
El Pánico de los Plutócratas
Por PAUL KRUGMAN

Publicado por The New York Times el 9 de octubre de 2011
Traducido por Rafael Norma Méndez
Queda por verse si las protestas que ocupan Wall Street cambiarán la dirección de AMÉRICA. Aún cuando ya las protestas han suscitado una reacción sorprendentemente histérica de Wall Street, de los super ricos en general y de los políticos y expertos que sirven fielmente los intereses del 1% de los más ricos.
Y esta reacción te dice algo importante; esto es que lo extremistas que amenazan los valores AMERICANOS son lo que F. D. R. Denominaba leales a la economía” y no la gente que acampa en Zuccotti Park.
Considera primero cómo los políticos Republicanos han retratado el modesto tamaño si las crecientes demostraciones que han estado involucradas en enfrentamientos con la policía — enfrentamientos que parecen haber involucrado demasiada reacción policiaca — pero nada que pudiera denominarse un motín. Y de hecho no hay nada que se compare con el comportamiento de las multitudes de los Partidarios del Te en el verano del 2009 .
No obstante, Eric Cantor, el líder de la mayoría en la Cámara, ha denunciado “las turbas,” y “El enfrentamiento de los Americanos contra los Americanos.” Los precandidatos Republicanos a la presidencia han intervenido, con Mitt Romney acusando a los manifestantes de "librar una guerra de clases” mientras que Herman Cain los denomina “antiamericanos.” Mi favorito sin embargo es el Senador Rand Paul, quien por alguna razón se preocupa que los manifestantes empiecen a apoderarse de las iPads, debido a que creen que los ricos

El alcalde de la Ciudad de Nueva York y titán de la industria financiera, Michael Bloomberg, fue un poco más moderado pero aún así acusó a los manifestantes de intentar arrebatarles el empleo a la gente que labora en esta ciudad”” una afirmación que no sostiene parecido con las metas reales del movimiento.
Y si tú escuchas a las cabecitas parlanchinas en CNBC, aprenderías que los manifestantes dejaron que sus banderitas monstruosas volaran” y que definitivamente están alineados con Lenin”
La manera para comprender todo esto es percatarse que es parte de un síndrome más amplio, en el cual los ricos Americanos, que se benefician enormemente de un sistema manipulado a su favor, reaccionan histéricamente a cualquiera que les señala que tan amañado se encuentra el sistema.
Si hacemos memoria, el año pasado ciertos barones de la industria de las finanzas enloquecieron por la crítica muy suavecita hecha por el presidente Obama. Ellos hicieron una denuncia de que el Sr. Obama [i] era casi un socialista por apoyar la denominada ley Volcker que simplemente prohibía que los bancos respaldados por garantías federales se involucraran en especulaciones riesgosas. Y en cuanto a su reacción a las propuestas para cerrar los huecos que les permiten pagar impuestos asombrosamente bajísimos, — bueno, [b] Stephen Schwarzman, Presidente del Consejo de Administración del Grupo Blackstone, -- la comparan a la invasión de Polonia hecha por Adolfo Hitler.
Y luego está la campaña de difamación en contra de Elizabeth Warren, la reformadora financiera que ahora compite como candidata al Senado en Massachusetts. No hace mucho tiempo un vídeo de YouTube de la Sra. Warren hacía un caso elocuente, con los pies en la tierra, sobre impuestos, que se difundió ampliamente. Nada de lo que dijo fue radical - que no era más que una improvisación moderna de la famosa frase de Oliver Wendell Holmes: "Los impuestos es lo que pagamos por tener una sociedad civilizada."
Pero al escuchar a los confiables defensores de los opulentos, tú pensarías que La Sra. Warren era la propia reencarnación de León Trotsky. George Will declaró que “ella tenía una agenda colectivista,” y que “ella cree que el individualismo es una quimera. ” Y Rush Limbaugh la etiquetó como “un parásito que odia a su anfitrión, dispuesto a destruirlo mientras le succiona la propia vida.”
Y qué es lo que allí sucede, la respuesta seguramente [no está en los sonidos del silencio]sino que es de lo que se dan cuenta los amos del universo de Wall Street , en lo más profundo [de su corazón] sobre que tan indefendible es su propia postura. [Por supuesto que ] Ellos no son John Galt; ni siquiera Steve Jobs. Son individuos que enriquecieron con el tráfico de planes financieros complejos que, lejos de ofrecer claros beneficios para el pueblo estadounidense, ayudaron a empujarnos dentro de una crisis, cuyas consecuencias continúan ensombreciendo las vidas de decenas de millones de compatriotas.
Y a pesar de todo, no han pagado



Este especial tratamiento no puede soportar un escrutinio cercano — y por tanto como ellos lo miran, no debe haber ningún tipo de escrutinio.
Cualquiera que señale lo obvio, sin importar lo moderado y calmado que lo haga, debe ser maldito y sacado de todo escenario. De hecho, mientras más razonable y moderada sea la critica, más urgentemente debe maldecirse; de allí la frenética recortada que se le dio a Elizabeth Warren.
Así que ¿Quién es realmente anti Americano aquí? Porque los manifestantes no lo son, quienes simplemente intentan que sus voces sean escuchadas.

Una versión de este editorial de opinión apareció en la impresión del 10 de Octubre de 2011 en la página A23 de The New York Times con el encabezado: El Pánico de los Plutócratas.
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