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El "nuevo" PRI

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  • El "nuevo" PRI



    Costará mentira $1,300 millones

    Pagará Coahuila el doble de intereses al año por deuda al caer nivel crediticio

    Baude Alberto Barrientos

    (23 agosto 2011).- Las mentiras del Gobierno de Humberto Moreira sobre el monto real de la deuda de Coahuila le costarían al erario estatal al menos mil 300 millones de pesos al año por el pago de intereses.

    Luego de que Fitch y Standard & Poor's degradaran en cinco niveles la calificación crediticia coahuilense debido al manejo de Moreira, el Estado tendrá que recurrir a un crédito más caro para renegociar sus pasivos, por casi 34 mil millones de pesos.

    Si se toma en cuenta que la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio ha permanecido alrededor de 4.80 por ciento anual, la sobretasa que pagará Coahuila por su categoría BBB- es 3.81 puntos porcentuales superior a la que erogan las entidades calificadas con A+, nivel con el que contaba hasta el jueves, según información de Banamex y analistas.

    Octavio Alonso, consultor financiero, explicó que la sobretasa se da tras la degradación crediticia, pues los acreedores perciben un mayor riesgo.

    El problema de la entidad tras la nueva calificación será que el monto a pagar por intereses se duplicará respecto al nivel crediticio previo, subrayó Alonso.

    Coahuila pagaba unos 601 millones de pesos al año por intereses, pero éstos se dispararán, pues la semana pasada el Congreso local autorizó pedir créditos para refinanciar la deuda estatal, de 33 mil 867 millones.

    El Gobierno de Coahuila busca la reestructuración después de que Moreira, actual presidente nacional del PRI, disparara entre 2005 y 2011 la deuda que recibió, que era de apenas 196 millones.

    Al contratarse estos préstamos con la calificación crediticia BBB-, el Estado tendría que pagar al menos mil 291 millones de pesos al año.
    El perfecto priista



    Guadalupe Loaeza

    (23 agosto 2011).- Humberto Moreira es el ejemplo del perfecto priista. Tiene todas las características del priista por antonomasia. Él podría representar al priista de los treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta y hasta el del siglo XXI. Habla como el típico priista que está siempre en campaña, cree que si baila como Resortes, está más cercano al pueblo; su memoria está entrenada para mentir como lo hacen todos los priistas y hace trampas con un aplomo apabullante, tal como le enseñaron a hacerlas desde que era un joven de 14 años. Desde esa edad, ya pintaba para ser el perfecto priista.

    ¿Se dará cuenta el dirigente nacional del PRI que con el adeudo que acumuló en su estado cuando era gobernador se está llevando de corbata a todos los priistas? Ahora por su culpa no faltará quien diga respecto a la falsificación de documentos para avalar más préstamos y comprometer a su estado con una deuda que tardará 30 años en liquidarse: Claro, tenía que ser priista. Digan misa... así son los priistas. ¿Y todavía así quieren regresar a gobernar el país? ¿Cómo le hará su hermano Rubén, ahora que reciba el estado de Coahuila, totalmente quebrado? ¿Qué futuro le espera al estado en esas condiciones financieras? ¿Con qué dinero construirá hospitales, escuelas, carreteras y dotará de servicios a los coahuilenses? ¿Por qué Humberto Moreira, al endeudarse como se endeudó, no pensó en las futuras generaciones? ¿Le importarán? No, no le interesan. Lo único que le importa son votos, votos y más votos para el partido tricolor. ¿Le convendrá al PRI seguir teniéndolo como presidente? ¿Qué pensarán los congéneres de Moreira? ¿Les dará pena ajena? ¿De dónde habrá salido tan mañoso? ¿Qué maestra habrán tenido los hermanos Moreira, Carlos, Rubén, Álvaro e Iván, que los educaron tan mal?

