PRD y el cristal de MartÃ
Jorge Fernández Menéndez
15
Que haya podido salir, aunque sea con enmiendas y limitaciones, la reforma a la Ley Federal del Trabajo, es una buena noticia, pero lo es más que se hallara un método adecuado para poder encontrar, construyendo mayorÃas parlamentarias más o menos estables, el camino para poder avanzar en las innumerables reformas que están pendientes desde hace ya años.
La mala noticia es que en la izquierda no aprenden: su capacidad de dilapidar capital polÃtico, de generar una y otra vez la más absurda de las provocaciones, de contestar cada vez que algo no les gusta con una toma de tribuna o un bloqueo, refleja falta de ideas y propuestas y parece estar en la genética de buena parte de esa izquierda. Que Silvano Aureoles diga que no comparte lo que hicieron una treintena de sus legisladores sólo sirve para comprobar que el coordinador de los diputados perredistas no controla en absoluto a su bancada. No una diferenciación ideológica.
Es una cuestión de genética polÃtica porque a esta altura han sido ya 24 años que el perredismo y sus aliados vienen haciendo lo mismo. Comenzó desde la calificación de las elecciones de Carlos Salinas y continúan con el mismo show hasta el dÃa de hoy. ¿Nadie les dice que han caÃdo en el ridÃculo y en la irritación de la gente que dicen defender?, ¿no les parece que haber actuado exactamente igual, con las mismas consignas, con la misma violencia, con los mismos métodos, contra Salinas, contra Zedillo, contra Fox y contra Calderón (y ahora contra Peña) dice que evidentemente son ellos los que están mal?, ¿no se han enterado que en un cuarto de siglo el paÃs, la gente, la coyuntura han cambiado?, ¿cómo pueden esperar que actuando siempre igual vayan a obtener algún resultado diferente? Lo cierto es que en 1991 y 94 perdieron el capital polÃtico que habÃan acumulado en 88; en 2000, el que habÃan acumulado en 97; en 2003 les volvió a ir fatal; en 2006 estuvieron a punto de ganar la elección y la radicalización los derrumbó en 2009. Y ahora han hecho una buena elección pero han decidido seguir el mismo camino de la deslegitimación de sus propias alternativas. Lo veremos en las elecciones locales del año próximo.
Que sigan tomando tribunas, agrediendo, lanzando discursos llenos de insultos; que continúen bloqueando calles, metiendo, ocultos en las cajuelas de los carros de sus diputados, a manifestantes (como hicieron con el delincuente Julio César Godoy Toscano, violando, antes y ahora, la legalidad de la institución que dicen representar), es una magnÃfica noticia para los demás partidos. Ya el PRI sabe que para legislar debe llegar a acuerdos con el PAN, con el Verde y con Nueva Alianza. El PRD (y ya no hablemos de sus aliados del PT y Movimiento Ciudadano) seguirá cocinándose en su propia salsa, con militantes de “izquierda†de toda la vida como Manuel Bartlett, Ricardo Monreal y Alfonso Durazo, durÃsimos antipriistas que enseñan el camino de una vida sin requiebros y plena de coherencia polÃtica e ideológica.
La metáfora polÃtica de Martà Batres, el más activo integrante de Morena en el PRD, que le disputa a Aureoles la coordinación real de la bancada perredista, es extraordinaria en ese sentido. MartÃ, en pleno debate de la reforma electoral quiso entrar apresuradamente al salón de sesiones… sin ver que habÃa una enorme puerta de cristal. Se la llevó por delante, la hizo añicos, se lastimó una mano y la cabeza; afortunadamente los golpes no pasaron a mayores. Argumentó que no pudo ver la puerta porque estaba demasiado transparente. Asà están Martà y su partido, llevándose por delante las puertas de cristal, destrozándolas para no llegar a ningún lado. Qué forma de dilapidar posibilidades polÃticas.
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Tal parece que lo único que les interesa es seguir en la pólÃtica, seguir medrandro de ella y vivir del presupuesto, pero no creen que lo podrÃan hacer igual sin ser tan excesivos, tan marrulleros y tan poco éticos ?
