sufragio efectivo, la no reelección y la justicia social.

    Falso. No hubo una revolución mexicana, sino varios movimientos revolucionarios con valores encontrados. Zapata se levantó en armas contra Madero a las dos semanas de su toma de posesión. El golpe militar de Huerta terminó con la revolución maderista. Hubieron de pasar casi 80 años para que el sufragio efectivo fuese realidad y no una formalidad. El priato, como el porfiriato, tuvo sus méritos, pero no se puede decir que la democracia y el "desarrollo político" hayan sido sus aportaciones fundamentales.





    Copyright © Grupo Reforma Servicio Informativo

    Fecha de publicación: 18 Sep. 10

  • #2
    Re: Mitos y mentiras

    Nuevos Mitos y mentiras azulitas y pacíficas

    Desde que llegaron al poder, los panistas han intentado desesperadamente tergiversar la historia de México para acomodarla a sus gustos e intereses.

    No pueden negar que son herederos directos de los Conservadores del siglo XIX que fueron reiteradamente derrotados por los liberales una y otra vez, y ahora tratan de “ganar” todas sus guerras y batallas perdidas reinterpretando la historia. Resultan patéticos.

    Historiadores como Krauze y toda la caterva de “intelectuales orgánicos” como Aguilar Camín, Gabriel Zaid o el mismo Sánchez Susarrey, bien cebados con los presupuestos oficiales, disponen de amplios espacios en Medios para desarrollar su labor –“a tanto la línea”- y así intentar poner la “historia de cabeza”, confiados en que la ignorancia y los complejos de “raza conquistada” de personas cándidas y predispuestas como don Chorianito se van a tragar completitos sus nuevos mitos y mentiras.

    Denostar a Hidalgo y a todo el movimiento Insurgente que lucharon por la Independencia y ensalzar a Iturbide, es una de sus obsesiones.

    Denostar a Juárez y glorificar la Intervención francesa y el imperio de Maximiliano, es otra.

    Reivindicar el Porfiriato y anatematizar la Revolución, una más.

    Y –desde luego- demonizar los 70 años de priísmo para cantar loas a la “Democracia, la libertad, la paz y la gran prosperidad” que ha llegado con el panismo. Ridículos.


    No vamos a desmentir cada uno de los absurdos de este panfleto, no tiene caso, simplemente vamos a ver el primero de ellos:

    Mito. Con el movimiento insurgente del 16 de septiembre de 1810 inicia la gesta de la Independencia que culmina en 1821.

    Falso. El cura Hidalgo fue aprehendido, excomulgado y decapitado antes de concluir un año del movimiento. Las tropas realistas eliminaron toda resistencia. Agustín de Iturbide, represor del movimiento insurgente, pactó la Independencia con el virrey O'Donojú el 24 de agosto de 1821. No hubo continuidad alguna. La mejor evidencia es la posterior coronación del propio Iturbide como emperador de México.
    La Independencia de las colonias españolas en América era una necesidad histórica producto de su desarrollo económico y la evolución de las sociedades.

    Inspiradas por las ideas de la Ilustración y motivadas por la independencia de los EUA y la revolución francesa, todas inician casi de manera simultánea sus propias luchas por ser independientes

    Por supuesto que no comenzó en 1810 con el “Grito de Dolores”, desde años antes los criollos intentaron pactar con los peninsulares una mayor participación en el gobierno de las colonias. Los grupos oligárquicos –exclusivamente españoles- se los negaron y reprimieron todos sus intentos con persecuciones, cárcel, confiscación de bienes, destierros y ejecuciones.

    Querían reformas políticas, no cambios sociales, lo mismo que Madero le pedía a los porfiristas cien años más tarde.

    La cerrazón y la codicia de estos grupos oligárquicos obligó a los criollos a llamar al pueblo en su auxilio, víctima a su vez de una explotación brutal y despiadada, y por supuesto que el pueblo acudió al llamado, rebasando por mucho las pretensiones iniciales de los criollos, provocando una guerra sangrienta y destructiva.

