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La rifa del tigre chavista
Rifa del tigre Chavista
Por Angel Pujalte Piñeiro
Maduro ganó la rifa del tigre. Lo que nos permite contemplar, con toda calma, a la relación de la fantasía con el mundo real. Los ingenuos, como Rubén Cortés, creen que ganó la continuación del Chavismo, lo que en su columna de La Razón, califica como el suicidio de Venezuela. Es decir ese comunicador ve las cosas al revés de como en verdad son.
Lo que en verdad se suicido al ganar el chavismo fue el chavismo mismo, con lo que abre expectativas favorables en el mediano plazo para Venezuela. El triunfo de Maduro es lo mejor que le puede pasar a Venezuela, a la teoría social y a los principios de organización social.
La verdad del Chavismo es la de una borrachera económica y organizativa que no ha pagado sus cuentas, que no ha sufrido su cruda. Su esencia es la ignorancia marinada en buena fe. Y el camino al infierno esta pavimentado de buena fe. Las buenas intenciones no subsanan los errores en la relación con el mundo real. Y el mundo real no perdona. Venezuela debe pagar una condena en el infierno. Cuya duración depende del comportamiento.
Por eso, la mejor posibilidad para la transparencia es que el Chavismo no pierda, sino hasta que haya mostrado su verdadera faz, su realidad. Porque el triunfo de la oposición era una trampa. La del que todavía no acaba de sentarse a la mesa y le pasan la cuenta de los comensales anteriores. Que consumieron como Heliogábalos, rompieron muebles, platos y copas, pellizcaron a las meseras y se fueron sin pagar.
Lo mejor para el Chavismo hubiera sido el triunfo de la oposición. Porque le hubiera permitido endilgarle los costos de sus errores y tal vez regresar a una mejor situación. Lo que hubiera permitido a cerebros tiernos seguir creyendo que el papel del gobierno es regalar recursos y atrofiar a la población.
Cómo boxeador tonto, se dedico a despilfarrar en la compra de claques. Internas y externas. Gorrones que a cambio de lisonjas ayudan a malbaratar los recursos y que más allá de corresponder con ruido o apoyo moral, no van a ayudar de ninguna otra forma a Venezuela, en el trance en el que ayudaron a meterla. Lo que le pasa a cualquier tarugo adicto a la lisonja fácil.
La oposición la riega al competir por asumir los costos. Cualquiera con dos dedos de frente hubiera hecho como el torero que sabe que el astado esta herido de muerte, con un estoque (¿la espada de Bolívar?) en todo lo alto y exige que nadie se acerque y dejen solo al toro con su estoque. Para que claramente se manifieste que el puro y solo estoque (errores), termina con el animal (chavismo).
La señora de las ligas cuando dice que aquí falta chavismo, lo que quiere decir es que falta desorden. Porque los gangsters, oportunistas y vividores de la política dependen de ello. De un nivel de desorden que necesitan para poder existir. Los desordenados no caben en el orden. Si el Preciso logra meter orden y racionalidad al país, le habrá cerrado las puertas a los subproductos deletéreos de la politiquería corriente.
En el caso de Maduro, la dimensión del problema y su notable incapacidad no le van a permitir reconocer la verdad. Auguro, sin mucho margen de error, que vamos a empezar a ver episodios del teatro Fantástico en el que Cachirulo lucha con las fuerzas del mal, que no son el desorden, la ignorancia ni la incompetencia, sino espíritus feos y malos, villanos que son dignos personajes de cuentos de brujería. (Como el ridículo de Cristina o el pajarito)
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Una sociedad plasma su madurez en el nivel de los cuentos con que la engañan o se deja engañar. Con el tamaño del dedo que chupa. Y para que a una sociedad le vaya bien debe hacer bien las cosas y la peor suplantadora de la inteligencia son las buenas intenciones.
Autor de: La infracultura en la construcción, La anomia, Disección de la Ley de Obras Publicas y Servicios Relacionados con las Mismas, ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional! y en proceso de publicación: El descalabro de la razón, La hermana perversa de la Ingeniería Civil y Recensión metafísica.