    Entre más preguntas me hacía alrededor de la trayectoria de Humberto Moreira, más lo imaginaba en la época de su adolescencia. Seguramente era el más abusado de la clase, el más simpático y el más manipulador de todos sus compañeros. Quiero pensar que siempre copiaba en los exámenes finales: oye, carnal, dime cuál es la respuesta de la pregunta seis, y a cambio te consigo una cita con la hermana del director... Ante tal oferta, es obvio que su compañero no nada más le dictaba la contestación de la número seis, sino que le dejaba copiar todas las respuestas de todas las preguntas. Eso sí, cumplía con sus promesas, de allí que en muy poco tiempo se hubiera hecho tan popular en la escuela. De todos los alumnos de su clase, era el que más dinero llevaba, por eso a la hora del recreo siempre era el primero en llegar a la "tiendita". Yo pago los Jarritos, y los sopes de papa de todos los cuates, pero por una razón u otra, nunca pagaba sus cuentas. Al final del año, su deuda se había acumulado a tal grado que tuvieron que llamar a sus papás para que la pagaran y ellos, a su vez, tuvieron que pedirles dinero a todos los vecinos, para cubrirla. Cuando Humberto terminó el bachillerato, en su casa se dieron cuenta que en tres años nunca había pagado la colegiatura, esa deuda, también la tuvo que pagar toda la familia. Para lo que sí tenía dinero Humberto adolescente era para prestarles "lana" sin intereses a sus cuates, pero con la condición, de que nunca lo fueran a traicionar con los maestros de todas sus travesuras, por ejemplo de que tenía una licencia falsa para conducir. Ay de el que se le "rajara", porque le iba como "en feria". En ese sentido Humberto podía ser sumamente vengativo, al contrario, si lo obedecían con los ojos cerrados, era "cuatísimo". Lo que no sabían sus amigos era que Humberto se la vivía endeudado, aparte de la "tiendita" a todo el mundo le debía dinero, especialmente a sus hermanos. Si me prestas tu "domingo", te firmo un papel y te pago el doble. Cuando le cobraban mostrándole siempre el documento, se ponía furioso: ¿Qué te pasa, güey? Ésa no es mi firma. Alguien la falsificó... alguien perverso que me quiere desprestigiar... Si quieres, te presto yo dinero y allí me vas pagando cuando puedas... A sus papás y a sus tíos siempre les pedía su "domingo", desde el miércoles. Cuando llegaba el domingo, volvía a pedírselos y, cuando se lo negaban, se enojaba muchísimo argumentando: ¿Qué le pasa, tío? ¿No me estará confundiendo con mi hermano Rubén? Ése siempre se está metiendo en líos... A mí todavía me debe una lana que le presté hace un chorro de tiempo...

    En las fiestas familiares, Humberto adolescente era el alma de la reunión, siempre acababa bailando: ¡¡¡Que baile, que baile!!!, le suplicaban los tíos y los abuelos. Él, naturalmente, no se hacía del rogar; e invariablemente sacaba a bailar a la prima más guapa y la más atrevida de todas las muchachas. Ah, cómo la hacía reír, cómo le decía de cosas bonitas y cómo la conquistaba con todo lo que le prometía. Si me consigues una cita con el presidente municipal, cuando llegue a ser gobernador del estado, tú serás la primera dama... En esa época, nada le gustaba más a Humberto que reunirse con sus seis hermanos. Entonces tomaba la palabra y, con una autoridad sorprendente, les decía: Todos nos tenemos que afiliar al PRI, porque todos somos priistas de corazón. Cuando llegue a ser gobernador, a todos les voy a dar chamba. Todos serán mis sucesores y todos nos apoyaremos y nos cubriremos de nuestras cositas... Seremos la familia más priista de todo el estado. Cuando lleguemos a la gubernatura con el 98% de los votos, construiremos escuelas, hospitales, bibliotecas, carreteras, presas, puentes y muchas relaciones. Gracias a nosotros, haremos que el PRI gane todas las elecciones de todos los estados, de toda la República. En eso nos enfocaremos... Ya verán cuando cualquiera de los hermanos Moreira, incluyéndome a mí, ganemos la Presidencia en el siglo XXI...

    ¿Se podrá decir: adolescencia es destino?


    gloaeza@yahoo.com
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