    Es mentira lo que afirma Susarrey al decir que “Las tropas realistas eliminaron toda resistencia”, el resurgimiento de la lucha que se dio con la llegada de Francisco Javier Mina tres años antes demuestra que si bien faltaban los elementos materiales para continuar la guerra, las causas seguían en pie; además, ahí estaba todavía Vicente Guerrero.

    El Golpe de Estado de Iturbide, auspiciado y financiado por la Iglesia, no tiene nada qué ver con los ideales de la Independencia, ni con las aspiraciones del pueblo.

    Se trató de una maniobra de los oligarcas para impedir que entrara nuevamente en vigor la Constitución liberal de Cádiz. Lo que buscaban es que no hubiera verdaderos cambios y que las cosas siguieran como siempre. Por eso no tiene nada de “celebrable”, fue un acto de traición que terminó como tenía que acabar: en desastre, y le abrió la puerta a todos los males que padeció el país en el siglo XIX: La división, la desunión y el militarismo.

    Aunque hubiera tardado unos años más, de haber ganado la causa de los Insurgentes… pero el “hubiera”, no existe, lo que pasó fue esto y no tiene caso especular acerca de lo que no sucedió.

    Por eso Hidalgo es considerado el Padre de la Patria mientras que Iturbide está relegado al basurero de la historia. Por eso los restos de Hidalgo están (o deberían estar) en la Columna de la Independencia y los de Iturbide en La Catedral. Cada quien en su sitio.

    .
    JacoboCasal
    Forista Opalo
    Last edited by JacoboCasal; 18-septiembre-2010, 10:15.
    "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

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    • #3
      Re: Mitos y mentiras

      !Es la historia… y la moral!
      Rolando Cordera Campos


      "Una nada rodeada de palabras": así, más o menos, describió José Chávez Morado al gobernador Vicente Fox, quien seguramente hizo pasar más de un mal rato al célebre pintor avecindado en Guanajuato. Lo que seguramente nunca imaginó es que más que un estilo personal de andar por la vida, esta nada se apoderaría del espíritu público mexicano a través de sucesivas presidencias, para alcanzar un clímax este 15 de septiembre con las patéticas manifestaciones de chabacanería interconstruida e importada de Australia.

      Llegará el momento en que la Cámara de Diputados, por conducto de la Auditoría Superior de la Federación, nos haga las cuentas del despropósito, ojalá y que con los indispensables anexos que nos hagan saber los contratos y contratitos, chambitas y concesiones que las acompañaron y abultaron.

      Pero, con todo y el desperdicio en que se incurrió, esto es apenas la punta de un iceberg que más nos vale tratar de desentrañar pronto, antes de que la vorágine de la lucha por el poder vuelva a oscurecerlo todo con sus juegos de abalorios de la publicidad y los spin doctors disfrazados de encuestadores y adivinos.

      La vacuidad de que nos informa lo acontecido con las conmemoraciones patrias no sólo tiene que ver con los mal instalados reflejos históricos de la derecha en el poder, cuya supina ignorancia nos muestra la devastación de buena parte de nuestro sistema educativo básico en manos privadas. La tan traída y llevada "historia de bronce", cuya demolición emprendieron hace ya un buen tiempo los revisionistas al gusto y a la orden… de la derecha, se corresponde puntualmente con otra historia, ésta de oropel, tan maniquea y falsificada como se insiste ha sido la primera.

      Es esta visión de los supuestos vencidos en Ayutla, pero vencedores en sus escuelas confesionales y salones de té, y ahora también ganadores de la tómbola democrática, la que seguramente obnubiló a los mandatarios del gobierno federal y les impidió acercarse a las fechas conmemorativas con un mínimo de humildad intelectual y un máximo de arrojo e imaginación políticos.

      La oportunidad de una reflexión sobre nuestra evolución como Estado nacional y sociedad organizada, sobre sus problemas acuciantes de hoy y las maneras varias como nuestros antecesores encararon situaciones críticas como las de ahora, fue echada por la borda de una nave escorada. Incluso antes del "sálvese quien pueda".

      Abajo, en un fondo que por desgracia no hemos tocado, se han dado cita la corrosión moral y la corrupción política más espeluznantes, cuyo reconocimiento es la única manera de emprender la dura y dolorosa salida del hoyo.

