Serenidad y paciencia…
Rafael Cardona | Opinión
2012-08-03 | Hora de creación: 00:37:48 | Ultima modificación: 00:37:48
Los ataques incendiarios, las clausuras y las aparentes compras de pánico con tarjetas tricolores, contra “Soriana”, cadena señalada por el presidente del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano, como “instrumento” de maniobras mercantiles con repercusión electoral en favor de Enrique Peña Nieto, produjeron dos efectos insólitos.
El primero, la acusación directa contra Andrés Manuel, Ricardo Monreal y el mismo Zambrano por el hostigamiento a esa firma (con respaldo de todo ese sector comercial del país), y la segunda, la revelación del espíritu poderoso de Andrés, quien se ha comparado con Hidalgo, Morelos o Juárez (en cuanto a la justicia de sus redenciones políticas), pero nos había ocultado hasta ahora sus similitudes con Kalimán.
Ante los llamados de Soriana y la ANTAD a plana entera en los diarios, sobre los cuales abundaremos después, Andrés Manuel ha respondido con las mismas palabras de tranquilidad con las cuales moderaba los ímpetus juveniles de Solín, su joven compañero: serenidad.
“Serénense”, les dijo a los sorianos, quienes clamaban (por lo visto sin temperancia alguna) contra “la incitación a actos de violencia y división social”. “Serenidad y paciencia, mi querido Solín, mucha paciencia”.
Después de muchos estudios en diferentes bibliotecas esotéricas y centros de investigación paranormal (algunos de ellos en Macuspana), este redactor halló el compendio doctrinario de Kalimán. Y como diría el hispano, “¡Osú!, cómo se parece” al evangelio de la República Amorosa. Nada más lea usted:
“Kaliman sigue y predica una doctrina muy marcada y coherente. Misma que se puede resumir en: ‘El bien, ayudado del poder de la mente, siempre triunfará sobre el mal’”.
Quizá su doctrina sea más fácil de comprender con frases del propio Hombre Increíble:
“…No hay nada más poderoso que la mente humana y quién domina la mente lo domina todo. No siempre lo que ven los ojos es la realidad. Siempre hay un camino cuando se utilizan los ojos de la inteligencia. Aquel que no toma riesgos nunca gana. No se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad del todopoderoso. “La mejor defensa es el ataque. La venganza es mala consejera. El hombre no nació para ser esclavo del hombre; nació libre y seguirá siendo libre. La libertad es la esencia de la vida. No busques falsos caminos; la verdad está dentro de ti mismo. A veces la realidad es increíble. La ambición insana de algunos hombres siempre ha puesto en peligro la paz del mundo
“Es mejor la habilidad que la fuerza bruta. Vengo en son de paz pero ustedes me obligan a pelear. No acepto órdenes ni me arredro contra las amenazas. Debo utilizar la astucia contra la fuerza bruta. Miserable aquel que no respeta su palabra. Soy amigo del amigo y enemigo del traidor. Dichoso aquel que comparte el pan con el amigo porque compartirá amistad sincera. La confianza excesiva es el peor enemigo del hombre. Mereces morir pero no me mancharé las manos con tu sangre. Ninguna cárcel puede detenerme”.
Todo esto cabe, enterito, en aquella presentación de hace algunos meses en el Museo de la Ciudad de México, como preludio de una república del amor:
“…Ser de izquierda es ser honesto y pensar y actuar en favor del prójimo… no son sólo buenos deseos, sino una revolución pacífica y ciudadana, un proyecto social que responde a la necesidad de construir democráticamente un futuro mejor… tenemos que buscar ser mejores humanos, con buenos modales, amar al prójimo, a nuestras familias, a la naturaleza, a la patria… (es) un error de la izquierda dejar el tema de la familia a la derecha”.
En esas condiciones es mucho más fácil comprender la habilidad de los malos y denunciar sus cochupos en la compra de la Presidencia dentro de un carrito de supermercado. ¡Llévelo, llévelo...!
Por eso, el señor Zambrano ya ha metido las manos ante estas acusaciones de los comerciantes y ha dicho: todo es un montaje. Han sido ellos mismos, en el viejo método del PRI, y lo han fingido para hacernos aparecer como culpables. Como de costumbre, diría Kalimán, no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad del todopoderoso.
“¡Qué casualidad! —dijo JZ— que entre el domingo y el lunes lanzan bombas molotov en Nuevo León y un día después sale Soriana a responsabilizarnos”.
Y en eso tiene razón el comandante Zambrano, a quien en sus años mozos (cuando combatía en la “Liga #yo soy23 de septiembre”) llamaban “Eduardo” o “El güero”. Los mercaderes de Soriana debieron acusarlos antes del estallido de las molotov, no después. Así cualquiera.
Pero nada nos debe sobresaltar. “Caballero con los hombres, galante con las mujeres, tierno con los niños, implacable con los malvados; así es... ¡Pejemán!”
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