“Renuncio a la candidatura presidencial si gasté de más” en propaganda como Jefe de Gobierno,
dijo ayer Andrés Manuel López Obrador.
dijo ayer Andrés Manuel López Obrador.
Y sí, sí realizó gastos de más.
A Televisa, nada menos.
Y también a radiodifusoras.
¿Pruebas? Claro que sí. Están en la hemeroteca y en los reportes de la Contaduría Mayor de la ALDF.
Va un botón de muestra:
la Contaduría Mayor de Hacienda de la Asamblea Legislativa del DF (controlada por el PRD), informó en julio de 2003 que el gobierno del Distrito Federal pagó cerca de un millón y medio de pesos de más a la empresa Televisa por la transmisión de spots sobre el Programa de Reemplacamiento Vehicular.
Dice el Informe que pagó a las empresas GRC Publicidad y Grupo de Radiodifusoras S.A. la transmisión de 143 anuncios que no salieron al aire. Setravi (del Gobierno del DF) “pagó nueve millones 701 mil 900 pesos por un número no especificado de spots”.
Sin embargo, dice el informe publicado por la reportera Karyna Soriano en el diario Crónica que dirigía un servidor, “los contadores mayores de Hacienda encontraron que el monto a liquidar era menos: ocho millones 115 mil 200 pesos”.
Pagó de más. A Televisa y radios. Y hasta pagó anuncios que nunca salieron al aire.
Pero eso ¿qué importa? El dinero no era suyo y estaba en campaña desde el primer día que asumió la Jefatura de Gobierno.
Si quería una prueba para renunciar a la candidatura, ahí está.
Se trata de un reporte oficial. Pero no va a dejar candidatura alguna.
Desde el inicio hasta el último día de su mandato, López Obrador abrumó con propaganda en televisión.
¿No se acuerdan cuando aparecía él, su imagen y su voz, en los comerciales del programa de @Televisa llamado Big Brother?
Y en la Academia, en los juegos América-Chivas, en los partidos de la selección, en los noticieros de la mañana, del medio día y de la noche, en las telenovelas, en las películas, en los canales nacionales, en los locales…
Todo eso fue pagado con dinero público. Eran recursos del erario destinado a promover su imagen personal.
En las cuentas del GDF venía el pago de encuestas, y al detallar esa erogación resultó que del total de 260 encuestas que mandó hacer la administración de López Obrador, 241 fueron para conocer los niveles de su popularidad y la aceptación ciudadana de su persona.
Hasta en los preservativos masculinos que repartía el área de salud de su gobierno venía el rostro de López Obrador.
Fue inolvidable cuando el reportero Raymundo Sánchez, en una conferencia matutina, le preguntó sobre la propaganda en esos preservativos, y AMLO tomó uno en sus manos y dijo con aplomo a los reporteros: “esto no existe”.
Toda esa maquinaria de propaganda se construyó con dinero público. Dinero público para la mercadotecnia al servicio de López Obrador.
phl@razon.com.mx