Parece ser que Mario Vargas Llosa, ahora premio Nobel de Literatura, era demasiado optimista,
o las braguetas persignadas azules ÍSTAS, demasiado deshonestas…
Se acaba la dictadura perfecta.- Vargas Llosa.(Nacional)
Reforma (México D.F., México) | July 09, 1997 | Copyright
REFORMA/ Redacción
La dictadura perfecta en México es poco a poco una cosa del pasado porque la mayoría de los mexicanos quiere que su País sea una democracia y entre menos imperfecta mejor, señaló hoy el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa.
En una entrevista radial, el autor de la Casa Verde, Quién Mató a Palomino Molero, La Tía Julia y el Escribidor y Los Cachorros, agregó sin embargo que es necesario tener cuidado porque los comicios del domingo 6 no representan el fin de esa dictadura perfecta.
"La dictadura perfecta va siendo una cosa del pasado" porque los mexicanos quieren que su país sea una democracia y ésta entre menos imperfecta …
Mejor anula siempre tu voto
Aspirar, en lo más profundo de uno mismo, a estar tan desposeído, a ser tan lamentable como Dios.
EMILE MICHEL CIORAN.
o las braguetas persignadas azules ÍSTAS, demasiado deshonestas…
Se acaba la dictadura perfecta.- Vargas Llosa.(Nacional)
Reforma (México D.F., México) | July 09, 1997 | Copyright
REFORMA/ Redacción
La dictadura perfecta en México es poco a poco una cosa del pasado porque la mayoría de los mexicanos quiere que su País sea una democracia y entre menos imperfecta mejor, señaló hoy el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa.
En una entrevista radial, el autor de la Casa Verde, Quién Mató a Palomino Molero, La Tía Julia y el Escribidor y Los Cachorros, agregó sin embargo que es necesario tener cuidado porque los comicios del domingo 6 no representan el fin de esa dictadura perfecta.
"La dictadura perfecta va siendo una cosa del pasado" porque los mexicanos quieren que su país sea una democracia y ésta entre menos imperfecta …
Mejor anula siempre tu voto
Aspirar, en lo más profundo de uno mismo, a estar tan desposeído, a ser tan lamentable como Dios.
EMILE MICHEL CIORAN.
Comment