La Degradación De Una Nación Deudora
The Downgrading of a Debtor Nation
PorMENZIE D. CHINN y JEFFRY A. FRIEDEN
Contribuidores de lo opinión editorial del periódico The New York Times,
Publicado el lunes 8 de agosto de 2011
Traducido por Rafael Norma Méndez
[La secretaria del] Tesoro puede llorar cuanto quiera, pero la decisión [tomada por Standard & Poor’s para degradar en un escalón la tasa de calificación de AMÉRICA , este viernes, y la subsecuente caída en el mercado de valores, son serios síntomas de una perdida de confianza — una valoración que es fundamentalmente política, y no económica.
Temas relacionados
Las acciones sufren su más aguda caída desde 2008 (9 de agosto de 2011)
De opinión:
Editorial: Se les paso el tiempo para una nueva agenda( 9 de agosto de 2011)
Joe Nocera: ] Mientras los mercados se desmayan... (9 de agosto de 2011) 2011)
Hay pocas dudas acerca de la habilidad técnica de AMÉRICA , para pagar sus deudas — pero hay cuestiones graves sobre la habilidad política del sistema para resolver los problemas financieros de nuestra nación.
La negociación sobre el techo de endeudamiento entre el Presidente Obama y lo s Republicanos en el Congreso, simplemente evitó una crisis de confianza por el momento. NO toma en consideración nuestra inmediata necesidad de evitar caer en una recesión, ni nuestro requerimiento a más largo plazo de elevar los ingresos suficientes para pagar los gastos sociales que nosotros los gringos queremos.
Es más la negociación hace a un lado el reto fundamental que ahora enfrenta nuestro gobierno: ¿Quién pagará los platos rotos de la década pasada por los irresponsables recortes impositivos , por las guerras ruinosamente caras , fallas en legislación y el resultante tronido financiero y en la vivienda y sus [correspondientes] quiebras?
En el corto plazo el plan recorta un poco de los gatos discrecionales no defensivos, una categoría que particularmente no ha crecido rápido Esto es un error. Con un desempleo al 9.1% y una desocupación al largo plazo en niveles récord, necesitamos un mayor gasto y no una disminución. Pero la negociación deja afuera nuevos gastos para impulsar la economía, en un momento peligroso. Están creciendo las probabilidades de una recesión de doble inmersión — y se incrementara una ulterior desaceleración que aumentará , más que reducirlo el déficit presupuestal.
El gasto a mayor largo plazo y los compromisos de ingreso no han mejorado. Ciertamente el gasto en particular sobre Medicare y Medicaid, requiere restringirse. Pero los déficits no pueden frenarse sin aumentos impositivos, y ”el marco [de referencia]” hace poco o nada en este aspecto. La decisión de S. & P. para degradar [el crédito Americano] refleja en gran parte la expectativa de que los Republicanos no permitirán que los recortes impositivos [concedidos por] Bush [a los ricos] no expirarán. (igualito que aquí en México

Las recientes escaramuzas danzan todas alrededor del tema central: Los Estados Unidos de Amnesia están en medio de la crisis de deuda más grande del mundo. La tesorería deLos Estados Unidos de Amnesia debe al publico casi U. S. Cy $10 trillones, incluyendo U. S. Cy. $4.5 trillones al extranjero — y esto no incluye lo que deben las amas de casa y las empresas. Por todas las décadas por venir, los gringos tendrán que enfrentar el problema nodal de una nación profundamente endeudada: ¿ quién cargará con el peso del ajuste? ( Por nosotros los jodidos)
Los países piden dinero prestado par múltiples propósitos: canales y ferrocarriles e el siglo XIX; fabricas y carreteras para el siglo XX; y en la última década, para el florecimiento financiero y de vivienda en Europa y[b]AMÉRICA. Cuando los proyectos no son exitosos y el país deudor cae en una crisis, ¿ Qué sucede con las deudas acumuladas? ¡quién paga? ¿Los prestamistas o los deudores? Los Trabajadores o los inversionistas? ¿Los ricos o los pobres? La Unión europea se está desgarrando por este motivo, que divide a las naciones acreedoras de las naciones deudoras, y que divide a grupos entre las naciones. La variante gringa en este conflicto está apenas empezando.
