Li"pillo" ya resolvió el problema del desempleo:
basta con que todos nuestros jóvenes se conviertan en polecias
Al pugnar por dejar atrás el desprestigio de la policía, el presidente Felipe Calderón invitó a los universitarios mexicanos a unirse a las filas de la Policía Federal y considerar ese servicio como una opción de vida y desarrollo profesional.
Afirmó que proteger la seguridad de las familias debe convertirse en un sacerdocio cívico y en el Día del Policía exhortó a los gobiernos estatales a cumplir el compromiso de establecer un nuevo modelo policial porque, recordó, aquellas entidades que se han visto rebasadas ante el embate de los criminales son apoyados por las Fuerzas Federales, pero eso “no puede ni debe ser permanente”.
Reiteró que se habrá dado un paso fundamental en la lucha por la seguridad pública cuando se cuente con 32 cuerpos profesionales y confiables y en ese objetivo, la existencia de una Policía Federal civil eficaz puede poner “más pronto” término a la presencia gallarda, generosa y patriótica de las fuerzas armadas.
El planteamiento de la Secretaría de Seguridad Pública a los jóvenes para ser reclutados por la Policía Federal ya fue rechazado el pasado 24 de mayo por el rector de la UNAM, José Narro, quien consideró que deben abrirse muchas opciones de trabajo a los egresados y afirmó que en la institución “hemos decidido, simplemente, decir gracias a ese tipo de situaciones”.
El presidente Calderón habló de la “brecha de desconfianza” entre la policía y los ciudadanos que resulta urgente cerrar “hoy que México vive un momento delicado en materia de seguridad”.
Ayer, en el día decretado en tributo al policía, en el que el mandatario federal entregó también ascensos y reconocimientos en el Centro de Mando de la Policía Federal donde desfilaron grupos tácticos, también indicó que la transformación de dicha corporación compete al gobierno, pero la sociedad puede apoyarla, “porque sólo unidos lograremos que la policía deje de ser y parecer una ocupación desprestigiada y convertirla en lo que debe ser, una profesión honorable, que goce del respeto de la gente, un verdadero sacerdocio cívico de quienes están, incluso, arriesgando su vida al servicio de los demás”.
En una ceremonia a la que acudieron los gobernadores de Tamaulipas, Tabasco, Hidalgo, Nuevo León, Estado de México, Sinaloa, Querétaro y Yucatán, así como representantes sociales como Alejandro Martí, Isabel Miranda y María Elena Morera y hasta la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo, el presidente Calderón expresó: “Yo quiero invitar a los jóvenes mexicanos, en especial, a los universitarios, pero a todos los jóvenes mexicanos a que vean en el servicio público y, en particular, en la Policía Federal, una opción de vida y una opción de desarrollo profesional atractiva”.
Aseguró que México “demanda que sean más los jóvenes mexicanos preparados y comprometidos con el país, que decidan unirse a las filas de la policía para dar vida al cambio que México necesita y que estamos impulsando”.
El Ejecutivo federal lamentó la corrupción, la impunidad, la negligencia y el abandono institucional que prevaleció durante décadas y convirtió a la profesión policiaca en “sinónimo de abuso y arbitrariedad” e incluso de “cultura de la mordida” y “criminalidad”.
Consideró que reconstruir esa imagen implica un proceso quizá tan largo, como fue el deterioro, pero más allá de la percepción resulta indispensable “que la gente pueda acercarse sin temor ni desconfianza” al policía y, enfático, ordenó a los elementos presentes a que “la reivindicación del buen nombre del policía venga de la fuerza de los hechos y no sólo de las palabras” imponiéndose a sí mismos la no tolerancia a la corrupción y el abuso.
basta con que todos nuestros jóvenes se conviertan en polecias
Al pugnar por dejar atrás el desprestigio de la policía, el presidente Felipe Calderón invitó a los universitarios mexicanos a unirse a las filas de la Policía Federal y considerar ese servicio como una opción de vida y desarrollo profesional.
Afirmó que proteger la seguridad de las familias debe convertirse en un sacerdocio cívico y en el Día del Policía exhortó a los gobiernos estatales a cumplir el compromiso de establecer un nuevo modelo policial porque, recordó, aquellas entidades que se han visto rebasadas ante el embate de los criminales son apoyados por las Fuerzas Federales, pero eso “no puede ni debe ser permanente”.
Reiteró que se habrá dado un paso fundamental en la lucha por la seguridad pública cuando se cuente con 32 cuerpos profesionales y confiables y en ese objetivo, la existencia de una Policía Federal civil eficaz puede poner “más pronto” término a la presencia gallarda, generosa y patriótica de las fuerzas armadas.
El planteamiento de la Secretaría de Seguridad Pública a los jóvenes para ser reclutados por la Policía Federal ya fue rechazado el pasado 24 de mayo por el rector de la UNAM, José Narro, quien consideró que deben abrirse muchas opciones de trabajo a los egresados y afirmó que en la institución “hemos decidido, simplemente, decir gracias a ese tipo de situaciones”.
El presidente Calderón habló de la “brecha de desconfianza” entre la policía y los ciudadanos que resulta urgente cerrar “hoy que México vive un momento delicado en materia de seguridad”.
Ayer, en el día decretado en tributo al policía, en el que el mandatario federal entregó también ascensos y reconocimientos en el Centro de Mando de la Policía Federal donde desfilaron grupos tácticos, también indicó que la transformación de dicha corporación compete al gobierno, pero la sociedad puede apoyarla, “porque sólo unidos lograremos que la policía deje de ser y parecer una ocupación desprestigiada y convertirla en lo que debe ser, una profesión honorable, que goce del respeto de la gente, un verdadero sacerdocio cívico de quienes están, incluso, arriesgando su vida al servicio de los demás”.
En una ceremonia a la que acudieron los gobernadores de Tamaulipas, Tabasco, Hidalgo, Nuevo León, Estado de México, Sinaloa, Querétaro y Yucatán, así como representantes sociales como Alejandro Martí, Isabel Miranda y María Elena Morera y hasta la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo, el presidente Calderón expresó: “Yo quiero invitar a los jóvenes mexicanos, en especial, a los universitarios, pero a todos los jóvenes mexicanos a que vean en el servicio público y, en particular, en la Policía Federal, una opción de vida y una opción de desarrollo profesional atractiva”.
Aseguró que México “demanda que sean más los jóvenes mexicanos preparados y comprometidos con el país, que decidan unirse a las filas de la policía para dar vida al cambio que México necesita y que estamos impulsando”.
El Ejecutivo federal lamentó la corrupción, la impunidad, la negligencia y el abandono institucional que prevaleció durante décadas y convirtió a la profesión policiaca en “sinónimo de abuso y arbitrariedad” e incluso de “cultura de la mordida” y “criminalidad”.
Consideró que reconstruir esa imagen implica un proceso quizá tan largo, como fue el deterioro, pero más allá de la percepción resulta indispensable “que la gente pueda acercarse sin temor ni desconfianza” al policía y, enfático, ordenó a los elementos presentes a que “la reivindicación del buen nombre del policía venga de la fuerza de los hechos y no sólo de las palabras” imponiéndose a sí mismos la no tolerancia a la corrupción y el abuso.