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100 Eruvieles dijieron
Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2011-03-28•Al Frente
Elegir un candidato es como elegir calzones. Tienen que cubrir bien las apariencias y estar presentables a la hora buena, por si, voluntaria o involuntariamente, se caen los pantalones, sobre todo si manejan lo que viene siendo sección amarilla. Deben ser fáciles de poner y, dadas las circunstancias de una premura mal evaluada, todavía más fáciles de quitar. Unos buenos chones tendrían que ser elásticos, durables, maleables, moldeables y discretamente sexys, no pueden ser matapasiones ni foco de dudosos comentarios como si fueran tangas.
Con estos criterios se reclutó a Eruviel Ávila para el Edomex. De otra forma no se explica que Quique Gavilán Pollero Uña Miento lo hubiera ungido como sucesor, en vez de ese juniorsazo llamado Alfredo del Mazo al que le dio en la Maza, sólo por ser bonito y metrosexual —lo cual es una traición al género y confirma que entre guapos no sólo se pueden destruir, sino también hacerse daño.Y no provenir, como Ávila, de la cultura del esfuerzo que, gracias a su histrionismo, se convierte a la hora de los discursos en melodrama ranchero: así, con tono de Chepina Vázquez Mota diciendo que defendería a México del crimen organizado como una madre a su hijo, Eruviel afirma con engolada oratoria priista: “Yo sí sé lo que es ganar un peso para comer”.
Ni Robertico Limonta Madrazo lo hubiera hecho mejor. Montiel, que en su autobiografía procaz queda en calidad de heroína de telenovela tipo Muchacha italiana viene a casarse.
Cuando el ex alcalde de Ecatepec contó que él sí conocía al Edomex sólo le faltó anunciar que era de Zacazonapan y que a diferencia de otros, el sí sabe que Toluca es la mera nuca.
Así, al reluciente candidato le deberían de dar su propio reality onda la señorita Laura que se llame “100 eruvieles dijieron”.
Y era lo lógico, los del PRIcámbrico temprano no podían dejarle la salvaguarda de [ ]la mismísima cueva[/i] del profe Hank y sus 40 ladrones, a un niño bien que sólo ha recorrido el estado en limosina. Digo, a Del Mazo habría que mandarlo a hacer el servicio militar con los ninis de Duarte en Chihuahua, para más o menos recuperarse del handicap en contra de baños de pueblo[i[/b] que no se ha dado.
Y no es que los atlacomulquistas renieguen de la sentencia bíblica que les da rumbo y certidumbre (“Un político pobre es un pobre político”), pero no es momento de dormirse en sus copetes. A pesar de que sus contrincantes del PRD-PAN viven extraviados en su laberinto de pasiones aliancistas y quejumbres borrascosas con consulta incluida, y tienen a Los Chuchos[i] en calidad de lastre, les pueden dar un susto, ahora que saben que Quique Gavilán Pollero Uña Miento está más cerca del Checo Pérez que del Chicharito.
www.twitter.com/jairocalixto
jairo.calixto@milenio.com Anuncios Google
Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2011-03-28•Al Frente
Elegir un candidato es como elegir calzones. Tienen que cubrir bien las apariencias y estar presentables a la hora buena, por si, voluntaria o involuntariamente, se caen los pantalones, sobre todo si manejan lo que viene siendo sección amarilla. Deben ser fáciles de poner y, dadas las circunstancias de una premura mal evaluada, todavía más fáciles de quitar. Unos buenos chones tendrían que ser elásticos, durables, maleables, moldeables y discretamente sexys, no pueden ser matapasiones ni foco de dudosos comentarios como si fueran tangas.
Con estos criterios se reclutó a Eruviel Ávila para el Edomex. De otra forma no se explica que Quique Gavilán Pollero Uña Miento lo hubiera ungido como sucesor, en vez de ese juniorsazo llamado Alfredo del Mazo al que le dio en la Maza, sólo por ser bonito y metrosexual —lo cual es una traición al género y confirma que entre guapos no sólo se pueden destruir, sino también hacerse daño.Y no provenir, como Ávila, de la cultura del esfuerzo que, gracias a su histrionismo, se convierte a la hora de los discursos en melodrama ranchero: así, con tono de Chepina Vázquez Mota diciendo que defendería a México del crimen organizado como una madre a su hijo, Eruviel afirma con engolada oratoria priista: “Yo sí sé lo que es ganar un peso para comer”.
Ni Robertico Limonta Madrazo lo hubiera hecho mejor. Montiel, que en su autobiografía procaz queda en calidad de heroína de telenovela tipo Muchacha italiana viene a casarse.
Cuando el ex alcalde de Ecatepec contó que él sí conocía al Edomex sólo le faltó anunciar que era de Zacazonapan y que a diferencia de otros, el sí sabe que Toluca es la mera nuca.
Así, al reluciente candidato le deberían de dar su propio reality onda la señorita Laura que se llame “100 eruvieles dijieron”.
Y era lo lógico, los del PRIcámbrico temprano no podían dejarle la salvaguarda de [ ]la mismísima cueva[/i] del profe Hank y sus 40 ladrones, a un niño bien que sólo ha recorrido el estado en limosina. Digo, a Del Mazo habría que mandarlo a hacer el servicio militar con los ninis de Duarte en Chihuahua, para más o menos recuperarse del handicap en contra de baños de pueblo[i[/b] que no se ha dado.
Y no es que los atlacomulquistas renieguen de la sentencia bíblica que les da rumbo y certidumbre (“Un político pobre es un pobre político”), pero no es momento de dormirse en sus copetes. A pesar de que sus contrincantes del PRD-PAN viven extraviados en su laberinto de pasiones aliancistas y quejumbres borrascosas con consulta incluida, y tienen a Los Chuchos[i] en calidad de lastre, les pueden dar un susto, ahora que saben que Quique Gavilán Pollero Uña Miento está más cerca del Checo Pérez que del Chicharito.
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jairo.calixto@milenio.com Anuncios Google