Quizás, algunos gringos piensan, [b]que podemos endosarles los costos a los extranjeros ( As always) . En verdad, nuestros acreedores se preocupan de que los Los Estados Unidos de Amnesia reducirán el cargo de su deuda de la manera anticuada, provocando inflación. Unos cuantos años de una moderad inflación, y un dólar más débil, significativamente disminuiría el costo real del servicio d e la deudas del país, — a cargo de nuestros acreedores-
Pero ajustar a la realidad de las deudas acumuladas, inevitablemente requerirá de sacrificios en casa. La batalla sobre quiénes se sacrificarán apenas empieza, aunque bajo los velos de la retórica. Los Republicanos aparentan no preocuparse por estimular la recuperación[ ] ( Al fin ya son los ricos) la recuperación, y les importa fundamentalmente que ninguno de los costos a largo plazo para balancear el presupuesto sea pagado por los contribuyentes acaudalados Igualito que en México.. No es sorprendente que el desempleo entre un tercio de la población de los americanos con mayores ingresos sea de apenas el 4%, mientras que para el tercio más bajo sea de más de cuatro veces ese valor.
Por su parte, los demócratas parecen contentos en insistir que el peso del ajuste no cae sobre los beneficiarios del gasto gubernamental, ya sean empleados públicos o recipientes del gasto social. Esto refleja u base en el movimiento laboral, el sector público y los pobres.
Perdimos la primera década del siglo XXI, al despilfarrar nuestra riqueza y pedir prestado como si no hubiera un mañana. Arriesgamos la pérdida de esta década por una recuperación incompleta y un estancamiento económico.
Una distribución económicamente responsable, políticamente viable de los costos para encontrar la salida de la crisis, requerirá impuestos más elevados, un código fiscal más eficiente, y un crecimiento restringido del gasto social, particularmente el de Medicare. ignorar estas realidades, y la opción polémica que ello conlleva, es simplemente posponer el día inevitable de reconsiderarlo — y probablemente hacerlo peor.
Menzie D. Chinn, un profesor de administración Pública y de economía en la Universidad de Wisconsin, Madison, y Jeffry A. Frieden, profesor en Harvard, a son los autores de Las Décadas Perdidas; Como se hizo la crisis de la Deuda Americana y La Larga Recuperación.”
Una versión e este editorial de opinión apareció impreso en the New York Times el 9 de agosto de 2011 en la página A23, con el encabezado La degradación de Una Nación Deudora.
The Downgrading of a Debtor Nation
PorMENZIE D. CHINN y JEFFRY A. FRIEDEN
Contribuidores de lo opinión editorial del periódico The New York Times,
Publicado el lunes 8 de agosto de 2011
Traducido por Rafael Norma Méndez
[La secretaria del] Tesoro puede llorar cuanto quiera, pero la decisión [tomada por Standard & Poor’s para degradar en un escalón la tasa de calificación de AMÉRICA , este viernes, y la subsecuente caída en el mercado de valores, son serios síntomas de una perdida de confianza — una valoración que es fundamentalmente política, y no económica.
Temas relacionados
Las acciones sufren su más aguda caída desde 2008 (9 de agosto de 2011)
De opinión:
Editorial: Se les paso el tiempo para una nueva agenda( 9 de agosto de 2011)
Joe Nocera: ] Mientras los mercados se desmayan... (9 de agosto de 2011) 2011)
Hay pocas dudas acerca de la habilidad técnica de AMÉRICA , para pagar sus deudas — pero hay cuestiones graves sobre la habilidad política del sistema para resolver los problemas financieros de nuestra nación.
La negociación sobre el techo de endeudamiento entre el Presidente Obama y lo s Republicanos en el Congreso, simplemente evitó una crisis de confianza por el momento. NO toma en consideración nuestra inmediata necesidad de evitar caer en una recesión, ni nuestro requerimiento a más largo plazo de elevar los ingresos suficientes para pagar los gastos sociales que nosotros los gringos queremos.
Es más la negociación hace a un lado el reto fundamental que ahora enfrenta nuestro gobierno: ¿Quién pagará los platos rotos de la década pasada por los irresponsables recortes impositivos , por las guerras ruinosamente caras , fallas en legislación y el resultante tronido financiero y en la vivienda y sus [correspondientes] quiebras?
En el corto plazo el plan recorta un poco de los gatos discrecionales no defensivos, una categoría que particularmente no ha crecido rápido Esto es un error. Con un desempleo al 9.1% y una desocupación al largo plazo en niveles récord, necesitamos un mayor gasto y no una disminución. Pero la negociación deja afuera nuevos gastos para impulsar la economía, en un momento peligroso. Están creciendo las probabilidades de una recesión de doble inmersión — y se incrementara una ulterior desaceleración que aumentará , más que reducirlo el déficit presupuestal.