      Sin esta combinación nefasta, agravada por la inepcia panista, por su "miedo a gobernar" según la atinada descripción de Carlos Arreola, el país habría podido sobreponerse a las impertinencias de sus sucesivas crisis económicas e incluso a las veleidades a que se han dado con ligereza los usufructuarios de la transición democrática. En vez de ello, sin embargo, lo que se impuso fue una desaforada carrera por apoderarse del mando y la riqueza nacional, sin parar en mientes sobre lo suicida de la senda por la que los varios flautistas del Hamelín del cambio nos han llevado.

      Antes del engañoso 2012, quizás a partir del 20 de noviembre próximo que el gobierno y sus exégetas no podrán siquiera recordar con propiedad, el país tiene que adentrarse en este círculo dantesco de violencia, criminalidad y colusión, como una condición sin cuyo cumplimiento todas las otras tareas ingentes que tenemos ante nosotros no podrán ser acometidas.

      La Reforma de Juárez y los suyos, que todavía nos llena de orgullo a muchos, tuvo que ser, para volverse realidad de gobierno y unidad, una revolución moral y cultural capaz de involucrar a todos, salvo a quienes no le vean a México más salida que la sumisión a un poder ajeno, imperial.

      Los soñadores actuales de la anexión por adición a Estados Unidos, que encabezó Fox y ahora quisiera conducir el gobierno del presidente Calderón, tienen como destino la pesadilla de la descomposición política y la disgregación social.

      Sólo a la izquierda, que hoy se debate en su propia banalidad autodestructiva, podrá México encontrar el nuevo hilo de Ariadna que lo saque del laberinto en que se metió a finales del siglo pasado bajo la ilusión de una salida rápida, un fast track, que sólo existe en las cabecitas locas de algunos vendedores de cuentas de vidrio.

      México no está para celebraciones y sólo una autosatisfacción narcisista puede pretender llevarnos a festejar victorias sociológicas inventadas o proezas económicas cuyos costos todavía no acabamos de estimar, mucho menos de pagar. Es el tiempo de la reflexión y de un revisionismo honesto, no lucrativo, como el que ejercen algunos de nuestros grandes de la historia, como León Portilla o Enrique Florescano, o el Álvaro Matute a quien ahora rinden homenaje en espléndido volumen sus discípulos y colegas. Esta es la tela que nos queda y vaya que tiene de dónde cortar.

      Para imitar a los gringos: no es la economía, ni siquiera la política… es la historia y con ella la moral. Ahí está la clave.

      http://www.jornada.unam.mx/2010/09/1...ticle=021a2pol

      .
      "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

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      • #4
        Re: Mitos y mentiras

        Nada más hay que recordar la felicidad de Rolando Cordera, cuando el Lopezco Por Pillo le echó la culpa a los banqueros de la debacle financiera en México y de la devaluación de nuestra divisa, cuando expropió a los bancos.

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        • #5
          Re: Mitos y mentiras

          !La profundidad de los comentarios de don Chorianito es impresionante!

          .
          "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

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          • #6
            Re: Mitos y mentiras

            Los hechos no son profundos. simplemente son., pendejo

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            • #7
              Re: Mitos y mentiras

              Originalmente publicado por Rafael Norma Ver post
              Nada más hay que recordar la felicidad de Rolando Cordera, cuando el Lopezco Por Pillo le echó la culpa a los banqueros de la debacle financiera en México y de la devaluación de nuestra divisa, cuando expropió a los bancos.
              recuerdo una entrevista que le hicieron el tal cordera y ricardo rocha a salinas de gortari cuando era presidente, el par de pendejos casi le besaban los testiculos al pelochas, ahora si pueden ladrar con libertad al gobierno.
              no solo de cable vive el hombre

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              • #8
                Re: Mitos y mentiras

                Si lo dice la jormeada, entonces es verdá de a deveritas. Plis, no se atrevan de desmentir nada.
                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                • #9
                  Re: Mitos y mentiras

                  Bonita interpretación a cargo del Trío Los Compungidos, pero ninguno rebate con un solo argumento.

                  .
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