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A diferencia de Don Alejo

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  • A diferencia de Don Alejo

    A este al parecer lo ignoraron y discriminaron por ser indígena...

    Rubén Cortés
    Vicente Cabada, un indígena de Tierras Coloradas, Durango, se batió a tiros contra 10 sicarios que fueron a saquear su pueblito de 37 casas. Liquidó a uno y los espantó antes de caer cosido a balazos. Un héroe. Pero el fiscal asentó que Vicente es un muerto en una balacera: “y nada más”.
    Su historia, contada de manera magistral por Raymundo Sánchez en La Razón es la historia de los hombres sin historia: si fuese rico y de raza blanca, su acción habría provocado la misma conmoción nacional que la del empresario maderero Alejo Garza.
    “Don Alejo”, como se conoció en todo el país tras su hazaña, defendió hasta morir su rancho en Tamaulipas, que se negó a entregar a unos narcotraficantes: el 14 de noviembre colocó armas en las ventanas y puertas. Cuando llegaron, mató a cuatro. Luego cayó él.
    Pero el caso de Vicente, sucedido el 26 de diciembre, pasó inadvertido, no sólo para el fiscal general de Durango, Ramiro Ortiz, quien llegó a Tierras Coloradas 11 días después de los hechos para concluir que lo que hubo allí “fueron sólo dos muertos en una balacera, nada más”.
    También pasó inadvertido para las innúmeras asociaciones pro indígenas que sólo se acuerdan de éstos durante los aniversarios del alzamiento indígena liderado en Chiapas, el último día de 1994, por un impostor blanco que oculta el rostro y se hace llamar “Subcomandante Marcos”.
    Sin embargo, Vicente sí es un héroe: “como en el viejo oeste se tiroteó con 10 hombres armados que entraron al poblado”, escribe Raymundo. “Mató a uno, pero también lo mataron a él. Los criminales regresaron dos días después y quemaron todas las casas de la comunidad”.
    Tierras Coloradas está en El Mezquital, a 12 horas de Durango. Los sicarios regresaron con refuerzos a la mañana siguiente: eran 60 y, cuando los vecinos los divisaron, escaparon al monte cercano, se escondieron hasta el otro día, sin comer ni beber, bajo una temperatura de cero grados.
    Al regresar al pueblo, encontraron quemadas sus 37 viviendas, 27 vehículos, dos escuelas y el centro de salud. Lo habían perdido todo. Las autoridades estatales se enteraron hasta el 6 de enero. El gobernador, Jorge Herrera Caldera, envió al fiscal Ortiz y brigadas sociales y policiacas.
    Y del héroe indígena caído en defensa de su ranchería, poco se ha comentado. Nada de grandes funerales, al estilo de los de la comandanta Ramona, del EZLN; o grandes reportajes como los dedicados a la otomí Jacinta, acusada de secuestrar una docena de agentes federales.
    Total, al fin y al cabo que Vicente Cabada no es guerrillero, perredista o militante de algún “movimiento”.
    O sea, hay que ser indígena… y algo más.
    ruben.cortes@razon.com.mx
    fuente
    I love my attitude problem.

  • #2
    Re: A diferencia de Don Alejo

    Pssssiii... Son fregaderas, tanto de las autoridades como de los medios en general.
    Por mi parte voy a pasar la voz.

    Me recordó el slogan de Nike: "Most Heroes Are Anonymous."
    -Crearemos una ilusión que será tan grande, tan inmensa que escapará a la percepción. Aquellos que la vean serán acusados de dementes.

    Comment


    • #3
      Re: A diferencia de Don Alejo

      Originalmente publicado por Manuel Vega Ver post
      A este al parecer lo ignoraron y discriminaron por ser indígena...

      Rubén Cortés
      Vicente Cabada, un indígena de Tierras Coloradas, Durango, se batió a tiros contra 10 sicarios que fueron a saquear su pueblito de 37 casas. Liquidó a uno y los espantó antes de caer cosido a balazos. Un héroe. Pero el fiscal asentó que Vicente es un muerto en una balacera: “y nada más”.
      Su historia, contada de manera magistral por Raymundo Sánchez en La Razón es la historia de los hombres sin historia: si fuese rico y de raza blanca, su acción habría provocado la misma conmoción nacional que la del empresario maderero Alejo Garza.
      “Don Alejo”, como se conoció en todo el país tras su hazaña, defendió hasta morir su rancho en Tamaulipas, que se negó a entregar a unos narcotraficantes: el 14 de noviembre colocó armas en las ventanas y puertas. Cuando llegaron, mató a cuatro. Luego cayó él.
      Pero el caso de Vicente, sucedido el 26 de diciembre, pasó inadvertido, no sólo para el fiscal general de Durango, Ramiro Ortiz, quien llegó a Tierras Coloradas 11 días después de los hechos para concluir que lo que hubo allí “fueron sólo dos muertos en una balacera, nada más”.
      También pasó inadvertido para las innúmeras asociaciones pro indígenas que sólo se acuerdan de éstos durante los aniversarios del alzamiento indígena liderado en Chiapas, el último día de 1994, por un impostor blanco que oculta el rostro y se hace llamar “Subcomandante Marcos”.
      Sin embargo, Vicente sí es un héroe: “como en el viejo oeste se tiroteó con 10 hombres armados que entraron al poblado”, escribe Raymundo. “Mató a uno, pero también lo mataron a él. Los criminales regresaron dos días después y quemaron todas las casas de la comunidad”.
      Tierras Coloradas está en El Mezquital, a 12 horas de Durango. Los sicarios regresaron con refuerzos a la mañana siguiente: eran 60 y, cuando los vecinos los divisaron, escaparon al monte cercano, se escondieron hasta el otro día, sin comer ni beber, bajo una temperatura de cero grados.
      Al regresar al pueblo, encontraron quemadas sus 37 viviendas, 27 vehículos, dos escuelas y el centro de salud. Lo habían perdido todo. Las autoridades estatales se enteraron hasta el 6 de enero. El gobernador, Jorge Herrera Caldera, envió al fiscal Ortiz y brigadas sociales y policiacas.
      Y del héroe indígena caído en defensa de su ranchería, poco se ha comentado. Nada de grandes funerales, al estilo de los de la comandanta Ramona, del EZLN; o grandes reportajes como los dedicados a la otomí Jacinta, acusada de secuestrar una docena de agentes federales.
      Total, al fin y al cabo que Vicente Cabada no es guerrillero, perredista o militante de algún “movimiento”. O sea, hay que ser indígena… y algo más.
      Y luego dicen que es uno el que les tiene "mala voluntad" a éstos azulitos pacíficos hipócritas (perdón por el pleonasmo).