El gasto a mayor largo plazo y los compromisos de ingreso no han mejorado. Ciertamente el gasto en particular sobre Medicare y Medicaid, requiere restringirse. Pero los déficits no pueden frenarse sin aumentos impositivos, y ”el marco [de referencia]” hace poco o nada en este aspecto. La decisión de S. & P. para degradar [el crédito Americano] refleja en gran parte la expectativa de que los Republicanos no permitirán que los recortes impositivos [concedidos por] Bush [a los ricos] no expirarán. (igualito que aquí en México


Las recientes escaramuzas danzan todas alrededor del tema central: Los Estados Unidos de Amnesia están en medio de la crisis de deuda más grande del mundo. La tesorería deLos Estados Unidos de Amnesia debe al publico casi U. S. Cy $10 trillones, incluyendo U. S. Cy. $4.5 trillones al extranjero — y esto no incluye lo que deben las amas de casa y las empresas. Por todas las décadas por venir, los gringos tendrán que enfrentar el problema nodal de una nación profundamente endeudada: ¿ quién cargará con el peso del ajuste? ( Por nosotros los jodidos)
Los países piden dinero prestado par múltiples propósitos: canales y ferrocarriles e el siglo XIX; fabricas y carreteras para el siglo XX; y en la última década, para el florecimiento financiero y de vivienda en Europa y[b]AMÉRICA. Cuando los proyectos no son exitosos y el país deudor cae en una crisis, ¿ Qué sucede con las deudas acumuladas? ¡quién paga? ¿Los prestamistas o los deudores? Los Trabajadores o los inversionistas? ¿Los ricos o los pobres? La Unión europea se está desgarrando por este motivo, que divide a las naciones acreedoras de las naciones deudoras, y que divide a grupos entre las naciones. La variante gringa en este conflicto está apenas empezando.
Quizás, algunos gringos piensan, [b]que podemos endosarles los costos a los extranjeros ( As always) . En verdad, nuestros acreedores se preocupan de que los Los Estados Unidos de Amnesia reducirán el cargo de su deuda de la manera anticuada, provocando inflación. Unos cuantos años de una moderad inflación, y un dólar más débil, significativamente disminuiría el costo real del servicio d e la deudas del país, — a cargo de nuestros acreedores-
Pero ajustar a la realidad de las deudas acumuladas, inevitablemente requerirá de sacrificios en casa. La batalla sobre quiénes se sacrificarán apenas empieza, aunque bajo los velos de la retórica. Los Republicanos aparentan no preocuparse por estimular la recuperación[ ] ( Al fin ya son los ricos) la recuperación, y les importa fundamentalmente que ninguno de los costos a largo plazo para balancear el presupuesto sea pagado por los contribuyentes acaudalados Igualito que en México.. No es sorprendente que el desempleo entre un tercio de la población de los americanos con mayores ingresos sea de apenas el 4%, mientras que para el tercio más bajo sea de más de cuatro veces ese valor.
Por su parte, los demócratas parecen contentos en insistir que el peso del ajuste no cae sobre los beneficiarios del gasto gubernamental, ya sean empleados públicos o recipientes del gasto social. Esto refleja u base en el movimiento laboral, el sector público y los pobres.
Perdimos la primera década del siglo XXI, al despilfarrar nuestra riqueza y pedir prestado como si no hubiera un mañana. Arriesgamos la pérdida de esta década por una recuperación incompleta y un estancamiento económico.
Una distribución económicamente responsable, políticamente viable de los costos para encontrar la salida de la crisis, requerirá impuestos más elevados, un código fiscal más eficiente, y un crecimiento restringido del gasto social, particularmente el de Medicare. ignorar estas realidades, y la opción polémica que ello conlleva, es simplemente posponer el día inevitable de reconsiderarlo — y probablemente hacerlo peor.
Menzie D. Chinn, un profesor de administración Pública y de economía en la Universidad de Wisconsin, Madison, y Jeffry A. Frieden, profesor en Harvard, a son los autores de Las Décadas Perdidas; Como se hizo la crisis de la Deuda Americana y La Larga Recuperación.”
Una versión e este editorial de opinión apareció impreso en the New York Times el 9 de agosto de 2011 en la página A23, con el encabezado La degradación de Una Nación Deudora.
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