Saludos.
Jorge Fernández Menéndez
15
Que haya podido salir, aunque sea con enmiendas y limitaciones, la reforma a la Ley Federal del Trabajo, es una buena noticia, pero lo es más que se hallara un método adecuado para poder encontrar, construyendo mayorÃas parlamentarias más o menos estables, el camino para poder avanzar en las innumerables reformas que están pendientes desde hace ya años.
La mala noticia es que en la izquierda no aprenden: su capacidad de dilapidar capital polÃtico, de generar una y otra vez la más absurda de las provocaciones, de contestar cada vez que algo no les gusta con una toma de tribuna o un bloqueo, refleja falta de ideas y propuestas y parece estar en la genética de buena parte de esa izquierda. Que Silvano Aureoles diga que no comparte lo que hicieron una treintena de sus legisladores sólo sirve para comprobar que el coordinador de los diputados perredistas no controla en absoluto a su bancada. No una diferenciación ideológica.
Es una cuestión de genética polÃtica porque a esta altura han sido ya 24 años que el perredismo y sus aliados vienen haciendo lo mismo. Comenzó desde la calificación de las elecciones de Carlos Salinas y continúan con el mismo show hasta el dÃa de hoy. ¿Nadie les dice que han caÃdo en el ridÃculo y en la irritación de la gente que dicen defender?, ¿no les parece que haber actuado exactamente igual, con las mismas consignas, con la misma violencia, con los mismos métodos, contra Salinas, contra Zedillo, contra Fox y contra Calderón (y ahora contra Peña) dice que evidentemente son ellos los que están mal?, ¿no se han enterado que en un cuarto de siglo el paÃs, la gente, la coyuntura han cambiado?, ¿cómo pueden esperar que actuando siempre igual vayan a obtener algún resultado diferente? Lo cierto es que en 1991 y 94 perdieron el capital polÃtico que habÃan acumulado en 88; en 2000, el que habÃan acumulado en 97; en 2003 les volvió a ir fatal; en 2006 estuvieron a punto de ganar la elección y la radicalización los derrumbó en 2009. Y ahora han hecho una buena elección pero han decidido seguir el mismo camino de la deslegitimación de sus propias alternativas. Lo veremos en las elecciones locales del año próximo.
Que sigan tomando tribunas, agrediendo, lanzando discursos llenos de insultos; que continúen bloqueando calles, metiendo, ocultos en las cajuelas de los carros de sus diputados, a manifestantes (como hicieron con el delincuente Julio César Godoy Toscano, violando, antes y ahora, la legalidad de la institución que dicen representar), es una magnÃfica noticia para los demás partidos. Ya el PRI sabe que para legislar debe llegar a acuerdos con el PAN, con el Verde y con Nueva Alianza. El PRD (y ya no hablemos de sus aliados del PT y Movimiento Ciudadano) seguirá cocinándose en su propia salsa, con militantes de “izquierda†de toda la vida como Manuel Bartlett, Ricardo Monreal y Alfonso Durazo, durÃsimos antipriistas que enseñan el camino de una vida sin requiebros y plena de coherencia polÃtica e ideológica.
La metáfora polÃtica de Martà Batres, el más activo integrante de Morena en el PRD, que le disputa a Aureoles la coordinación real de la bancada perredista, es extraordinaria en ese sentido. MartÃ, en pleno debate de la reforma electoral quiso entrar apresuradamente al salón de sesiones… sin ver que habÃa una enorme puerta de cristal. Se la llevó por delante, la hizo añicos, se lastimó una mano y la cabeza; afortunadamente los golpes no pasaron a mayores. Argumentó que no pudo ver la puerta porque estaba demasiado transparente. Asà están Martà y su partido, llevándose por delante las puertas de cristal, destrozándolas para no llegar a ningún lado. Qué forma de dilapidar posibilidades polÃticas.
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Tal parece que lo único que les interesa es seguir en la pólÃtica, seguir medrandro de ella y vivir del presupuesto, pero no creen que lo podrÃan hacer igual sin ser tan excesivos, tan marrulleros y tan poco éticos ?
Saludos.
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