@FelipeCaldeRON: El Ceniciento
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Guadalupe Loaeza
(27 noviembre 2012).- Había una vez un país gobernado por un Presidente que estaba a punto de dejar su mandato. Esto, naturalmente, no nada más lo ponía triste, sino que estaba muy enojado, porque ahora se veía obligado, después de seis años de privilegios, a entregar su reinado al enemigo, cuyo partido había reinado 71 años. Después de dos sexenios nefastos, ahora dejaban a su país mucho más pobre y violento de como lo habían encontrado.
Su madrina, doña Elba, que era una hada, lo sorprendió hecho un mar de lágrimas y le preguntó qué le pasaba: "Ya se me anda convirtiendo en calabaza la carroza. Ya algunos de mis colaboradores se están volviendo también... No sé qué le pasó a Cenicienta con los colaboradores. ¿Qué les pasó", le preguntó el Presidente muy angustiado.
-Ay, Felipillo, la verdad es que contigo no se puede, además de haber sido un pésimo Presidente, ahora resulta que eres muy desmemoriado. Con razón fuiste el hazmerreír en todas las redes sociales. ¿Cómo que no te acuerdas qué le pasó a los "colaboradores", como tú los llamas? ¿Qué no leíste el cuento de La Cenicienta? Pues se convirtieron en lo que son, en ¡ratas!
-Ay, hada maestra, es que me hago bolas con el cuento de Blanca Nieves y el de La Bella Durmiente y con los que yo invento...
-Okey, okey, ¿por qué chillas tanto?
-Porque mi carroza está a punto de convertirse en calabaza.
-Pues perdiste, Felipillo. ¿Qué quieres que haga? Hace seis años, mea culpa, mea culpa, te ayudé a ganar la Presidencia, pero ahora tu partido la perdió y lo pusiste en tercer lugar. Confieso que la otra hada madrina es un poquito más poderosa que yo...
-¿Quién es la otra?
-La de EPN. Ese sí que se ve como un príncipe de cuento. El príncipe azul con el que sueñan millones de mexicanas. Aunque tampoco él haya leído La Cenicienta, (seguro cree que el autor es Walt Disney...), también ganó gracias a su hada madrina: ¡¡¡Televisa!!! Ella es muy poderosa, con decirte que aspira a convertirse en la secretaria de Educación. Ella fue la que le organizó su baile a EPN, la que lo hizo famosísimo en todo el país y hasta le ayudó a casarse con una princesa, de pelo color de trigo y de ojos grandes, llamada La Gaviota. Gracias a su varita mágica, a partir del sábado, viajará en una hermosa carroza dorada. Su ratonera es mucho más grande que la tuya. Son miles de ratas, ratas bien gordas, transformadas en cocheros de librea. Y eso que el príncipe EPN no la tenía tan fácil con sus hermanastros, que lo envidiaban mucho. Allí estaban, en el palacio, Manlio Fabio y Moreira, probándose el zapato que encontraron abandonado en el jardín. Por más que trataban de metérselo, nomás no les entraba. En cambio, el príncipe lo calzó de inmediato y le quedó de maravilla...
-No me lo recuerde, por favor, hada maestra. ¿No se da cuenta que lo que menos hubiera querido en mi vida como Presidente es haberle entregado el reinado a nuestros enemigos de hace tantos, tantos años? ¡Lo que luchamos para sacarlos del Palacio de los pinos! No, no me lo perdono...
-Ay, Felipillo, lo que la sociedad mexicana no te perdona a ti, escúchame bien, a ti, son todos esos muertos que provocaste con tu guerra contra el crimen organizado. ¿Y qué me dices de todo el dinero que se gastó con las dizque festividades de Bicentenario, que fueron un verdadero fracaso? ¿Qué me dices de La Estela de Luz? ¿Qué me dices de García Luna? ¿Qué me dices de la pobreza, del desempleo y de la desesperanza en que dejas a tu pueblo? ¿Qué me dices de las patas que metiste con los franceses?
-Pero si acabo de entregar 3 millones de pisos firmes en el país. La meta era de 2.5 millones, y yo la superé. Misión y meta cumplida. También cumplí en materia de salud. No paro de inaugurar hospitales, puentes y carreteras...
-Sí, pero hospitales sin médicos y obras que no llegan a ningún lado porque están inconclusas... Ay, Felipillo, no tienes la menor autocrítica. Eso es lo que te pierde. Te autoengañas y te autoelogias, cuando la mayoría de los mexicanos están convencidos que incluso fuiste peor Presidente que el mismo Fox.
-¿Fooooooooooooooooooooox? Pero si yo soy mucho más inteligente y preparado...
-Sí, justamente ese es el problema... Pero los dos fueron igual de ineptos... y mediocres. Pobre de tu partido, lo redujiste a cenizas, por eso ahora eres un pobre Ceniciento.
-Pero me van a contratar en alguna universidad norteamericana de mucho prestigio, como en la que estudié...
-Mira, mejor deja de soñar. ¿Por qué no das clases con los maestros del SNTE? A ver si pasas el examen... Lo veo difícil.
-Ayúdeme, hada maestra. No me quiero quedar sin chamba...
-¡Ah, verdad! ¿No que eras el Presidente del empleo? Te convertiste en un nini más, como los 600 mil jóvenes que este año arrojaste al desempleo.
-¡No es cierto! Eso lo magnifican los medios. Yo cree millones de fuentes de trabajo.
-Es cierto. Sicarios, guaruras, policías, ladrones, etcétera, etcétera.
-No sea así, hada maestra. No me sicoanalice. ¿Qué no fuimos amigos?
-¡¡¡Fuimos!!! Yo nada más soy amiga de los que están en el poder. Pero, ¿amiga de un ex Presidente que ni carroza tiene? Ni de loca.
-Ya sé a quién le voy a pedir chamba, a García Luna. El sí me va a ayudar porque lo protegí mucho. Prefiero Miami, que París...
En ese momento, el hada maestra pronunció un conjuro y desapareció. Dicen que ya acordó con el nuevo Príncipe. Colorín colorado, este cuento no se ha acabado...
gloaeza@yahoo.com
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