      De sobra está decir lo mucho que Manolete quiere a "los indígenas" y lo bien que siempre se expresa de ellos. En eso coincide con casi todos los azulitos.

      Pero ¿Qué nos dice el "periodista" que nos trae esta vez?:

      "A este al parecer lo ignoraron y discriminaron por ser indígena..."

      "si fuese rico y de raza blanca, su acción habría provocado la misma conmoción nacional que la del empresario maderero Alejo Garza."
      Esto, es lo que se llama hipocresía y es -además- una manera muy burda de querer atizar odios y provocar división entre mexicanos.

      ¿A poco de verdad cree que "por ser indígena no le dieron atención a este asunto"?

      Como Manolete, ni él se la cree.

      Pero eso no es todo, el panfletista prosigue:

      "También pasó inadvertido para las innúmeras asociaciones pro indígenas que sólo se acuerdan de éstos durante los aniversarios del alzamiento indígena liderado en Chiapas, el último día de 1994, por un impostor blanco que oculta el rostro y se hace llamar “Subcomandante Marcos”.
      Para empezar es un bruto, porque el alzamiento zapatista sucedió el 1º de enero del 94, no "el último día" de ese año, así que nada más le falló por 12 meses.

      Pero aquí empieza a "enseñar el cobre" y deja ver por dónde va la cosa, y sigue:

      "Nada de grandes funerales, al estilo de los de la comandanta Ramona, del EZLN; o grandes reportajes como los dedicados a la otomí Jacinta, acusada de secuestrar una docena de agentes federales."
      !Ah vamos! Conque de eso se trata.

      Pero al señor "se le olvida" que Jacinta no sólo fue "acusada", sino que fue encarcelada y pasó tres años presa, y si salió fue gracias a la intervención de ONG's internacionales, porque de haber sido por Calderón y los panuchos seguiría en chirona.


      Y más claro aún:

      "Total, al fin y al cabo que Vicente Cabada no es guerrillero, perredista o militante de algún “movimiento”.
      !Pero claro!

      Entonces no lo "discriminaron por ser indígena", sino por no ser perredista, zapatista, militante o guerrillero.

      Como todos sabemos, son muy pocos los opositores que asesina el gobierno, apenas unos cuantos centenares. Y los Medios -en especial la porquería de pasquín que le paga- "siempre le da una gran cobertura a esos asesinatos". !Oh sí!

      Y ya "por no dejar", aprovecha para aplaudir la guerrita y tratar de poner el mundo de cabeza, como acostumbran:

      "Vicente sí es un héroe"

      "Los criminales regresaron dos días después y quemaron todas las casas de la comunidad”.
      Primero fue el Gobierno quien permitió que la delincuencia organizada creciera y adquiriera un enorme poder.

      Después, fue Calderón el que se puso a "patear el avispero", y nos echó encima a los mafiosos.

      Y para rematar, los ciudadanos no tenemos por qué "convertirnos en héroes" enfrentando a los delincuentes. Esa es obligación del Gobierno.

      De acuerdo a la Constitución, nosotros "renunciamos" a nuestro derecho a la autodefensa y le concedemos al Estado el monopolio de la violencia para reprimir a los antisociales.

      Si el Gobierno de Calderón no puede, entonces que nos permitan a todos tener armas y usarlas para defendernos, porque enfrentar "cuernos de chivo" con pistolitas y escopetas se dice muy fácil cuando se tienen 6,000 soldados para cuidarlo.

      No debería haber "héroes" como don Vicente o don Alejo, asesinados y de todas maneras robados.

      Pero al parecer, así son todos estos azulitos pacíficos: Hipócritas y estúpidos.

      Por eso dan risa.


      .
      JacoboCasal
      Forista Opalo
      Last edited by JacoboCasal; 24-enero-2011, 00:19.
      "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

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