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Una asesinato impune @pridehoy
Un asesinato impune
Pablo Hiriart
Hace poco más de ocho años un anciano fue asesinado a garrotazos por un par de priistas que lo quitaron del camino, pues junto con otros obstruía el paso a la caravana del candidato del PRI al gobierno de Oaxaca.
Uno de los que mataron al profesor Serafín García —panista—, fue el ahora precandidato del PRI a la alcaldía de Huautla de Jiménez.
El diario Reforma publicó en julio de 2004 el testimonio gráfico del fotógrafo Tomás Martínez, que no deja dudas de la participación de Jacinto Pineda en el homicidio.
Pineda está con el garrote en la mano, después de haberlo azotado en la cara del humilde y anciano profesor que yace sobre un montículo de grava que ha manchado con su sangre.
Ese asesinato quedó impune.
Jacinto Pineda fue detenido y salió libre a los dos meses por desvanecimiento de pruebas, no obstante existir el testimonio periodístico, irrefutable, de su participación en el crimen.
No es ésta la primera vez que toco el tema de ese crimen sin castigo. Y todas las veces que lo he abordado, recibo llamadas de amigos oaxaqueños que me dicen que los hechos no fueron así.
Contra la prueba periodística, sin embargo, no tienen defensa.
Lo novedoso del caso es que Jacinto Pineda está en la escena pública nuevamente, como precandidato del PRI a la alcaldía de Huautla.
Contra Pineda no hubo expulsión ni amagos de quitarle los derechos partidistas, sino nuevas oportunidades políticas. Ni siquiera le pidieron una explicación. Eso es inadmisible.
¿Ése es el partido que aprobó la Ley de Víctimas con la velocidad del rayo?
¿Ése es el partido que busca modernizar los sectores estratégicos del país?
La respuesta es sí. Dentro del PRI conviven sectores modernizadores y dinosáuricos, lo cual no es novedad. Así sucede en ese partido desde el gobierno de Miguel de la Madrid.
Lo que resulta sorprendente es que se permita participar en una contienda interna a un oaxaqueño que mató a otro oaxaqueño al calor de una disputa política.
No hablamos de un balazo al aire, o de un tiro perdido —que también tendría su carga delictiva—, sino del asesinato a palos de un anciano.
Falta ver si los militantes de ese partido eligen a Jacinto Pineda como su candidato, lo cual sería doblemente escandaloso pues hablaría de una descomposición mayor en el priismo oaxaqueño.
Lo increíble es que lo dejen competir.
Ese crimen, el cometido contra Serafín García, quedó impune, y de ello tiene conocimiento el país gracias al valor de un profesional del periodismo gráfico.
phl@razon.com.mx
Twitter: @PabloHiriart
Pablo Hiriart
Hace poco más de ocho años un anciano fue asesinado a garrotazos por un par de priistas que lo quitaron del camino, pues junto con otros obstruía el paso a la caravana del candidato del PRI al gobierno de Oaxaca.
Uno de los que mataron al profesor Serafín García —panista—, fue el ahora precandidato del PRI a la alcaldía de Huautla de Jiménez.
El diario Reforma publicó en julio de 2004 el testimonio gráfico del fotógrafo Tomás Martínez, que no deja dudas de la participación de Jacinto Pineda en el homicidio.
Pineda está con el garrote en la mano, después de haberlo azotado en la cara del humilde y anciano profesor que yace sobre un montículo de grava que ha manchado con su sangre.
Ese asesinato quedó impune.
Jacinto Pineda fue detenido y salió libre a los dos meses por desvanecimiento de pruebas, no obstante existir el testimonio periodístico, irrefutable, de su participación en el crimen.
No es ésta la primera vez que toco el tema de ese crimen sin castigo. Y todas las veces que lo he abordado, recibo llamadas de amigos oaxaqueños que me dicen que los hechos no fueron así.
Contra la prueba periodística, sin embargo, no tienen defensa.
Lo novedoso del caso es que Jacinto Pineda está en la escena pública nuevamente, como precandidato del PRI a la alcaldía de Huautla.
Contra Pineda no hubo expulsión ni amagos de quitarle los derechos partidistas, sino nuevas oportunidades políticas. Ni siquiera le pidieron una explicación. Eso es inadmisible.
¿Ése es el partido que aprobó la Ley de Víctimas con la velocidad del rayo?
¿Ése es el partido que busca modernizar los sectores estratégicos del país?
La respuesta es sí. Dentro del PRI conviven sectores modernizadores y dinosáuricos, lo cual no es novedad. Así sucede en ese partido desde el gobierno de Miguel de la Madrid.
Lo que resulta sorprendente es que se permita participar en una contienda interna a un oaxaqueño que mató a otro oaxaqueño al calor de una disputa política.
No hablamos de un balazo al aire, o de un tiro perdido —que también tendría su carga delictiva—, sino del asesinato a palos de un anciano.
Falta ver si los militantes de ese partido eligen a Jacinto Pineda como su candidato, lo cual sería doblemente escandaloso pues hablaría de una descomposición mayor en el priismo oaxaqueño.
Lo increíble es que lo dejen competir.
Ese crimen, el cometido contra Serafín García, quedó impune, y de ello tiene conocimiento el país gracias al valor de un profesional del periodismo gráfico.
phl@razon.com.mx
Twitter: @PabloHiriart
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